𝐂𝐀𝐏𝐈𝐓𝐔𝐋𝐎 𝟏𝟐

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En un abrir y cerrar de ojos, sin que nadie se diera cuenta, Tokio, Río y Denver secuestraron a Berlín. Lo llevaron con éxito hasta uno de los baños, trabaron la puerta y ataron al hombre a una silla.

Así, comenzaba el interrogatorio.

De uno de sus bolsillos, Tokio sacaba un pequeño frasco de vidrio. ── ¿Sabes lo que es esto? ── Berlín rió al ver el objeto.

── Mis medicinas. ── Tokio negó ante aquella respuesta.

── Días de vida. Parece mentira que una cosa tan valiosa esté guardada dentro de algo tan frágil, ¿verdad? ── Al no recibir respuesta, Tokio estrelló el frasco contra el suelo, rompiendolo.

── Tokio, por favor, al lío, que van a venir y nos van a pillar. ── Rogó Río, no muy seguro de que estaba pasando.

── Berlín, cuéntanos el plan Chernóbil o reviento todo tu arsenal. ── La de cabello corto sacó otro frasco.

── No. ── Respondió Berlín tajante. Tokio tiró el frasco. ── ¡Ay, Tokio! Tan madura para unas cosas y tan cría para otras. ── Se burló el hombre, enfureciendo más a la chica.

── Denver. Dame el revolver. ── El de ojos claros obedeció.

La joven sacó todas las balas, excepto por una. Luego acercó el arma hasta el cuello de su líder, lista para empezar a jugar a la ruleta rusa.

Era cuestión de tiempo para que Ezeiza y Nairobi notaran la ausencia de los demás. Detrás de la puerta, ambas mujeres se miraron sin poder creer lo que sucedía.

── ¿¡Qué mierda hacen!? ── Golpeó la puerta Ezeiza.

Desde dentro, Berlín sonreía agradecido por la llegada de su novia y su compañera. Tokio estaba más presionada aún.

── ¡Estamos jugando a la ruleta rusa, gatita! ¡Vuelve más tarde! ── Gritó Berlín.

── Que hija de puta. ── Susurró Ezeiza. Intentó abrir la puerta pero era imposible. ── Nairobi, busca a Moscú. ── Ordenó, la española fue en busca del hombre.

La líder respiró hondo, era un situación complicada. De vida o muerte. Sabía que Tokio no iba a ceder, así que decidió hacer lo que el Profesor le había enseñado. Ganar tiempo.

── ¡Tokio! ¡Vas a cagar el plan! ── Gritó Ezeiza, llamando la atención de la española.

── Eso está claro. ── Susurró Berlín, echando mas leña al fuego.

La de cabello corto se acercó a la puerta, lista para pelear con la argentina.

── ¿Yo estoy cagando el plan? ── Preguntó mirando a Río y a Denver.

El Robo Del Siglo || LA CASA DE PAPEL.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora