CAPÍTULO #8 - Vida sin luz

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En medio de la oscuridad y a altas horas de la media noche un simpático joven pelirrojo aguardaba con impaciencia a su señor, ser el guarda espaldas "real" no suena tan bien que digamos.. sobre todo soportar cada maldita orden de algún yokay superior pero, existía un precio por sus servicios. Después de todo.. alguien más tenia que hacer el trabajo sucio por ellos ¿no lo creen?.

El tiempo avanza y mientras lo esperaba en medio de la oscuridad, atravez de las ventanas se quedó absorto por la exquisita luz lunar que se acontecía esta noche —dibujandose en su rostro una simpática sonrisa cómplice— Aquellos ojos verdosos son reflejados por la brillante luz lunar.. dando una impresión a dos preciosas esmeraldas, su tez es bronceada y su carismá es genuina más.. quien lo conoce realmente le felicita por su gran actuación. Como bien dicen el show debe continuar..

Capítulo #8 |Vida sin Luz|

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Capítulo #8 |Vida sin Luz|

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La luz lunar de la noche atraviesa las ventanas de aquella mansión alumbrando los pasillos tan lúgubres y escombros a su alrededor.--- ¿Quién querría vivir aquí con algunas velas encendidas a su alrededor y estatuas de demonios cómo decoración? -se preguntaba el pelirrojo y mientras más observaba, comprendío la situación del diseñador quien hizo esta mansión.-- (vaya manera de atormentarse la vida). Y hablando del rey de Roma --.mencionó con algo de pesadez en su voz.

Un fuerte portazo se escuchó por toda la mansión: indicando un malhumorado señor de las bestias del oeste pasar. Antes de dirigirse con respeto ante su señor, una sensación atemorizante sintió, causándole picor sobre la punta de su nariz y un estornudo de cortesía.
Cuando lo vio aproximarse le reverencio tal como le habían enseñado aún cuando este no le prestara atención. Tomando su chaqueta fue detrás de su señor, pero..

— mi señor.. ¡por favor, escuchéme! -un señor llego a trotes ante ellos y enseñando una hoja de papel con datos, qué seguramente no fueron del agrado de su señor.--- (Pero que estúpido humano, acaso no valora su vida) ---: entienda.. no podemos aumentar la dosis, son solo niños ¡por kami!.. ni un ser humano podría soportar la gran cantidad que usted requiere. —trata de sujetarlo, sin embargo, es detenido por el leal sirviente de Kirinmaru.

— si fuera usted.. lo pensaría dos veces. —le menciona con un tono burlesco y altanero, sujetándolo fuertemente del antebrazo del doctor qué soltó un quejido de dolor. Había veces que el mismo se sorprendía por la osadía que tienen los humanos como también sentir ese sentimiento de apreciar y proteger.-- (Los humanos podian llegar a ser tan patéticos)--. Pensó.

Tal imprudencia la aureola atemorizante del señor feudal se incrementó sin dar tregua a su semblante pacífico. El doctor al sentir este ambiente tan tenso se enmudece al instante a sí como también sus demás compañeros del trabajo que lo andan siguiendo.

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