ж Capítulo XXX: Juntos hasta el final (II) ж

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Decidió tratar de deshacerse de aquel malestar, pero le fue imposible conseguirlo del todo

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Decidió tratar de deshacerse de aquel malestar, pero le fue imposible conseguirlo del todo. Ni siquiera cuando se puso la ropa de dormir y se acurrucó bajo las cobijas afelpadas logró entrar en calor con facilidad.

Oía la brisa afuera de la ventana. Era como si todo el mundo estuviera susurrándole muy cerca del oído y ella no lograra callar aquellas voces para poder descansar.

Tras una ardua batalla, por fin cayó dormida. Lo necesitaba. Aunque la serie de sueños que tuvo en cuanto lo hizo eran de todo menos tranquilizadores.

Lo primero que logró ver fue el palacio desmoronándose. Uno a uno, los bloques de piedra cedieron y del interior las llamaradas de fuego comenzaron a surgir. Todos los bellos cuadros que había visto se fueron consumiendo hasta ser nada más que cenizas. Su corazón palpitaba de forma violenta. El sonido de un animal extraño llegó hasta sus oídos y al observar al cielo, vio a una criatura gigantesca aletear sobre su cabeza.

Oyó su nombre venir desde alguna parte lejana. Se giró y miró más allá, en dirección al pueblo. Una horda de monstruos se acercaba peligrosamente hacia donde se encontraba.

Antes de que pudiera ver nada más, un enorme estruendo la hizo saltar de la cama. Emerald corrió a la ventana y observó hacia afuera. Una enorme bola de fuego de color verde estalló contra el domo protector que Bristol y Dindarrium habían colocado alrededor del castillo.

—¡Diamond! —Greyslan entró corriendo al cuarto, traía una pechera metálica y la espada sujeta con fuerza en la correa de su cintura—. ¿Estás bien? —le preguntó.

—¿Qué está pasando? —dijo, sentándose en el borde de la cama.

—Están atacando el palacio. Bristol y Dindarrium están protegiendo la entrada, tengo que llevarlos a un lugar seguro.

Recién entonces notó que Julian y Draven estaban en el marco de la puerta. El segundo traía también una espada, aunque más pequeña, sujeta del mango.

—¿Ellos no necesitarán ayuda? —Emerald se puso de pie y caminó hacia sus amigos.
—Mi prioridad es protegerlos —dijo Greyslan mientras la sostenía de la muñeca—. Tienen las cosas bajo control.

Emerald, la usurpadora del trono [YA A LA VENTA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora