Capítulo XIV

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Tres días después, todos en la nave habían estado decaídos por la situación de Elizabeth. Diamond había marcado el rumbo hacia el supuesto lugar donde la curarían. Ya faltaban unas pocas horas para que llegaran según había informado Pica.

—¿Diamond, segura que quieres ir a ese lugar? Dijiste que jamás volverías a pisarlo.

—Sussan, lo único que quiero ahora mismo es hacer que Elizabeth despierte, y si es allá en donde lo conseguiré pues tengo que volver.

—Pero él querrá que te quedes...

—Y yo no lo haré, Sussan, no puede obligarme— dijo tajante.

—Antes no, pero ahora...

—Ahora tampoco, todo irá bien— le interrumpió y volvió a mirar hacia el frente—, o eso espero— soltó un suspiro— ¿Por cierto, has visto al vampiro?— preguntó y Pica le miró sorprendida.

—¿Estás preguntando por Allaric?

—No, pregunto por Ken, tonta— dijo ella riendo y a Pica le volvió el alma al cuerpo.

—Sí, debí suponerlo— soltó un ligero suspiro—. Está en alguna parte. A decir verdad, hace rato que no le veo comentó.

—Que milagro, ustedes siempre están juntos— dijo sonriendo pícaramente y su amiga la miró arqueando una ceja.

—Deja de maquinar cosas en tu cabeza, Diamond.

—¿Me vas a decir que no te gusta? Porque según lo que Trébol me dijo, asumiste  toda la responsabilidad por él sin siquiera rechistar. Eso no es propio de la Sussan que conozco— dijo juguetona haciendo ruborizar un poco a su amiga.

—Pues yo...

—Estoy segura de que es él— le dijo interrumpiéndola y ella abrió los ojos como platos—. Es el vampiro que te salvó cuando incendiaron el aquelarre donde vivías.

—Diamond, tú sí que eres...— dijo anonadada— ¿Cómo te diste cuenta?— Diamond sonrió ampliamente.

—Recuerda que me describiste cómo era, cuando lo vi pensé que habría una posibilidad. Por eso les dejé decidir a ustedes y cuando Elizabeth me contó que fuiste tú quien le dejó quedarse, fue más que obvia la respuesta— respondió encogiéndose de hombros.

—Aún no estoy segura de si es él— comentó ella recostándose del timón y mirando hacia el mar—. Hace mucho de ello, podría no serlo.

—Pues eso no cambia el hecho de que te gusta y él también se preocupa por ti.

—Eso es solo porque soy su cena— soltó y ambas rieron.

—¿Y por qué no le preguntas? No pierdes nada con ello.

—Pierdo mi orgullo, eso vale mucho ¿sabes?— dijo con drama y volvieron a reír.

—No lo vas a perder...

En ese momento el protagonista del tema de conversación de ellas salió a la cubierta.

—Vaya, no se va a morir nunca— comentó Diamond sonriendo.

—Literalmente— completó Pica algo nerviosa.

—Yo me quedo aquí, ve y habla con él.

—Ni muerta, jamás le preguntaría si es él o no.

—Deberías dejar ese orgullo, no te sirve de mucho— dijo riendo.

—Me sirve para no ser embaucada por vampiros como Allaric— respondió.

—Uhmmm, buen punto, en esa parte tienes mucha razón— asintió sonriendo.

—¡Eh, Sussan!— le llamó Anagashi desde la punta de la proa y en un instante estuvo a su lado— Hoy no les había visto ¿Cómo están?— las saludó amenamente.

Diamond Heart (Dark Angel III)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora