◄CapítuloDieciséis

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-Selena… -Susurró él con la voz ronca. Realmente no sabía qué decirle, ni cómo.

-Necesito saberlo –Respondió ella, adivinando su duda. Soltó un sollozo, comenzando a llorar nuevamente- ¿A qué te refieres con que me han desterrado?

Newt se quedó unos segundos callado. Abrió levemente la boca en varias ocasiones, pero no emitía sonido alguno y volvía a cerrarla. Tragó en seco.

Nunca podría mentirle, y nunca lo había hecho.

-Tuvimos que hacerlo –Comenzó a morderse la mano, sin querer continuar. Se dio cuenta de que había comenzado a llorar cuando la humedad llegó hasta su puño. Apretó los párpados- Atacaste a un habitante.

-¿Lo lastimé? –Sollozó ella, con la voz entrecortada.

-Tú lo… lo asesinaste –Tartamudeó.

El rostro de Selena fue invadido por el dolor. Se levantó de golpe y se tironeó del pelo. Apretaba los dientes y contemplaba sus manos. Las manos de una asesina, que habían herido a un inocente.

Cada vez que averiguaba algo de su pasado, acababa decepcionándose a sí misma. ¿Por qué había actuado como lo había hecho? Se sentía más malvada que CRUEL. Sentía como si todo ese tiempo hubiese sido un engaño para sí misma. La misma marioneta de siempre, que la organización usaba para su beneficio y diversión. Jugaban con ella, con todos.

-Soy una asesina –Murmuró, con la vista perdida hacia varios puntos incoherentes del piso.

Newt se levantó e intentó tomarla de la mano. Selena se corrió bruscamente y siguió paseando los ojos, sin mirarlo, repitiendo lo mismo una y otra vez. El muchacho la tomó por el brazo y la obligó a mirarlo fijamente, tomándole el mentón para que no bajara la cabeza.

-No lo eres –Dijo firmemente mientras observaba el grisáceo de sus ojos brillar cada vez con más intensidad- Fueron tus manos lo que lo hicieron, pero las acciones fueron de CRUEL. Ellos estaban controlándote.

-Y yo se los permití –Susurró, casi inaudiblemente, que si no fuera porque Newt estaba a centímetros de ella, no la hubiera oído.

-No tenías opción. Tu cerebro era suyo. Estaban jugando contigo, eso era lo único que hacían.

-Y lo siguen haciendo –Contestó ella, hablando más consigo misma que con el muchacho.

Tironeó de su brazo y se separó bruscamente de Newt.

Él se preguntó lo que estaría pasando por su cabeza. Estaba dolida, decepcionada, enojada y perdida. Pero sobre todo perdida, como un bebé que acaba de nacer, sin entender nada del mundo y por qué, buscando a tientas en la oscuridad a alguien que le ilustre el camino. Newt quería ayudarle, ayudarle a entender, pero ni él mismo lo hacía. ¿Cómo mostrarle a alguien cómo arreglar algo si ni tú sabes hacerlo?

Se quedó contemplándola en la oscuridad, como miraba hacia un punto perdido en el cielo, buscando una señal. Quizá esa estela que le guiaría el camino, ese rayo entre las sombras. Ese algo que la sacaría de allí, que la guiaría hacia la luz.

-No eres una asesina –Repitió, casi en susurro.

Ella se dio vuelta, y corrió hasta él, enredando los brazos en su cuello, casi asfixiándolo por la presión que hacía sobre su cuerpo. Newt la dejó, para hacerle entender que no estaba sola. Él estaba allí, él la ayudaría, él la protegería. Sin importar qué.

Le correspondió el abrazo, pasando sus manos alrededor de su cintura. La sentía llorar en silencio, enterrando su rostro en el hueco de su cuello.

Selena sintió una punzada en la cabeza. Dio un paso hacia atrás. Sabía lo que pasaría.

Estaba lista para recordar, esta vez sí.

Las imágenes fueron distintas esta vez. Estaba riendo, mientras tomaba la manzana de un árbol y daba un gran salto para aterrizar en el suelo. Junto a ella había una muchacha con el pelo rubio y corto, por arriba de sus orejas, que reía junto a ella. Tenía las facciones delicadas, pero a la vez fuertes y decididas.

Un nombre le recorrió la mente.

"Ellie".

No supo cómo, pero estaba segura de que era el nombre de la chica junto a ella.

Y supo que esa muchacha no era Lyra, tampoco Selena, era Jane. 

La imagen se distorsionó, y se vio corriendo entre unos muros gigantes, similares al lugar dónde había hallado al griever en el anterior recuerdo. A diferencia del anterior, en esta situación se veía mucho más decidida, cómo si supiera qué camino tomar, yendo a gran velocidad, esta vez no huía nada, y no estaba segura de la razón de su carrera. Estaba repleta de sudor, con el pelo atado en una cola alta y una mochila firmemente agarrada a sus hombros.

El recuerdo se desvaneció, y volvió a enfocarse, en un lugar rodeado de pasto. Estaba caminando junto a la rubia de antes, estaban hablando, más no escuchaba su conversación, sólo sus labios moverse.

Sintió cómo miraron más adelante, y la imagen se centré en una niña de cabello colorado cobrizo arrojada sobre la tierra, llorando por una herida que tenía sobre la rodilla. Posiblemente un raspón. La pequeña no debía pasar de los doce años, pero era tonto que llorara tanto por ello. Aun así se acercaron a ayudarla.

"May" dijo su mente.

El nombre de la niña.

La imagen desapareció por completo.

 

Cuando despertó estaba tendida en el suelo, posiblemente se había desmayado. Newt la miraba con preocupación, arrodillado a su lado.

Las punzadas de su cabeza fueron disminuyendo hasta ser completamente nulas.

No pudo evitar cerrar los ojos de golpe y quedarse dormida por el cansancio. De repente se había sentido agotada.

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Lamento un poco la tardanza. Estaba pensando en cómo seguirla, y quería encontrar la forma de meter al grupo B en los recuerdos de Selena, puesto que también fueron una parte importante de su vida ¿Entienden? 

Además quería que supieran como era la vida de Jane, si es que alguna vez se lo habían preguntado jaja.

Espero que les haya gustado el capítulo, después de todo.

¡Hasta luego, larchas!

The girl who ran in the desert //Newt, TMRWhere stories live. Discover now