Extra

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20 de Julio de 1983

Harry estaba a pocos días de cumplir tres años y estaba más que emocionado. Desde que Severus regresó a Malfoy Manor de forma permanente por las vacaciones – y después de que le explicó que era un cumpleaños, que todos tenían uno y cuando era el suyo- El niño iba cada mañana a su habitación, trepaba a la cama y lo despertaba para preguntar cuántos días faltaban para su cumpleaños.

Francamente Severus no sabía cómo hacía su hijo para salir de la cuna y trepar a su cama, pero sospechaba que Draco tenía que ver con eso... Aun podía recordar claramente aquella vez en la que su ahijado se coló en la cuna de Harry una noche.

El sonido de la puerta sacó de sus pensamientos al maestro, eran apenas las seis treinta, pero sabía que quien había entrado era su pequeño mocoso revoltoso, suspiró y finalmente se hizo el dormido para que su hijo pudiera "despertarlo" Francamente no sabía porque le alcahueteaba en eso...

-Papá...

Al niño le tomó por lo menos dos minutos subir a la cama (No es que fuera alta) y entonces se arrastró hasta la cabecera para poder empezar a molestar a su padre, empezó picándole la cara con sus deditos mientras lo llamaba y después empezó a hacerle cosquillas ... Pero cuando eso tampoco funcionó, decidió que jugar con la nariz del mayor, era una divertida forma de despertarlo.

—Ya te dije que no debes jugar con mi nariz.

La voz del pocionista hizo que Harry se sobresaltara y se alejara un poco de su padre luciendo un poco asustado. Los adultos solían no actuar de forma muy seria cuando se enojaban con Harry por alguna travesura puesto que el niño entraba en pequeñas crisis gracias a las secuelas que le dejó el maltrato de sus tíos.

Severus suspiró profundamente antes de sentarse en la cama para recoger al niño y sentarlo en su regazo para arrullarlo mientras acariciaba su espalda.

—Todo está bien, Harry. Solo recuerda que hay cosas que no debes hacer porque no es correcto ¿bien?

—Si, papá.

Snape sonrió complacido y entonces convocó el calendario y una pluma; le entregó la pluma a su hijo y después tomó la pequeña manita entre la suya para guiarlo mientras marcaban una "X" en el calendario.

—Cuenta conmigo, Harry. Uno, dos, tres, cuatro, cinco, seis, siete, ocho, nueve, diez, once. Entonces faltan once días para que cumplas tres años.

Harry miró todas las X que habían marcado ese mes y debía admitir que eran muchas, pero también creía que aún faltaban muchos días para su cumpleaños.

—Y ya es hora de tomar tu baño.

Snape se levantó de la cama dejando ahí la pluma y el calendario sabiendo que un elfo no tardaría en venir a organizar la habitación.

—No, papá... tengo hambre...

Harry aún era un poco tímido para pedir algo que quería o necesitaba, pero por lo menos ya se había soltado bastante con todos, hablaba más, reía, jugaba, lloraba... y también hacía una que otra travesura inofensiva con Draco.

Severus sabía que Harry debía tomar su biberón antes de bañarse, pero le gustaba incentivar al niño para que pidiera cosas, también quería enseñarle que a veces los adultos pueden olvidar las cosas y que no estaba mal que él pidiera lo que quería o necesitaba.


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Más tarde ese mismo día, Severus le pidió a Cissy que cuidara a Harry mientras él iba a Hogwarts, desde que había regresado a casa estuvo pensando bien las cosas y creía que era momento de renunciar... O por lo menos dejar de enseñar mientras Harry y Draco tuvieran la edad suficiente para ir a la escuela.

Papá SeverusDonde viven las historias. Descúbrelo ahora