[ ✰ ] 001: max dennison

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❃‧₊˚ ── : capítulo uno, max dennison

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❃‧₊˚ ── : capítulo uno, max dennison


Como cada año, la profesora Olin contaba a la clase la historia de las hermanas Sanderson, y todos en el aula escuchaban atentamente a las palabras de la mujer mayor disfrazada de bruja como si fuera la primera vez que escuchaban la historia. Todos en Salem disfrutaban de escuchar la historia una y otra vez, año tras año, cuando el mes de Octubre llegaba, sobretodo los niños y adolescentes. Para todos era una simple historia para asustar a los más pequeños, una leyenda, pero para Abby Winchester era más que eso, era un recordatorio de que esa noche debía proteger la vela negra para evitar que fuese encendida, tal y como sus ancestros lo habían hecho por siglos.

— Pobre Thackery Binx. Ni su padre, ni su madre, ni ningún otro ser, supo lo que le pasó hace 300 años. Y así, las hermanas Sanderson fueron ahorcadas por los pobladores de Salem. — la profesora caminaba entre las filas de pupitres mirando a sus estudiantes que estaban atentos a cada oración que salía de su boca — Algunos cuentan, que en Halloween un gato negro aún vigila la vieja casa de las Sanderson ahuyentando a aquellos que pudieran traer a la brujas de regreso a la vida...

La profesora soltó un grito y lanzó una cinta a la cara de una de las chicas logrando asustarla, lo que provocó las risas de todos los demás estudiantes, excepto uno. Sin duda alguna, la señora Olin era la profesora favorita de Abby por muchas razones, pero la principal era que sabía como capturar la atención de sus alumnos y se divertía con ellos, especialmente en esa época del año.

— Oh, por favor. — musitó Max Dennison atrayendo la atención de todo en el aula.

— Ajá. Parece que tenemos un escéptico entre nosotros. — señalo la profesora — Señor Dennison, ¿le gustaría darnos su punto de vista californiano despreocupado?

— Está bien. — replicó Max con una sonrisa pintada en su rostro — Comprendo, ustedes los de Salem creen en gatos negros y brujas, y esas cosas. — los estudiantes abuchearon al chico ante sus palabras, pero el continuó hablando — Pero todos aquí sabemos que el Halloween fue un invento de las compañías de dulces. Es una conspiración.

— No es una conspiración. — habló Abby atrayendo toda la atención hacía ella — Halloween se basa en un antiguo festejo llamado "víspera de todos los santos". Es la única noche del año en que los muertos pueden regresar a la tierra. Hay una gran y larga historia detrás de esta festividad, no es ningún invento.

Toda la clase aplaudió las palabras de Abby, quien había defendido las creencias de la gente que vivía en Salem y el origen de una preciada festividad para ellos. Allison, con una sonrisa, se giró en su asiento y chocó los cinco con su amiga.

— Bien dicho, Abby. — la felicitó la señora Olin con una sonrisa orgullosa en su rostro.

Max se levantó de su asiento y se acercó al de Abby — En caso de que Jimi Hendrix se aparezca esta noche... — él le entregó un papel doblado — Aquí esta mi número.

Abby desdobló el papel y leyó su contenido, confirmando que era el número de Max. En ese momento todos los chicos, y algunas de las chicas, comenzaron a silbar y a soltar un par de comentarios ante el intento de coqueteo de Max. La campana sonó unos segundos después anunciando el final de las clases, interrumpiendo el barullo; Abby tomó sus cosas y se levantó de su asiento, le sonrió a Max mientras se guardaba el papel en uno de los bolsillos de su chaqueta roja y abandonó el aula.

— Max. Ni lo sueñes. — le dijo el chico que se sentaba tras Abby, dándole a entender que no tenía ninguna oportunidad con la chica. Ella nunca salía con nadie, todos lo sabían.

Max tomó sus cosas y salió del aula rápidamente, abandonó la escuela y tomó su bicicleta del estacionamiento, listo para volver a su casa. Mientras avanzaba por la acera logró divisar a Abby entre la multitud a tan solo un par de metros de distancia, caminando sola, así que comenzó a pedalear en su dirección para tratar de alcanzarla.

— Abby. — llamó su nombre cuando logró alcanzarla, ella se giró a mirarlo y sonrió al darse cuenta de que se trataba de él.

— Hola. — lo saludó con entusiasmo, Abby siempre era amable.

— Oye, lo siento. — Abby frunció el ceño, confundida — No quise avergonzarte en clase. — dijo Max, a lo que ella soltó una pequeña risa.

— No lo hiciste. — le aseguró ella.

— Me llamó Max Dennison. — se presentó él, tratando de hacer las cosas bien con Abby, lo cuál ella encontró un poco tierno y gracioso. Ambos se detuvieron en medio del camino y ella estrechó la mano del chico por unos cuantos segundos.

— Abby Winchester. — respondió la rubia — Acabas de mudarte, ¿no es cierto?

— Sí, la semana pasada. — confirmó Max.

— Debe ser un gran cambio para ti. — comentó Abby refiriéndose a la gran diferencia de ambiente que había entre Los Ángeles y Salem.

— Sí, te aseguró que lo es. — respondió Max mirando por un momento su alrededor.

— ¿No te gusta este lugar? — preguntó Abby con genuina curiosidad.

— Las hojas son lindas, pero... No lo sé, es toda esa tontería de Halloween.

— ¿Tú no crees en ello?

— ¿Quieres decir, eso de las hermanas Sanderson? No, para nada.

— ¿Ni siquiera en Halloween?

— Especialmente no en Halloween.

Abby asintió entendiendo el escepticismo de Max ante el tema de las hermanas Sanderson; si su familia no le hubiese contado la verdad, ella tampoco creería que es algo más que una historia. Aunque también le parecía un poco gracioso que Max estaba frente a una de las descendientes de esas brujas afirmando que la historia era un invento, cuando ella sabía que era bastante real.

— Bueno, truco o trato. — Abby le extendió un papel doblado a Max y él enseguida lo tomó entre sus dedos — Nos vemos, Max.

Max se despidió de Abby con un movimiento de mano y después la vio alejarse con pasos tranquilos por el camino lleno de gente; la miró atentamente por varios segundos hasta que la vio desaparecer entre la multitud, fue entonces cuando bajó la vista al papel entre sus dedos, lo desdobló y una gran sonrisa se alzó en sus labios al leer lo que estaba escrito en la hoja blanca.

Abby Winchester le había dado su número.

Y lo había hecho por la simple razón de que había algo en Max que le gustaba, además de su sonrisa, algo que los otros chicos que estaban tras ella no tenían; y aunque no sabía realmente que era ese algo, estaba dispuesta a averiguarlo. Solo que no lo haría esa noche, porque ya tenía una cita con la vela negra y el gato parlante, Thackery Binx, en la vieja casa de las brujas.




BAD MOON RISING ━━ hocus pocus (✓)Where stories live. Discover now