Capitulo 4:

7.8K 602 271
                                    

Capítulo 4:

*Y entonces creí que ya era tiempo de cortarlo. Ese hilo rojo que nos unía, cada vez tenía más nudos, se tensaba y enredaba cada vez más... Sabía que por mi bien debía hacerlo."



POV Niall

Derecha, izquierda, derecha, izquierda, derecha..... !Pff¡

Mis pies no dejan de moverse con desesperación en el suelo. Casi siempre cuando estoy nervioso comienzan a hacer esto por sí solos... Bueno cuando estoy nervioso y cuando estoy ansioso, y en este momento estoy sufriendo ambas emociones.

Hace exactamente 24 horas que Edward no ha vuelto a casa y Gemma comienza a preocuparse. ¿Y qué le puedo decir yo? ¿Qué su hermano está trabajando su turno y mi turno en un burdel llamado Heaven?

Okey. Puede que no sea la mejor respuesta, pero Gemma ya no es tan pequeña como lo era hace unos años y ya es capaz de entender varias cosas.

Siempre he creído que Edward debe decirle la verdad a su hermana, pienso que Gemma no podría reclamarle nada. Es decir, Edward ha trabajado la mitad de su vida en este negocio para que su hermana menor no carezca de nada. Ella no podría reclamarle por trabajar en un burdel como prostituta, cuando Edward le cumple todos sus caprichos y además ahorra para que vaya a una de las mejores universidades de Londres.

Pero no. Edward se niega a que Gemma sepa la verdad, y yo muy en el fondo entiendo su miedo. Entiendo que no quiere quedarse sólo, no quiere perder todo por lo que ha luchado, no quiere que su fuerza e inspiración; para aguantar esta vida, se vaya.

Apago el cigarrillo en el cenicero y me doy cuenta que es el octavo cigarrillo que fumo en lo que va del día, y apenas son las 8:40 de la mañana.

Suspiro frustrado y tomo mi celular. Ni una sola llamada perdida de Edward, ni un mensaje y lo que es aún peor, ni siquiera al burdel parece preocuparle el hecho de que yo no me he presentado ahí durante 36 horas.

Tranquilízate Niall, Edward no están tonto como para no saber ponerse un alto a la hora de trabajar... Bueno vale, si lo es un poco, pero sabe qué día es hoy ¿No?

¿Y si le pasó algo? ¿Y si algún idiota se quiso pasar de listo con él? Peor aún, ¿Y si Madame lo mando a alguna esquina como suele mandarme a mí?

Hay no.

La puerta se abrió abruptamente haciendo que yo pegara un brinco y mi corazón se acelerara.

-Estoy en casa...- murmuro un chico de cabellera risada y como si de un milagro se tratara, sentí como todos los nervios y la angustia se esfumaban y dieran paso a la ira.

-¡Tu! Maldito idiota- le grito llamando su atención- ¿Sabes a acaso que hora es? No estuviste en casa durante 24 horas- el choca conmigo y alza la mirada.

-Nadie aguanta 24 horas de trabajo...- murmura el, como si fuera un dato que alguien le pidió corroborar. Edward esta tan pálido como cuando tiene ataques de asma y puedo ver como debajo de sus ojos verdes, unas grandes ojeras amenazan con aparecer.

-No me digas- digo sarcásticamente- Serás idiota...- el asiente con la cabeza

-Solo un poquito

-Ven acá pedazo de...- Suspiro y antes de continuar con los reclamos, me recuerdo que él me ha cubierto con Madame en el burdel durante 24 horas y me muerdo el labio para no seguir con mi regaño.

Lo siento en una silla, frente a la mesa y me dedico a hacerle un café tan cargado como me es posible. Sin azúcar y tan caliente que si no despierta por la cafeína lo hará por el agua hirviendo.

Cuando los ángeles lloran (Larry Stylinson) EDITANDOWhere stories live. Discover now