Capítulo 3

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Al siguiente día...

12:30 p.m.

La hora del almuerzo, la hora de que Mayte y Manuel se vieran.

-¿Te quedarás a almorzar?- preguntó Isabel dirigiéndose a Mayte.

-No, tengo otros planes- respondió Mayte con una sonrisa picara.

-¡Niña! Tú sí que no pierdes tiempo- exclamó Isabel soltando una carcajada. Mayte rió y en seguida soñó un claxon -llegaron por mí- dijo emocionada.

Mayte se despidió de todos, tomó sus cosas de forma apresurada y corrió hacía el coche que estaba a las afueras de la casa.

-Hola Maytis- dijo Manuel mostrándole una sonrisa – Hola gordo – respondió ella subiéndose al coche – ¿Nos vamos? – preguntó él – Si, supongo – respondió ella – ¿Tú no piensas darme un beso? – dijo él con tono de sarcasmo.

En ese momento Mayte le dio un beso en la mejilla pero él volvió un poco su cara depositando en sus labios el tan llamado beso de "media luna". Durante todo el camino no hablaron, ella estaba demasiado nerviosa como para sacar un buen tema de conversación, por otro lado Manuel estaba también nervioso y pensativo "¿Por qué casi la beso? ¿Qué te pasa Manuel?" eran las preguntas que en su mente repetía una y otra vez.

Llegaron al restaurante, Manuel se bajó del coche y se apresuró al ver que Mayte también iba a bajarse.

-¡Espera!- vociferó – Permíteme abrirte la puerta-.

Él cumplió y extendió su mano, ella la tomó, bajó del coche y entraron al lugar

-Mesa para dos, por favor – solicitó él.

-Pase por acá- indicó la recepcionista con una cara de sorpresa al ver que tenía en frente a Manuel Mijares y a Mayte Lascurain la del grupo Pandora. Ellos por su parte tomaron asiento. Ella estaba más tranquila por lo tanto decidió romper con el silencio que se había establecido entre ambos.

-¿Qué tal estuvo tu día gordito?- lo que May no había notado era que la recepcionista estaba aún allí parada.

-¿Ustedes son pareja?- interrogo la imprudente mujer con una cara de pasmo.

Ambos volvieron su cabeza "Ojalá así fuera" pensó Mayte. Manuel soltó una fuerte carcajada y dijo:

-Para nada señorita, ésta linda chaparrita es como mi hermana-.

"¿Qué? ¿Una hermana?" pensó de nuevo la rubia. La recepcionista se alejó.

-Un poco imprudente la muchacha ¿No?- comentó Manuel aun riéndose.

"¿Por qué te sorprendes tanto Mayte? Sí sabes que Manuel siempre te ha querido como eso, una hermana y nada más" continuaba recriminando a sí misma.

-¿Mayte? Yuju, ¿Estás aquí?- llamó Manuel moviendo su mano frente a la rubia para que reaccionara.

-¿Si?- lo miró - ¿Qué decías Manuel? -.

-Nada Maytis, nada- dijo Manuel mientras su risa se desvanecía para convertirse sólo en una sonrisa.

Luego de eso ordenaron, comieron y hablaron sobre muchas cosas (la situación del país, sus familias, entre otros temas de interés general).

-Oye gordo, ¿Y qué onda con ese mensaje eh?- preguntó por fin Mayte entre risas.

-¿Mensaje? ¿Cuál mensaje May?- cuestionó él.

-El de ayer, el mensaje romántico que me envíaste- respondió ella – ¡No seas penoso hombre! Me vas a decir que ahora no te acuerdas – agregó.

-Mayte, yo sólo tome mi teléfono cuando me llamaste, ayer no tuve tiempo de nada. En serio no sé a qué mensaje te refieres- dijo él confundido.

"Pero sí él no fue, ¿Entonces quién?" pensó ella, estaba apenada.

-Seguro fue que me equivoqué, disculpa- mencionó Mayte con una profunda decepción.

-Si, seguro fue eso- dijo él –Un mensaje...- agregó soltando una carcajada.

-¿Cuál es la gracia? – preguntó desconcertada ante la burla.

-No es eso, sólo que... - reía - ¿Más o menos para qué querría enviarte un mensaje yo y aparte romántico? No tiene sentido-.

Esas palabras rasgaron el corazón de Mayte, jamás se esperó esa respuesta.

-Tienes toda la razón- susurró ella con tono de tristeza -Algo tan bonito no vendría de ti-.

Hubo un silencio rotundo en la mesa por un par de minutos, mismo que fue rotó por la rubia -¿Me llevas a casa de mi hermana por favor?-.

-Pe... pero, bueno está bien, sí eso es lo que quieres- respondió el -Si, exactamente es lo que quiero- indicó tajante.

En el camino ninguno se dirigió la palabra, Manuel sabía que había sido un poco, mejor dicho, muy rudo con sus palabras pero era muy orgulloso para disculparse. Por su parte Mayte estaba devastada, no lloró pero ganas no le faltaron. Llegaron a la casa de Isabel y Mayte abre de inmediato la puerta del coche.

-Maytis, espera y yo te abro- dijo Manuel tomando su mano.

-¿Para que TÚ me querrías abrir la puerta? No es necesario. Que pases una feliz noche Manuel- respondió soltándose de él.

Ella tocó el timbre e Isabel le abrió; cuando Mayte vio a su hermana de inmediato brotaron sus lágrimas.

-Mayte, ¿Qué te pasó?- preguntó Isabel preocupada.

-Nada gorda, por favor déjame entrar y no me preguntes nada- suplicó la rubia.

-María Teresa, tuvo que pasarte algo, tú no lloras fácilmente ¿Por qué lo haces? ¿Qué te pasó?- preguntaba Isabel.

Mayte hizo a un lado a su hermana -Nada Isabel, me iré a despedir de Joss-.

-¿Ya te vas?- Isabel estaba totalmente atónita -Si, sólo vine a buscar mi coche- dijo Mayte limpiándose las lágrimas.

María Teresa subió y se despidió de su sobrino, lo mismo hizo con Liza y luego se dirigió a la puerta -Adiós hermana, te quiero-.

Isabel la abrazó fuertemente y le dijo -Recuerda que pase lo que pase, siempre podrás contar conmigo y con muchas personas que te queremos-.

-Una persona puede sentirse sola, aun cuando mucha gente la quiera- explicó la rubia finalizando la conversación y cerrando la puerta.

Al día siguiente...
En el ensayo.

'No quiero ésta vida no sé qué hacer, sin él no la puedo entender; hoy sé que lo amo pero se fue, lo dejé partir y hoy no sé vivir...'

-¿Qué suena?- pregunta Fernanda.

-Disculpen, es mi teléfono- respondió apenada Mayte, dirigiéndose al escritorio donde estaba su móvil.

"Te amo, te amo tanto, no te imaginas cuánto" – Anónimo.

-¿Otra vez?- gritó frustrada al leer.

HUBO UNA VEZМесто, где живут истории. Откройте их для себя