Capitulo 11

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Lyla García:

Desperté por los rayos del sol, miré la hora y vi que llegaba tarde al trabajo.

-Mierda - Solté por lo bajo.

Me levanté y corrí hacia la ducha donde me dí un baño rápido, al salir fui a mi armario en busca de ropa. Cogí lo primero que pillé, me miré al espejo y me dí un aprobado visual, me peiné y cuando estuve lista cogí una manzana, mi móvil y las llaves de mi casa para subirme al coche.

Abrí la puerta dispuesta a irme pero un carraspeo intervino.

-¿A dónde vas con tanta prisa? - Me giré y vi a mi hermano de brazos cruzados apoyado en el marco de la puerta.

-Pues me voy a trabajar, ¿tú no vas? - Arqueé una ceja.

-Horacio y yo iremos con la mafia.

-Vale, tened cuidado, cualquier cosa hacédmelo saber - Cuando vi que asintió, salí por la puerta dando un largo suspiro.

Recibí una llamada de Segismundo, hacía mucho que no hablábamos.

-Hey - Contesté al descolgar y me senté en la parte del conductor de mi coche.

-¿Qué tal, guapa? - Sonreí.

-Bueno, pues bien, supongo, ¿qué tal tú? - Comencé a conducir.

-Pues aburrido, los tres pasáis de mí. Solo estoy con Rogelio y te hecho de menos.

-Escucha, esta noche cuando termine mi turno si quieres nos vamos por ahí los tres, ¿qué te parece?

-Por mí perfecto, así me cuentas que tal vas con tu nuevo novio - Me sonrojé mientras aparcaba.

-¿Qué dices?

-Es obvio que Gustabo ha hecho varios chistes y ha contado que eres la novia del superdetergente, pero quiero detalles y que sepas que como te haga algo me da igual quién sea, porque le partiré la boca.

-Muy agresivo de tu parte, Segis - Reí.

-Perdón - Río - Pero va en serio - Volví a sonreir.

-Gracias, pero Conway no me haría nada.

-Bueno...

-Tengo que ir a trabajar, nos vemos después.

-Vale, adiós guapa - Colgó.

Al finalizar la llamada, guardé mi móvil.

Al entrar me encontré en recepción a Torrente atendiendo a una chica.

-Hola Lyla - Me saludó al verme.

-Hola - Dije alargando un poco la a, fui a entrar en servicio y me fui al vestuario donde solo estaba Greco.

Él al verme miró a otro lado.

-Buenos días - Dije seria debido a la incomodidad.

-Buenos días - Se limitó a contestar.

Comencé a vestirme, él tomó camino para irse, me coloqué el chaleco antibalas rápidamente y corrí hacia él cogiéndole de la muñeca haciendo que parase en seco y me mirase.

Al girarse tenía los ojos llorosos.

-¿Estás bien? - Le mire preocupada.

-Sí - Desvió la mirada.

-Mientes, pero no te culpo de ello - Suspire - Tenemos que hablar - Le miré a los ojos directamente.

-¿De qué quieres hablar? ¿De cuántas veces me has mentido o que me has ocultado cosas? - Dijo alzando la voz.

"Muñeca" Superintendente x lectoraWo Geschichten leben. Entdecke jetzt