Cap. 30 El Regalo Ideal

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Pov Narrador

Año 2014

Era la víspera de navidad las ciudades más pobladas de China, las cuales eran Beijing y Shanghai se encontraban celebrando. Cocinando, comiendo y conviviendo con sus familias. Gran parte de las personas ponían su altar a la princesa perdida Kumiko y otras se encontraban a las afueras del palacio de Beijing conglomerandose para estar al lado de su emperatriz en estos momentos tan difíciles.

En la habitación Real, la más grande de todo el palacio de Beijing, era todo lo contrario a una fiesta de navidad. Se encontraba con poca iluminación, y se podía sentir una emoción de tristeza y frío a cualquiera que se encontrará ahi

Beep...beep...beep...beep...beep

Era el único sonido que resonaba en la habitación.

—Te traje la cena cariño —el pitido de la habitación fue opacado al escuchar la puerta abrirse y revelar al emperador Wu Shihuo entrando a la habitación trayendo una bandeja a su querida esposa.

Un mujer de edad avanzada yacia recostada en la cama de la habitación, conectada a muchos aparatos médicos, como lo eran un respirador, un electrocardiograma, un suero, etc, mientras contemplaba una fotografía.

—Muchas gracias amor —agradecía la emperatriz mientras dejaba la fotografía en la mesita de al lado.

El emperador se acercó a su esposa dejándole la bandeja en su regazo. En el momento de haber dejado la bandeja el emperador pudo ver de reojo la fotografía que hace un momento sostenía la mujer.

—El día de hoy hubiéramos celebrado su cumpleaños —dijo la emperatriz al ver a su esposo mirar la fotografía.

—Si, lo sé —respondia el emperador con tono de tristeza.

—Recuerdas a nuestra pequeña Maylin —decía la emperatriz nostálgica mientras tomaba los cubiertos de su cena— a ella le gustaban los niños.

—Si, recuerdo que ella solía sacar a pasear a los niños huérfanos, o a veces iba a leerle cuentos a los niños que estaban en hospitales —decia el emperador igualmente nostálgico— a ella le gustaba convivir mucho con los niños.

—Recuerdo que el sueño que tenía nuestra pequeña Maylin era el de ser madre —decía la emperatriz quien comenzaba a lagrimear— y cuando recibió la noticia de que estaba embarazada, jamás la había visto tan feliz en mi vida.

—Recuerdo lo emocionada que estaba —dijo el emperador mientras sostenía la fotografía. En la fotografía se podía observar a la princesa Maylin cargando en brazos a la pequeña Kumiko— está fotografía fue tomada el día en que nació Kumiko —el emperador también comenzaba a lagrimear.

—¿Recuerdas cuando Maylin en ocasiones se escapaba de realizar sus obligaciones?

—Si. Ella se escapaba para ir a ver a Kumiko dormir en su cuna —dijo el emperador con tono triste— también recuerdo cuando Kumiko nos pedía que la lleváramos al jardín, le encantaba jugar con las catarinas del lugar.

La expresion de la emperatriz se había vuelto más triste.

—Maylin era una buena persona y Kumiko era una niña dulce y tierna —dijo la emperatriz al borde de las lagrimas— ¿Por qué esos hombres nos arrebataron nuestra felicidad de un momento a otro?

El emperador también se encontraba al borde de las lágrimas, pero no podía llorar, tenía que ser fuerte por él y por su esposa. El emperador se acercó a su esposa y la abrazo mientras que ella lloraba en su hombro.

La princesa perdida MarinetteWhere stories live. Discover now