En las sombras

31 2 9
                                    

– ¿Estás segura de querer eso, chica? –murmuró el hombre sonriendo de medio lado.

– S-Sí –tartamudeó sonrojándose sin poder evitarlo.

– Entonces adelante, toma asiento –la invitó a sentarse frente a él.

Kouki se dejó caer pesadamente sobre la silla ya que le fallaban las rodillas. El hombre misterioso negó con la cabeza y le dio una segunda y una tercera mirada de pies a cabeza sin poder creer lo que veía. Tomó un sorbo de su bebida y se lamió el labio inferior mientras dirigía su mirada devuelta al rostro de la "joven chica".

El castaño estaba ardiendo de calor por todo el cuerpo, aquella mirada era tan excitante que encendía cada parte que veía. No sabía qué decir, ni qué hacer. Estaba nervioso, pero se le hacía tan dolorosamente conocida aquella persona, sus pensamientos fueron a Seijuro ya que sólo podía recordarle a él.

– ¿Qué se te ofrece en este lugar, hermosa? –interrogó el hombre arrellanándose relajado sobre la silla, la camiseta se elevó un poco en su abdomen dejando a ver un trozo de tersa piel blanca.

– S-Sólo vine a tomar un trago... p-para relajarme un poco... ¿Y t-tú? –tartamudeó sin controlarse, era tan patético.

– Vine a ver a una persona que realmente necesito –respondió evaluando cada reacción en el rostro de la "chica" que tenía enfrente.

– ¡Oh! –abrió los ojos de sobremanera y se sonrojó aún más si es que eso era posible– ¡L-Lo siento! De seguro estoy interrumpiendo... me... me voy a ir...

– La persona que vine a ver... –murmuró bajando la voz a un tono ronco que le resultó tan familiar al castaño quien se detuvo sólo para seguir escuchando la rica vibración– Eres tú, Kouki –.

El castaño se tensó completamente, y su rostro palideció drásticamente comparado al sonrojo que segundos antes tenía. Frunció el ceño estudiando más detalladamente al sujeto frente a él y entonces lo vio realmente. Los rasgos, el cuerpo, las manos, la sonrisa, la voz, todo era Seijuro. ¡¿Cómo fue tan ciego para no verlo?! Por esa razón su cuerpo reaccionó de tal forma, por esa razón sentía que lo conocía, maldición, Kouki estaba mirando a todos lados en busca del resto de los agentes y al no ver ninguno, frunció el ceño aún más ¿Acaso estaba solo?... si estaba solo eso significaba que tenía oportunidad de escapar.

– Me sorprende que no me hayas reconocido como yo a ti, pero creo que jamás esperaste que llegara todo disfrazado ¿no? –sonrió y le dio un trago a su bebida terminándola por completo– Estoy solo. No vino nadie conmigo y no tienes oportunidad de escapar. No conmigo.

– Seijuro... ¿Qué quieres? –masculló sin destensar ningún músculo, listo para atacar o correr.

– Estoy... en busca de un poco de diversión, viniste a mí buscando lo mismo, la pregunta que me hago es ¿Si no sabías quién era yo, me elegiste porque te recordaba a mí?

– Arrogante, egocéntrico –resopló Kouki para quitarle la verdad a las palabras del otro.

– No hace falta mentir.

– ¿Por qué estás aquí solo? ¿Cómo me encontraste? He sido muy cuidadoso con todos mis movimientos, no he hecho nada fuera de lo normal...

– Tu olor no puedo olvidarlo. Estás impregnado en mí –respondió acercándose a la mesa y olfateando en dirección a Kouki que se alejó instintivamente.

– Eso es una locura... –Kouki aprovechó la proximidad de Seijuro y observó sus ojos con detención– ¿Tienes lentes de contacto?

– Sí.

#2 Persiguiéndote... para matarte [AkaFuri] KNBDonde viven las historias. Descúbrelo ahora