Smile

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Dedicado a mis bebés del Grupo de Lectores de SVT.
Gracias por tanto. ♥







¿Qué pasa si te enamoras de una sonrisa? ¿Y si esa sonrisa pertenece al hijo de tu jefe?

Jeon WonWoo era mayordomo, nunca pensó en serlo pero, como único hijo sabía que ese era su destino.

Eran las seis de la mañana y él ya tiraba las mangas blancas de su camisa para evitar arrugas y, verificaba delante del espejo que su corbatín no estuviera inclinado hacia algún lado. Sus anteojos de marco redondo estaban limpios y revelaban esa mirada afilada que había heredado de su madre, pero su aspecto en general se lo debía a su familia paterna. Hombres delgados de hombros anchos que dedicaron su trabajo servicial y WonWoo, como su abuelo y su padre antes que él, servía amablemente y con devoción a los Kim. Una familia rica de Seúl que sirvió al mismo Emperador, luego en la guerra y luego habían logrado salir adelante con una gran fábrica de tecnología y los campos de su industria de alimentos. Por sus venas corría años de la historia del país y por las de WonWoo, corrían los años que sus antepasados que colocaban un sonrisa amable y mantienen todo impecable para hacer felices a quienes habitaban en aquella gran mansión de estilo francés. Y si, Occidente llegó a Oriente y con ellos su cultura, los Kim no fueron la excepción, dejaron las apretadas calles de la ciudad para vivir en las afueras, allí donde podían permitirse un jardín inglés, un garage americano lleno de autos de lujo o una casa digna de un cuento de hadas pero, a WonWoo nunca le molestó la riqueza. Fue a la escuela como todos los hijos de los que trabajaban allí o en las mansiones cercanas, tuvo una niñez normal en la casa de servicio a pesar de que era el único niño jugando entre los empleados que cuidaban las grandes granjas de vegetales que estaban en las mismas tierras de los Kim. Los demás pequeños, vivían en poblados aledaños o directamente en la ciudad. WonWoo siempre recordaba alegremente cómo ayudaba a su madre a sacar con cuidado las grandes calabazas, las más grandes que un niño de seis años hubiese visto. Mientras su padre trabaja dentro, su madre lo sacaba al exterior, le enseñaba la paciencia y el cuidado de cada planta y fruto. Su tratamiento y todo lo que harían con él para que llegara hasta la mesa de otro niño en el país.

Cuando WonWoo cumplió dieciséis años, seguía cosechando o preparando la tierra con su madre, la escuela le quitaba tiempo así que se colocaba su jardinero cuando no tenía tarea o cuando necesitaba sacar de su mente la idea estresante de elegir una universidad para guiar su futuro. Quería estudiar algo que tuviera que ver con los alimentos, ayudar a que ellos llegaran sanos a cada hogar o cocina pero, un hermoso día después de una gran tormenta, la ama de llaves llegó corriendo hacia ellos. WonWoo recordaba el uniforme manchado de barro y pasto, los zapatos tenían el mismo material lodoso y pequeñas hojas pegadas a ellos. Su padre, había colapsado en un ataque diabético, estaba estable pero internado en el hospital de confianza de los Kim. El doctor le recomendó el retiro voluntario de su trabajo para evitar que la enfermedad creciera con el estrés y su madre no tuvo otra mejor idea que enseñarle a su marido, la paciencia de la Tierra. Los Kim estaban desesperados, necesitaban un nuevo mayordomo y en ese momento WonWoo dijo las palabras que todos querían oír en esa clínica.

-Puedo hacerlo, mi padre me ha enseñado bien en casa y mi escuela nos dicta clases de protocolo y sé que usted ha pagado mi institutriz.

Kim Soo Hyun, el heredero y jefe de su padre, sonrió maravillado. Pues él era el responsable de pagar la educación de WonWoo y se había asegurado de que aprendiera todo lo que el protocolo le exigiera en caso de que decidiera seguir la tradición de los mayordomos Jeon.

Volviendo al presente y dejando atrás aquel día donde su vida cambió, WonWoo suspiró antes de comenzar un nuevo día. Después de todo, solo importaba cómo enfrentas los cambios. Así que salió a los pasillos pulidos, observando posiblemente rastros de suciedad, les diría a qué lugares enfocarse a los ayudantes de limpieza cuando se encontraran en sus puestos ya y limpiando cada rincón y los floristas que trajeran otra combinación alegre de distintos tipos de flores. Cada vez que WonWoo pasaba inspeccionando el trabajo, sonreía y les dedicaba un buen día, a otros principiantes les recordaba los detalles y dónde estaban, pero lo mejor era entrar por la gran puerta de la cocina y verlos a todos sonriéndole mientras tomaban un nutritivo desayuno. Pero, a medida que la mañana avanzaba, un nudo en el estómago de WonWoo comenzaba a formarse, los señores se levantaban temprano para trabajar y él se quedaría quieto en la cocina esperando el momento exacto para tomar la bandeja de plata con el café listo y caliente de sus jefes. Conocía sus lugares de memoria, WonWoo hasta había trazado una línea imaginaria para servir en la mesa y lo hacía sin desperdiciar una gota de líquido. A la cabeza se sentaría Kim Soo Hyun, su jefe se levantaba siempre de un gran humor y tomaba un café cargado endulzado con miel. A su izquierda, del lado de su corazón, se sentaba su esposa quien le saludaría suavemente mientras WonWoo le dejaba una taza de té con leche, ella siempre decidía si lo endulzaba. La señora Kim era hermosa y educada, no era una villana horrible de telenovela o una engreída que maltrataba a todo ser viviente, no. Ella siempre tenía el poder de calmar a su marido hablador cuando estaba de mal carácter o algo malo pasaba, era un poco torpe pero siempre les agradecía por el trabajo hecho en casa. Y frente a ella, se sentaba el primogénito y el dueño de ese nudo que WonWoo formaba todas las mañanas.

SMILE [ONE SHOT/MEANE]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora