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El sonido molesto de una máquina retumbaba en mi cabeza. Podía sentir un dolor agudo con cada ruido que entraba por mis oídos. Abrí mis ojos y los cerré de inmediato ante la intensa luz blanca.

¿Qué me había pasado?

Intento recordar pero nada llega a mi mente. Trato de volver abrir los ojos y parpadeo un par de veces hasta que me acostumbro a la luz. Un hospital, estaba en un hospital. Puedo ver cómo tengo una intravenosa y la cosa en el dedo que jamás he sabido cómo se llama. El sonido que me perturba es el de la máquina que monitorea mis latidos. Muevo mi cabeza y un intenso dolor se apodera de mí, cierro los ojos con fuerza y gimo.

¿Qué me había pasado? ¿Por qué me dolía tanto la cabeza?

Me muevo en la camilla y fue como haber despertado cada parte de mí. Dolor, dolor era lo único que podía sentir. Lágrimas empiezan a caer de mis ojos y siento como la desesperación me domina.

¿Por qué estaba aquí? ¿Qué me habían hecho?

La máquina de mis latidos empieza a sonar como loca desesperandome aún más. Quería silencio, mi cabeza iba a explotar en cualquier momento.

Necesitaba que parará, necesitaba que el dolor se fuera. No lo soportaba.

Escucho como la puerta se abre y un grupo de personas entrá.

—¡Abi! —Alguien dice mi nombre pero yo solo puedo pensar en mí dolor.

¡Me dolía! ¡Me dolía mucho!

—¡Ella no debería de despertar todavía! ¡Por favor señor apartese!  —Veo como dos mujeres apartan al hombre que se había acercado a mí.

—Hey, tranquila, cuidaremos bien de ti. Todavía no es hora de despertar.

Escucho que me dice una de ellas para después ver cómo inyectaba algo en mis venas y paz, solo pude sentir paz.

Mis ojos se volvieron a cerrar alejando ese dolor insoportable de mi cabeza, volviendo a la densa oscuridad.

(...)

Pude escuchar ese ruido de nuevo, el ruido de mis propios latidos.

Ya no sentía el dolor intenso e insoportable, solo tenía una molestia.

Intento abrir mis ojos y con dificultad lo logro a pesar de su pesadez. Parpadeo para tratar de acostumbrarme a la luz. Cuando lo logro me doy cuenta que estaba en una habitación diferente, está era más amplia y un poco lujosa para ser de un hospital. Tenía un pantalla plana frente a mi, la cama era muy cómoda y mullida, un refrigerador mediano y luego unos sofás beige alrededor de la habitación muy espaciosos que se veían cómodos con personas durmiendo encima de él.

Malcolm y Magnus estaban aquí. Con eso lo supe todo, seguramente me trasladaron a esta habitación. Ava y Aiden estaban también y noté que no tenían la misma ropa del día del cine.

¿Cuántos días estuve inconciente?

Lo más importante ¿Quién me había golpeado de esa manera? o ¿A quién se referían cuando decían "ellos"?

¿Mis amigos? ¿Mis novios? ¿Quién?

Me muevo un poco y gemí al sentir el dolor en mi cadera.

—Hey, no te muevas mucho. —Alzo la cabeza y me encuentro a Malcolm acercándose rápidamente a mí. —Joder, muñequita. Me tenías asustado hasta la mierda.

—¿Cuánto tiempo... —Me detuve al sentir mi garganta y boca horriblemente seca. —Agua.

Malcolm toma rápidamente un vaso y lo llena de agua para luego ayudarme a beberlo. Sentir el líquido correr por mi garganta fue la gloria.

Dankworth [+18]Where stories live. Discover now