34|| ¿Aceptas?

9.4K 864 168
                                    

No puedo creer que la hice mía

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

No puedo creer que la hice mía. Una y otra vez.

Las escenas regresan a mi mente una tras otra, recordándome lo bella que es, lo especial que fue y lo afortunado que soy. Ahora duerme plácidamente junto a mí, y es lo más hermoso que vi.

Tomo mi móvil y con cuidado capturo su rostro adormilado. Decido que voy a ampliar la foto y ponerla en un cuadro, cuando la luz que entra por la ventana refleja su espalda.

Trago grueso mientras las ganas de asesinar a alguien recorren mis venas. Siento que de repente tengo temperatura, pero no lo es, es solo una ira incontrolable y desagradable que recorre mi cuerpo con fuerza al ver las cicatrices en su piel.

No es una, ni dos, son varias. A lo largo de su espalda, por sus brazos, estoy seguro de haberlas visto por su pecho y abdomen. Por la forma, puedo adivinar que fueron hechas por un cuchillo o puñal. Fue apuñalada.

Nada me quita de la mente que esto sucedió cuando vivía con ese animal. ¿Qué otras cosas atroces le habrá hecho y jamás contó nada? ¿Cómo es que nadie pudo ayudar a una niña con tantas lesiones?

Se supone que cuando una niña llega a la sala de urgencias con heridas tan graves, heridas que de lejos se nota fueron premeditadas, lo primero que se debe hacer es llamar a la policía y a servicios sociales, forzar una investigación y asegurarnos de que obtenga el mejor cuidado posible. ¿Cómo es que el doctor que la trató esa vez, no pudo ayudar? ¿Cómo es que la dejaron llegar a este punto?

Mi mente piensa muchas posibilidades, porque soy doctor y he recibido casos de niñas, mujeres jóvenes y adultas que fueron víctimas de agresiones, y siempre me visitaban cuando la agresión había llegado a un punto extremo.

Me duele recordarlas, porque no todas siguen en este mundo.

No quiero que eso suceda con ella. No quiero que esa bestia continúe controlando su vida porque a pesar de que ya no está cerca, tiene aprisionada su mente. La quebró tanto como para creer que siempre estará a su alrededor.

Puede que esté mal, pero necesito saber qué pasó esa noche, qué le pasó en realidad porque no me dirá nada. Tal vez estoy tomando una decisión de la que seguro me voy arrepentir luego, pero no puedo evitar el impulso así que le pido a mi secretaria que busque el historial clínico de Venus en los hospitales de Texas.

Si hay algo que nunca miente, es el historial clínico. Tal vez no sepa toda la historia, pero sabré al menos qué causó sus heridas y porqué nadie la ayudó en su momento.

No puedo controlar mi impulso después de mis pensamientos, así que termino recorriendo su cicatriz con la punta de los dedos. Inmediatamente, Venus se voltea, cubriendo su cuerpo con la sábana.

—¿Qué estás haciendo?—pregunta agitada.

—Nada, lo lamento—susurro.

Si antes se veía hermosa durmiendo, recién cogida y adormilada se ve demasiado sexy. Me acerco a ella y planto un beso en su hombro, estremeciéndola.

Entre Venus y Marte (AQS #3)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora