Cap5

418 32 7
                                    

Mi cuerpo se puso tenso, hace mucho no sentía esta cercanía, hace mucho no sentía ese calor tan intenso que me hacía sentirme en casa, hace mucho no sentía su corazón latir rápido al igual que el mío y hace mucho no sentía esta pasión tan sincera por alguien. Al quedar recostados sobre la cama nos miramos fijamente cortando ese beso, en sus ojos podía ver ese brillo que hace años no veía y que hacía un huequito en mi estómago de ilusión. Tomó mi barbilla y pego mi nariz a la de él

—Esta noche quiero amarte como nadie —respondió besándome—. Quiero demostrarte que nadie excepto yo puedo tocarte, nadie excepto yo puedo besarte, nadie excepto yo puedo amarte pequeña…

No pude responder a lo último por que sentí el beso de Christopher entre mi cuello y oreja, ese punto débil que me volvía loca. Gemí ante su contacto llevándolo hacia el otro lado.
La ropa empezaba a estorbar, él comenzó retirando mi blusa y dejándola por algún lado de la habitación e hizo lo mismo con su camisa impidiéndome quitarla. Me puse encima de él, necesitaba sentir ese pecho firme, ese que siempre había sido mío. Sentía su erección en mi entrepierna, pero debía dejarlo un poco más. Quería descubrirlo nuevamente, embriagarme de su piel y de su olor. El volvió a ponerme debajo de su cuerpo. Yo solo reía, quería ser el dominante

—Deja de forcejear muñeca —habló besando suavemente mis labios– .Déjame volver a descubrirte como antes

Dicho esto, tomó mi rostro para comenzar a besarme con la pasión más fogosa de mi vida, el pantalón me incomodaba, su pantalón me incomodaba, mi entrepierna exigía tenerlo dentro, pero sabía que él no lo iba a permitir todavía. Y como si me leyera la mente retiro mi pantalón y el suyo.
Subió lentamente sus manos por mis piernas. Cada roce, cada caricia me llevaba a un mundo donde solo éramos él y yo y lo demás se podía ir al carajo. Beso mi cuello bajando lentamente sus besos hasta la v que se formaban en mis senos.

—Extrañaba tanto tu aroma —habló el mientras me olía—. Eres una pequeña mentirosa—. No tenías ningún regalo para mí, ¿verdad?

Rei bajito, él retiro mi sostén suavemente y dio un mordisco sobre la piel expuesta. Mis manos pasaban por su cabello despeinándolo llevando su cabeza nuevamente a mis labios. Extrañaba sentir mis manos en su cabello, era mi parte favorita de su cuerpo después de... Bueno ustedes saben de qué. Tomo uno de mis pezones y lo coloco en sus labios besándolo suavemente, una de sus manos se coló por dentro de mi tanga de encaje, sintiendo mi humedad en sus dedos

—Siempre dispuesta para mí, como en viejos tiempos. Tu cuerpo sigue respondiendo satisfactoriamente

Mi respiración se cortó al sentir como introducía sus dedos dentro de mí al tiempo que mordía mi pezón de manera suave. Gemí en respuesta por lo que acababa de hacer soltando el aire, sentí su lengua jugando con mi pezón y su mano subió a mi otro pecho amasándolo. Comenzó a repartir besos intercalando entre un pezón y otro para luego dejar un camino de besos hasta llegar a mi vientre. Dio un beso por encima de la tela haciéndome erizar, la retiro lentamente mientras besaba mis piernas, luego subió de nuevo abriendo un poco más mis piernas dejándome completamente expuesta y desnuda para él. Beso mi parte más íntima mientras retorcía mis pezones con sus manos. Primero fueron besos suaves haciendo que cada roce de sus labios me llevara cerca del orgasmo.
De repente sentí como mordió mi clítoris, gemí en reproche cuando su mano soltó mi seno. Luego grite satisfactoria mente al sentir como introdujo dentro de mí dos dedos de golpe. Comenzó a moverlos lentamente de dentro hacia a fuera quedándose en la entrada buscando mi punto g, paso su lengua y luego comenzó a penetrarme con ella sintiendo como mis fluidos inundaban su boca. Cuando estuve a punto de llegar al éxtasis, se detuvo y pasó la lengua sensualmente por mis labios dando pequeños besos sonoros en mi boca.

—Sigues siendo deliciosa. Deliciosa y sensual

Cuando me quiso volver a besar lo detuve frenándolo con mis manos, le di vuelta y me puse encima de él con mis piernas, una a cada lado rozándome con su entre pierna. Retire su bóxer para que nada más nos estorbara. Comencé a dar besos por todo su pecho, por su rostro, por sus ojos; era tan increíble cuando los dos estábamos así entregándonos en cuerpo y alma mutuamente. Sentía su corazón latir rápidamente al igual que el mío, ambos estábamos nerviosos, noté en sus ojos como sus tics empezaban a asomarse por lo que empecé un suave masaje en sus hombros mientras seguía rozándome encima de él

—Relájate guapo, solo seamos tu y yo como antes

Tome su pene y lo acomode en mi entrada y baje lentamente sintiendo toda su longitud gimiendo y gruñendo al tiempo con él, comencé un lento vaivén, me tomo del trasero marcando el ritmo; lo bese mientras entrelazaba mis manos con las suyas. Podía sentirlo completamente dentro de mí. Aceleré mis movimientos cuando sentí que el comenzaba a tensarse, el gruñía fuerte mientras yo depositaba besos en sus labios. Lo tome de su cuello con mis manos atrayéndolo a mí y abriendo un poco mi boca para sentir nuestras lenguas danzando y explorando la boca del otro. Me moví más rápido sintiendo mis paredes tensarse sobre él y su miembro ponerse más duro y rígido dentro de mí, dí un grito de placer arqueando mi espalda. Mi vista se nubló por la excitación provocada, sus embestidas fueron más rápidas, gruñó fuertemente y su semilla explotó dentro de mí
Nos sentamos en la cama con nuestros cuerpos aún unidos, beso mi cuello y mis senos para que me relajara poco a poco, lo abrace mientras volvía a besarlo y dí un pequeño mordisco en su labio inferior

—Hace mucho tiempo no me sentía tan plena —hable con la voz agitada

Me puso encima de la cama quedando nuevamente sobre  mí, se recostó a mi lado dejándome vacía, hice un gesto de inconformidad; beso en medio de mis cejas y tocó con su dedo la punta de mi nariz

—Extrañaba sentirte, tocar tu piel. Hace mucho no hacía el amor con alguien —Hablo Christopher, yo suspiré absorbiendo su aroma y recostándome encima de su pecho acariciándolo

Encontré una cicatriz y me transporté al lugar donde se la había provocado, di un beso suave en ella para después acariciarla

—Recuerdas como me la provocaste traviesa?

Rei traviesamente volviendo a besar aquella cicatriz que le había causado en uno de los hoteles de España en el tour del adiós

—Sí. Te arañe demasiado fuerte ese día

—Me gusta saber que te hice sentir tan plena —habló dándome un beso lento en los labios

—Tú eres el único que me hace sentir completa Christopher. No importa el tiempo, no importa con quien esté, siempre eres tú el único que provoca que mi cuerpo se estremezca y que mueve cada fibra de mi ser cuando me toca, cuando me besa, cuando me miras. Un solo toque de tus manos y mi cuerpo reacciona satisfactoriamente —hable sincerándome

—Tú provocas lo mismo preciosa, es más mira, siente como mi corazón late por ti —tomo mi mano llevándola hasta ese lugar, en el cual deposite un beso sintiendo lo suave de su piel—. No puede detenerse y parece que quiere salir de mi pecho cada vez que tu estas cerca

Lo bese apretándolo fuertemente y abrazándolo. Me quedé viéndolo fijamente y en un momento de lucidez recordé al idiota de Francisco, no quería terminar con este momento tan mágico. Pero debía hacerlo

—Christopher... —hable viéndolo bajando mi mirada

—Dime preciosa —habló besándome de nuevo— solté mis manos de las suyas y me senté en la cama tapando con las sábanas mis piernas

—¿Qué va a pasar ahora con nosotros?...

HOJA EN BLANCODonde viven las historias. Descúbrelo ahora