Jones

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Anna salió de la cueva de primera, la chica ya había hecho a lo que había ido, y era hora de encontrar a Regina y tratar de convencerla de que le devolviera su corazón; no sabía ni cómo iba a encontrarla pero tenía que irse de ahí lo antes posible.

-¡Anna!

La chica paró en seco y cerró los ojos con fuerza, soltando un pequeño grito interno; una conversación con su tío era justo lo que quería evitar. Pero el capitán había salido inmediatamente tras ella de la cueva.

Anna se dio la vuelta respirando profundamente, preparándose para lo que le esperaba. Garfio estaba ahí parado con su espada en mano, desenvainada. La chica alzó una ceja.

- ¿Qué es esto?

-Pensé que podríamos conversar menos incómodamente si tienes otra cosa en la que preocuparte - respondió él encogiéndose de hombros - Adelante.

Anna suspiró con una pequeña sonrisa en sus labios. A ella le encantaba jugar con espadas con su tío de pequeña, así que sacó la espada que él le había regalado, haciendo que el capitán sonriera aliviado también. Anna atacó primero y en segundos ambos estaban chocando espadas lentamente.

-Dijiste que querías hablar... ¿Qué quieres decirme? - preguntó ella.

-Sólo quería disculparme.

La chica bufó.

-¿Es en serio?

Los dos seguían peleando con las espadas, pero comenzaron a moverse en círculos, añadiéndole más fuerza a los golpes.

-La venganza me cegó. Y cuando te vi y no te reconocí me di cuenta de lo mucho que me arrepiento de haberte dejado aquí, con ese niño endemoniado...

Anna se alejó, su espada en alto. No podía creer la pobre excusa que su tío le estaba dando, ella obviamente sabía que la había dejado por venganza, una que nunca consiguió.

-¿Estás seguro que todo este drama no es sólo por mi secreto? - preguntó ella ladeando la cabeza.

-Ese detalle sólo me hace sentir más culpable.

-¿Por qué?

-Porque sabía que Pan te quería por alguna razón, ahora estás en un trance y es todo por mi culpa.

La chica quedó estupefacta ante la respuesta de Killian.

-¿Insinúas que estoy bajo el efecto de un hechizo? - inquirió Anna frunciendo el ceño.

-Es la única respuesta.

-¿Y qué pasa si ésta soy yo? - dijo la chica haciendo gestos con los brazos - ¿Qué pasa si de verdad me enamoré de Peter Pan?

Garfio bajó la cabeza y la observó desde la parte superior de sus ojos. "¿Eso que está usando es maquillaje?". Anna se desconcentró por un segundo, pero luego volvió en sí.

-No eres la Anna que conozco.

La chica soltó una risa amarga.

-No me conoces en absoluto.

Anna volvió a atacar, más enfadada; sus golpes se volvían cada vez más rápidos y fuertes. La chica bloqueaba cada ataque, esquivaba golpes con giros o saltos y estaba haciendo que Garfio comenzara a perder el equilibrio.

-¿Cuándo te volviste tan buena en esto? - preguntó el capitán.

-¡Cuando Pan me enseñó!

La chica dio un último golpe y la espada de Killian cayó al suelo, ella la tomó con el pie y la mantuvo con ella mientras retrocedía unos cuantos pasos, tomando aliento.

Niña PerdidaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora