𝟎𝟎𝟐| 𝐄𝐥 𝐧𝐚𝐯𝐢́𝐨 𝐝𝐞𝐥 𝐚𝐥𝐛𝐚

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El suave crujir de la madera bajo sus pies es solo la señal de que, aunque el suelo de suaves crujidos por el tiempo que hay en el mar, pero a la reina y a la guardiana no parecía importarle en lo absoluto.

Los largos cabellos de Florenthia estaban sueltos, dejando que se apreciará como un fino y revuelto mar rojo, mismo que llegaban hasta la cintura de la dama, mientras que los cabellos más oscuros de Lucy, se mostraban como una suave cascada que llegaba hasta sus codos, contratando con la tela de la enorme camisa que llevaba.

—¡Ah! Han llegado nuestra reina y guardiana —dijo Caspian con alegría—. Les esperábamos. Este es mi capitán, Lord Drinian. 

Un hombre de pelo negro dobló una rodilla ante Lucía y besó su mano, dándole un asentimiento a Thia. Sólo seencontraban presentes Edmund, Barty y Reepicheep. 

 —¿Dónde está Eustace? —preguntó Lucy

 —En su cama —respondió Barty—, y creo que no podemos hacer nada por él. Lo único que se logra al tratar de ser amable con él, es que se ponga peor. 

—Mientras tanto, tenemos que conversar —dijo Caspian. 

—Por supuesto —convino Edmund—, y, en primer lugar, sobre el paso deltiempo. Según nuestro tiempo, hace un año que nos fuimos de aquí, justo antes de tucoronación. ¿Cuánto ha transcurrido en Narnia? 

Bueno, aquella era una muy buena pregunta, aunque no sospechaban de mucho, sino, no estarían frente de Caspian. 

—Exactamente tres años —contestó Caspian. 

—Y ¿todo anda bien? —preguntó Thia, mirando al rey de barba

—No supondrás que yo abandonaría mi reino y me haría a la mar si las cosas no
anduvieran bien —dijo el rey dándole una sonrisa a la pelirroja—. Vi  me mataría si hiciera eso. La verdad es que no podrían andar mejor. Los problemas entre los Telmarinos, Enanos, Animales que Hablan, Faunos y demás, terminaron y el verano pasado les dimos tal paliza a esos gigantes camorreros de la frontera, que ahora nos rinden homenaje. Además, tengo un excelente regente para cuando estoy fuera: Trumpkin, el Enano. ¿Se acuerdan de él?

—¿«QA»?— dijeron sorprendidas la reina y la guardiana, haciendo que los tres varones que conocían el significado, rieran

Lord Drinian miro curioso a las jóvenes damas, y fue Barty quien se lo aclaro.

—Querido amiguito

Las risas se vuelven más fuertes, incluso Lord Drinian tiene que disimular una sonrisa.

—Es leal como tejón, Señora, y tan valiente como... como... un ratón —dijo Drinian.

Iba a decir como un león, pero se dio cuenta de que los ojos de Rípichip estaban fijos en él.

—¿Cuál es nuestro rumbo ahora? —preguntó Edmund de pronto.

—Bueno —comenzó Caspian—, es una historia bastante larga. Tal vez recuerden
que cuando yo era un niño, el usurpador, mi tío Miraz, se deshizo de siete amigos de mi
padre, que habrían estado de mi parte, enviándolos a explorar los desconocidos mares del este, más allá de las Islas Desiertas.

—Sí —respondió Barty, recordando lo que el profesor Cornelius le habia dicho aquella ocasión. — y nunca jamás regresaron.

—Así fue —continuó Caspian, luciendo orgulloso de aquello—. El día de mi coronación, con el consentimiento de Aslan, juré que si lograba establecer la paz en Narnia navegaría hacia el este durante un año y un día, con el fin de encontrar a los amigos de mi padre o saber de su muerte y vengarlos si podía. Sus nombres eran Lord Revilian, Lord Bern, Lord Argoz, Lord Mavramorn, Lord Octesiano, Lord Restimar y Lord... Lord... Me es tan difícil recordar el otro nombre...

𝐋𝐚𝐬 𝐂𝐨𝐫𝐧𝐢𝐜𝐚𝐬 𝐃𝐞 𝐍𝐚𝐫𝐧𝐢𝐚 «𝐄𝐝𝐦𝐮𝐧𝐝 𝐏𝐞𝐯𝐞𝐧𝐬𝐢𝐞»Donde viven las historias. Descúbrelo ahora