Feel Special [K/Da] [Ahri X Akali]

Capítulo 12

—¿No te vieron salir?

—No, creo que no— la menor estaba jadeando, había corrido lo más rápido posible para llegar hasta allí —¿Qué hacemos ahora?

—No lo sé.

—Deberías haber pensado algo durante todo este tiempo, sabes lo difícil que-

—Sí sí, lo sé. No es necesario que me lo repitas Lucecita— Interrumpió la mayor, tomó de la mano a la rubia y la llevó detrás de su camioneta. —Quería verte, estar a solas contigo.

—Podemos vernos durante el día, lo sabes ¿no?— Con un tono bastante gracioso le respondió.

—Pero no puedo hacer esto.

Sin dudar ni un solo segundo, la mayor tomó el rostro de su compañera y le dio un tierno y cálido beso, que pronto se convirtieron en muchos más, acompañados por-

10% Batería baja.

—¡Justo en la mejor parte!— Akali algo irritada, oprimió el botón de pausar y se dispuso a buscar su cargador en medio de su habitación.

Eran aproximadamente tipo dos de la mañana, el clima estaba bastante normal, ni muy frío ni muy caliente. A pesar de haberse acostado relativamente temprano, Akali aún no podía conciliar el sueño.

Y eso no era nada más ni nada menos debido a una sola cosa, no podía dejar de pensar en lo sucedido con la vastaya hace unas horas atrás. Misma razón por la que se encontraba viendo una película en su teléfono. Era una de la maneras de despejarse que había ingeniado.

—¡Aquí estás!— Después de revolver unos cuantos bolsos, había encontrado su cargador del móvil dentro de uno de los bolsillos de su mochila. Conectó su teléfono al cargador y este al enchufe junto a su cama. Para su muy mala suerte, el cable era demasiado corto así que no podría de terminar de ver su película como le hubiera gustado.

Volvió a recostarse sobre su cama, ahora no tenía otra opción más que dormir.

Intentó acomodarse, pero a pesar de tener la posición perfecta no lograba dormir, sus ojos estaban bien abiertos, sentía que ya hasta podía ver todo con claridad a pesar de la escasa luz de la habitación.

2:45 AM.

Intentó imaginarse cualquier situación en su cabeza, contó ovejas e incluso empezó a recordar hechos de su infancia como para pasar el tiempo mientras intentaba ya desesperadamente dormir.

—Esto no está funcionando— Se levantó bruscamente de la cama, ya bastante frustrada por la situación, así que se dirigió a la puerta, quizás despejar su mente en el jardín o por algún lugar de la casa la ayude un poco.

Para su sorpresa, antes de siquiera tocar la manesilla de ma puerta, sintió como alguien desde el otro lado la golpeaba levemente. Con un poco de miedo, debido a que no esperaba visitas o algo siendo casi lqs tres de la mañana, esperó a que lo que sea que esté detrás de la puerta dijese algo o produciese algún sonido como para identificarlo.

Volvieron a tocar —¿'Kali, estás ahí?

Pudo escuchar con claridad la voz de la vastaya. No estaba del todo segura de sí abrir o no la puerta. Una enorme parte de ella le decía que lo hiciera, que enfrentara de raíz la situación y que no lo alargase a posibles malentendidos o situaciones incómodas en un futuro; pero por otra parte, había otra que sentía miedo, miedo de cómo pudiera reaccionar la vastaya o de como se tornaría la relación entre ambas.