Descansa, Nathalie

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*Pov de Nathalie*

Siento un rayo de luz pegándome en la cara. Era algo molesto, que provocó que me despertara. Doy un largo bostezo y me froto los ojos antes de ponerme mis lentes y hacerme un rodete rápido.

Tomé aquella tablet que conseguí esa última vez... Aquella que le pertenecía a ese antiguo guardián. Ahora me había apropiado de ella. Al revisar la hora me sorprendí que ya era pasado de medio día. ¿Cómo pude quedarme toda la mañana dormida?
Miré aquellos conectores que llevaban a aquellos monitores que medían mi pulso y mi respiración, al parecer estaba mejorando, lentamente, pero hubo avances de la noche anterior hasta ahora.

Apenas me iba a desconectar de los aparatos y salir de la cama para alistarme cuando desde la tablet me entra una video llamada. Era Gabriel. No podía tardarme en contestarle, así que lo hice estando en pijama.

...

Al parecer el hecho de que estuviera en pijama no le había importado. Gabriel confirmó la existencia de otros miraculous en el mundo, más cajas, más kwamis, más poder. Y la ubicación de uno muy poderoso es en nada más ni nada menos que en Nueva York. Gabriel se arriesgará a ir a recolectarlo.
Honestamente, por más que esté de su lado, tengo un mal presentimiento de esto. Fallará de nuevo, puedo sentirlo, pero las esperanzas nunca deben de morir, ¿cierto? Así que le deseo toda la suerte del mundo. Ojalá me equivoque y triunfe y pueda... Por fin estar con ella...

Todo volverá a ser como antes: me recuperaré, Adrien seguirá con la escuela y sus actividades particulares, Gabriel y la señora Emilie estarán juntos para siempre, como debería de ser y pues yo... Seguiré sirviendo noblemente a esa familia. Está bien, si el plan triunfa todo volverá a ser normal, excepto mis sentimientos hacia Gabriel...
No sé si esto que sienta en mi corazón durará para siempre, si con el tiempo lo superaré y lo olvidaré, o si con el regreso de Emilie significará mi fin.
No voy a mentir... Voy a extrañar mucho a Gabriel en estos días, la manera en que me ha tratado últimamente solo hace que me enamore más y más de él cuando no debería, ya que supongo que solo lo hace por cortesía.

Escucho la puerta de mi cuarto de pronto abrirse y se adentra en él aquel hombre que invade mis pensamientos. Luce cansado, pero con determinación en su mirada. Camina hacia mí ventana y observa cómo celebran fuera de su casa Marinette y el resto de la clase de Adrien.

-Dejé a Adrien ir a ese viaje escolar.

-¿En serio? -La verdad eso me sorprendió. Pensé que por protección estaría aquí y bajo mi tutela.

-Sí, además de que esa niña Marinette nunca se iría de mi casa a menos que dejara a Adrien ir. Y hoy no estoy de humor para soportar ese tipo de gente.

-Sin querer esa chica te acaba de ofrecer una oportunidad inesperada.

-Sí... -sonrió de lado. -Dejar que Adrien viaje a Nueva York hará que sea más fácil ocultar mi ausencia para él si me quedo aquí. Además, esto me ayudará a echarle un ojo encima.

-Muy bien, señor. -tomé la tablet y en menos de un minuto, ya había agendado un vuelo para él, en primera clase, la mejor calidad. -Ya está listo, su vuelo parte a las 10 de la noche.

-¿Qué? -voltea a verme atónito. -Nathalie, pude haberlo agendado yo mismo, sabes que necesitas descansar.

-Agendar un vuelo no va a acabar con mi energía -guiñé un ojo.

Descansa, Nathalie Donde viven las historias. Descúbrelo ahora