CAPÍTULO 4. BATALLAS Y MUERTE.

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Astaroth, Duque del infierno/Ji li

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Astaroth, Duque del infierno/Ji li



Mefisto, Príncipe del infierno/ Zhu Zan Jin

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Mefisto, Príncipe del infierno/ Zhu Zan Jin



Xiao Zhan contempla la belleza del parque de tulipanes de Kamiyoubetsu con suma devoción, esta tan feliz que corre con sus brazos extendidos mientras YiBo lo observa con una sonrisa y la satisfacción de saber que el chico está cumpliendo sus sueños, el Arcángel suspira y eleva su rostro hacia el cielo con sus ojos cerrados tratando de comprender ese cosquilleo que le produce ver a los ojos a Xiao, extiende sus alas disfrutando del calor del sol y preguntándole a la Fuerza Suprema si esta también es una prueba para él, justo en ese instante Xiao se gira para pedirle que lo acompañe en su carrera liberadora, pero al ver al Arcángel se detiene de forma abrupta, por un corto tiempo cree ver las alas de YiBo y su corazón palpita como loco al contemplar la belleza sublime del Ser Celestial, que en la posición que se encuentra y junto al paisaje hace que parezca una obra de arte religioso.


Xiao quiere llorar, porque justo ahora aparecía quien hacía estremecer su corazón y para empeorar la situación ni siquiera era humano, él había aceptado su destino desde antes de saber que moriría pronto y lo último que quiere en estos momentos es sentirse vacío, no quiere molestarse con la vida por hacerle difícil su paso por este mundo.


Cuando YiBo se percata que Xiao está de pie en el sendero viéndolo, le sonríe y comienza a caminar hacia él solo para ver como lágrimas corren por sus mejillas. — ¡Zhan! ¿Qué te pasa? ¿Te duele algo? —le pregunta alarmado.


Xiao niega con su cabeza y limpia su cara con el dorso de su mano solo para dar paso a mas lágrimas. —No... es solo que de repente me sentí triste...


YiBo toma el rostro del chico entre sus manos y limpia con sus pulgares sus lágrimas, se ven a los ojos y es como si el tiempo se detuviera, el cosquilleo y el sonido de las gotas se hace presente de nuevo y YiBo quiere llevárselo para protegerlo eternamente, no quiere que sufra, no quiere que llore, él quiere verlo sonreír y que sea dichoso.

Dos VidasWhere stories live. Discover now