Extra Sweet | LuWoo ↺ Omegaverse

《Capítulo 1》

Eran cerca de las cuatro de la tarde; una suave y refrescante brisa resoplaba el ambiente, moviendo con delicadeza las doradas hebras de cabello de un cansado omega que sólo quería llegar a casa a descansar un poco, la Universidad le carcomía la cordura muy lentamente.

Estudiar medicina era uno de sus sueños desde chico y jamás desistió aunque fuese un pequeño y tierno omega que trataría de entrar a un mundo lleno de dominantes, competitivos, prepotentes y muy inteligentes alfas. Por el contrario, luchó y se preparó hasta que finalmente logró entrar a la facultad de medicina por mérito propio, teniendo notas impecables y un comportamiento intachable, siendo la envidia de muchos. No era muy común ver a un omega estudiando medicina porque simplemente era algo en lo que los alfas destacaban más; los omegas regularmente escogían carreras como la maestría, enfermería, diseño o alguna ingeniería. JungWoo sabía a la perfección que no podía desaprovechar aquella oportunidad que probablemente nunca más se vuelva a presentar en su vida, así que daría lo mejor de él.

Suspirando a paso pausado y flojo continuó con su travesía a casa. Debía de estar agradecido porque residía relativamente cerca de su lugar de estudio, así se evitaba problemas y gastos adicionales, viviendo sólo con lo justo y necesario que le proporcionaban sus amorosos padres en muchos casos. Para alivianar la presión de estos de tener que enviarle dinero cada mes y ser una carga según su percepción, consiguió un trabajo de medio tiempo como mesero en un restaurante en en el que llevaba más de un año y le daban muy buenas propinas por ser muy amable. Era agotador porque debía estudiar y trabajar a la vez en una carrera que le exigía bastante, pero no le fue imposible, de hecho lo motivaba de alguna extraña manera.

Para su mala suerte, el restaurante llegó al punto de quebrar y fue despedido al igual que todos los empleados de allí. Sus padres le dijeron que no se preocupara de nada, que él no tenía que trabajar desde un principio, pero JungWoo era terco como mula y quería depender sólo de sí mismo, así que sólo aceptó la ayuda en lo que buscaba otro empleo que pudiera solventar el problema del dinero.

Observó cada lugar por el que pasaba repleto de muchas personas, así que simplemente tomó con fuerza las correas de su mochila y siguió de largo. Hubo un lugar en especifico en el cual se detuvo en seco. Sus orbes se agrandaron y su boca se volvió agua al visualizar en un gran aparador una cuantiosa variedad de dulces, postres y demás.

Su talón de Aquiles era lo dulce, no hay duda.

Revisó sus bolsillos con desespero y formó una sonrisa de oreja a oreja al mirar que aún traía consigo algo de dinero, lo suficiente como para comprar algún postre e ir felizmente a casa. Jaló la puerta de vidrio con aparente emoción y se adentró al basto lugar, quedando maravillado al instante por la variedad de cosas dulces de la cafetería; se sentía en el paraíso.

Se extrañó mucho de ver a sólo un par de personas allí, ya que el Café era bastante llamativo y estaba en una zona muy concurrida del centro de Seúl, aunque por el momento no le dio mucha importancia. Habían algunas muestras gratis, así que no iba a perder la oportunidad de comer un poco de estas, y mucho menos si eran gratuitas. Se acercó a una bandeja, tomó un postre y lo puso en su boca, degustando con gran alegría cada grano de azúcar que se derretia en su paladar.

Cuando las muestras gratuitas ya fueron suficientes para él, con su dinero en mano se dirigió a la caja con la intención de llevarse un delicioso postre a casa. Quizá lo comería cuando esté estudiando para los exámenes de ese semestre en particular que están a nada de llegar.

Detrás del mostrador, de espaldas, se encontraba un hombre muchísimo más alto que él, tenía un sedoso cabello color negro y al parecer terminaba de acomodar un letrero con los precios de unos postres en la parte trasera. Finalmente, se giró y encaró al joven cliente.