Príncipe Vampiro

𝕮𝖆𝖕𝖎𝖙𝖚𝖑𝖔 2

—¿Tenemos lo necesario? — Me cuestiona mí hermana Elizabeth para después mirarme.

—Si, tú quédate con las lanzas yo me ocupo de la espada.

—Muy bien entonces vamos, son las 12:30 a esta hora siempre hay buenos bocadillos, esos vampiros seguro que aparecen.

—No tienes que venir conmigo, este es mí trabajo.

—¿Y dejarte toda la diversión a ti?, no gracias quiero salir contigo necesito diversión.

—Como quieras — Digo mientras tomaba la espada de la mesa y la evainava —. Vamos antes de que descubran que no haré esto solo.

Ella asiento con la cabeza, se acercó a la ventana y la abrió.

—Salgamos con estilo — Sube a la ventana y después me mirá —.Te veo abajo.

Veo a Elizabeth saltar por aquella ventana, río tras ver la escena, me acerque a la ventana, subí y salte.

Cuando llegue al suelo vi a mí hermana cruzada de brazos enfrente de mí.

—Yo hice un aterrizaje con más clase.

—Nunca vas a cambiar.

—Rapído su alteza serenísima, tenemos que cazar vampiros rebeldes, ¿Una carrera hasta Brasov?

—Ok.

Me puse a su lado izquierdo, nos preparamos y usamos nuestras velocidades para adentrarnos en el bosque.

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Veronica

Para ser mí primer día en Rumania es un completo desastre llevo ya muchas horas tratando de llegar a la casa de mis tíos, pero por más que reviso el mapa no logro dar con la calle y lo peor de todo esto es que son las 12:30 de la media noche, creo que me debí de haber quedado en Londres.

Aún temiendo por estar sola en una ciudad que no conocía, seguí caminando por las calles de Brasov, y aún que las calles estaban alumbradas perfectamente mí miedo no se iba.

Seguí caminando hasta que llegue a la que le llaman la plaza del consejo aquí también estaba bien alumbrado pero el miedo aún seguía, me acerque al centro de la plaza en donde se encontraba la fuente y me senté cerca de ella.

—Estoy completamente pérdida — Saco mí celular del bolsillo derecho de mí pantalón —.Hay no, no puedo quedarme sin batería ahora.

Ahora sí que era el fin del mundo para mí, todo se acaba de arruinar completamente mí celular acaba de quedarse sin batería. Acerque mí maleta, la abrí y saqué la carta de mí tía Ágata donde me decía la dirección de su casa, me debió de haber dado más referencias sobre su calle eso sí me hubiera servido mucho.

—¿Estás perdida? — Escucho una voz masculina hablarme, despegó mí mirada de la carta y volteó hacia la izquierda donde se encontraba un hombre totalmente vestido de negro con una capucha que le cubría el rostro —.Puedo ayudarte, hermosa.

—N-no gracias — Le dije mientras me ponía de pié, sé que no debo de juzgar a las personas por su forma de vestir pero mí cuerpo está invadido por una corazonada que me dice que no me le tengo que acercar —.Una ves más le agradezco que me quiera ayudar pero no es necesario.

Tomo mí maleta y me alejo de la fuente.

—Si que eres hermosa.