Golden (H.S)

Febrero pt. 2

2/4 Febrero parecía ser bueno.

"Quita esa cara de felicidad, Styles" murmura mientras se sube al auto. Su cara denota cansancio, el viaje transatlántico la debe haber dejado muy cansada. "Estoy acá por motivos de trabajo".

"Da lo mismo, estarás para San Valentín y eso es para mí lo importante". Rodea sus ojos, tratando de no mostrar lo divertida que la tiene esta situación. "¿Estás emocionada por lo que tienes que hacer?"

"Si, realmente nunca pensé que me elegirían para la capacitación que realiza Human Right Watch".

"Te lo has conseguido porque has trabajado duro para estar donde estás, recuérdalo siempre. ¿A mi casa o donde tus padres?" Pregunto mientras paso la tarjeta de cobro de estacionamiento a la salida del aeropuerto.

"Mis padres, por favor, no sabes cuánto extraño a Baloo".

"A sus órdenes".

El viaje de media hora hasta el departamento de su madre se pasa casi en silencio, lo único que se escucha entre nosotros es la música que sale de la radio, sin embargo, contra todo pronóstico. No es incómodo.

Su llamada hace un par de días avisándome que pasaría en Londres unas semanas había sido simplemente maravillosa, sentía que toda la situación se estaba dando para que volviésemos a estar como antes de nuestras peleas. Marca a su madre avisándole que estamos llegando, y después de unos minutos de saludo, nos dirigimos a Hampstead con el perro sacando su cabeza por la ventana desde el asiento trasero.

"¿Tienes planes ahora?" pregunta mirando por la ventana. Me pregunto si está evitando mirarme a propósito.

"Si, lo siento. Tengo un par de reuniones a las que ir".

"No hay drama, de hecho, estaba esperando una respuesta así. Realmente quiero dormir".

"Cuando vuelva, ¿quieres que vayamos a comer?" El silencio reina entre nosotros un par de segundos hasta que contesta.

"O podríamos cocinar algo los dos". Una pequeña sonrisa crece en mis labios, miro discretamente por la ventana cuando nos encontramos esperando que cambie la luz para que no la vea.

"Si, sería más divertido".

Cuando llegamos a la casa, Mackenzie se ve ligeramente más tensa de lo normal, y puedo entenderla, la última vez que pisó esta casa, las cosas entre nosotros no estaban muy bien. La miro desde el marco de la puerta que une la cocina con el pasillo, observando como toma entre sus manos una de las fotos que tenemos juntos que descansan en diversos puntos de la casa. Me causa curiosidad saber cuál será su próximo movimiento, he tratado de descifrar que es lo que hará. Ya significa mucho que no se haya querido quedar donde su madre, ¿se quedará acá a dormir?

Baloo se mueve ansioso a mi lado, exigiendo que le preste atención. Mackenzie suspira pesadamente y se gira a mirarnos, tiene la mirada ligeramente endurecida. No digo nada, me lo merezco.

"¿Kenzs, dónde dormirás?", aunque me prometí no presionarla a tomar una decisión, la curiosidad me hace hablar cuando no debería.

"Dejaré mis cosas en la pieza de visitas", murmura. Su respuesta me contra ligeramente el pecho. "Pero si no te molesta, eh... me gustaría dormir la siesta en tu cama. Ya sabes, tienes la televisión y todo".

"Claro", no controlo la sonrisa que escapa de mis labios.

"Si te refieres a la noche, veremos".

Pasa por mi lado para subir su maleta, y por el rabillo del ojo, puedo ver la pequeña sonrisa que trata de esconder. Sin dudarlo dos veces, la sigo escaleras arriba. El perro se ve feliz al reconocer donde estamos, y sin pensarlo dos veces, corre hasta mi habitación, subiéndose en la cama y desordenando las almohadas para poder acomodarse a gusto.