CAPITULO 2

98 7 1
                                    

La reunión había ido estupendamente y cuando me desperté al día siguiente decidí que era momento para ir a comprar algo de comida. Algunos de dieron algunos miradas desagradables, lo cual no me extraña. Mientras que a otros no les importaba en absoluto, tal y como debería ser con los humanos. Una pena que no vean las cosas de esa manera.

Estaba de regreso a mi departamento cuando me tope de nuevo con Michiru.

"Oh Max que tal estas." Me saludo alegremente.

"Bien nada del otro mundo, vengo de comprar comida y ahora me disponía quedarme en mi departamento leyendo un poco."

"Eh, pero que dices, no puedes pasártela todo el día en casa, sal y haz algo hombre." Era obvio des de el primer día que ella era la típica chica a la cual le gustaba hacer deporte. Alguien que no es capaz de quedarse en casa, y vaya si es fácil manipular a las personas.

"Nah hoy no me apetece salir de casa, además que tampoco conozco a nadie." Eso era todo lo que necesita para que ella se ofreciese a llevarme.

"Que tonterias son esas, pues ven conmigo, yo te enseñare la ciudad, y si quieres también podemos jugar baloncesto." BINGO, ha caído de lleno. Tal y como predije, lo que hará que acercarme a ella sea mucho más sencillo.

Fuimos por la ciudad viendo un poco de todo, hablando de nosotros y tomamos un helado. Después de eso ella me llevo a su residencia donde conocí a dos beastman bastante amables, y donde tenia una cancha de baloncesto.

"Entonces te apetece jugar baloncesto." Me dijo mientras se quitaba su chaqueta y se quedaba con su camisa que hacían bastante más notorios sus pechos. Osea no eran muy grandes, pero tampoco pequeños. En términos más simples son unos pechos de un tamaño normal, lo que significaba que tenia un cuerpo bastante normal, o al menos lo seria si era humana. Ya que en su forma animal era bastante linda, cosa inegable. Osea como demonios los humanos desprecian seres tan lindos como Michiru, es algo que jamás entenderé.

Entonces me quite mi traje dejando solo una camisa blanca, la cual dejaba expuesta mis tonificados brazos. Era obvio que ella se sorprendió mucho y se puso roja como una remolacha al verme, pero yo fingí ignorancia al ver esto, es siempre el mejor curso de acción en momentos como este, solo hace que las chicas me vean más interesante.

"Eh pasa algo." Pregunte fingiendo ignorancia.

"Eh no nada, es solo que ... no esperaba que te vieras así." Dijo señalando mis brazos.

"Ah lo dices por mis brazos, bueno no es la gran cosa, es solo el resultado de años de entrenamiento".

"Bueno y como es que entrenaste tanto, porque no todo el mundo tiene un cuerpo como el tuyo."

"Esto la gente se metía conmigo en el instituto así que entrene para volverme fuerte y poder defenderme de los matones. Y des de entonces nadie más me ha molestado. "Le respondí algo avergonzado.

"Oh ya veo. Bueno jugamos ". Me dijo pasándome la bola.

"Por supuesto".

Y comenzamos a jugar. Para ser sincero ella era bastante buena jugando a baloncesto, aunque yo tampoco era muy aficionado que digamos, sabia reconocer el talento cuando lo veia.

"Uff eres muy buena Michiru". Le dije mientras me limpiaba la sudor de la frente.

"Bueno es que llevo años jugando, y por lo que puedo decir tu no has jugado mucho al baloncesto".

"Pues tienes razón, osea hago mucho ejercicio, y aunque me gusta el deporte, nunca he sido muy fanático de jugarlos."

"Oye no pasa nada, con ese físico me has seguido el ritmo sin ningún problema".

"Supongo ... bueno creo que me voy yendo, que aun tengo que continuar leyendo mi nuevo libro."

"Entonces por lo que dices, eres un fanático de la lectura".

"Así es Michiru, los libros me ayudan a desconectar ya entrar en otras realidades. Lo cual es muy divertido deberías probarlo también. "

"Supongo aunque no sabría que leer, la verdad es que no soy muy fanática de los libros."

Entonces pensé en uno de mis libros favoritos. "No temas mi buena amiga, porque tu amigo Max tiene la solución. Si vienes a mi casa puedo prestarte uno de mis libros favoritos, divergente ".

"Oh en serio".

"Por supuesto, y te aseguro que te encantara, es una de las mejores obras literarias que e leído."

Fuimos a mi departamento y allí busque por mi maleta hasta encontrar el libro.

"Aquí tienes, espero que lo disfrutes".

"Gracias, esta noche empezare a leerlo." Me respondió con una sonrisa genuina y abrazando el libro. Y por alguna razón mi corazón latió con fuerza al escuchar eso. Supongo que seria por lo extraña que era. Algo de lo que me había dado cuenta era que la mayoría de las chicas adolescentes no estaba interesado en leer libros, si no en verse lo más guapas posibles o ser lo más populares posibles. Claro no es así con todas, pero incluso si no son como e dicho, siguen sin darle una oportunidad a estas obras de arte. Que a pesar de ser escritas por humanos, tengo que admitir que cuando saben escribir buena historia, se nota y mucho.

Al día siguiente salí a hacer un poco de ejercicio. Correr algunos kilómetros, hacer flexiones y sentadillas, algunas barras, lo normal que suelo hacer siempre.

Y por alguna razón del destino Michiru me encontró y parecía muy emocionada. Pero me di cuenta de que iba acompañada de ese hombre lobo. Y estaba seguro de que seria un dolor de cabeza, pero lo disimule perfectamente, como siempre suelo hacer.

"Ey Michiru que haces aquí, no te esperaba".

"Bueno después de haber leído el libro que me diste me quede maravillada. Quien hubiera dicho que un libro podía llegar a ser tan interesante. "

"Jeje verdad que si, esa es la magia de los libros".

"Si ahora entiendo lo que querías decir ayer, es por eso que vine a buscarte para agradecértelo."

Ante sus elogios me sonroje un poco ya que nunca antes me habían elogiado así. Osea claro gracias a mi persuasión la gente me ha dicho muchas cosas y siempre fingí que me gustaba lo que me decían. Pero por alguna razón con ella, mi reacción fue real.

"Y por cierto, quien es tu ... amigo." Le pregunte.

"Ah es Shirou se suponía que íbamos al ayuntamiento, pero dijo que tenia curiosidad por conocerte".

"Veo". Respondí secamente. Era obvio que el tipo sospechaba de mi, lo que significaba que un paso en falso y todo el plan se iría al garete. Pero por suerte tengo paciencia, y como me gusta decir, la paciencia es una de las mejores virtudes.

Por alguna razón Shirou solo me miraba, seguramente intentando detectar algún tipo de intención contra ellos. Pero jamás encontrara nada, después de todo soy un maestro escondiendo mis verdaderos sentimientos.

"Eres extraño, y me causas curiosidad humano". Me dijo secamente.

"Ey no tienes que llamarme humano, llámame Max por favor me pone algo nervioso que me llamen así. Parece que te refieras a mi como si fueses algún tipo de alíen. "Le respondí fingiendo nerviosismo.

"Ey no te preocupes por él, desconfía de los humanos, pero en el fondo es un buen tipo." Me susurro Michiru. Yo asentí en comprensión a lo que me dijo ella.

"Bueno vámonos la alcaldesa nos espera".

"Okey, bueno hasta la próxima Max." Y se fueron. Pero por alguna razón que desconozco, no quería que ella se fuese. Michiru fue la primera chica que entendió mis gustos, algo que agradecí enormemente. Pero eso no importaba, eso me facilitaría las cosas y haría que nuestra confianza era más fácil de lograr. Y cuanta más confianza me tuvieran menos sospechoso parecería.

ODIOWhere stories live. Discover now