Las circunstancias extrañas en las que se volvió amigo de Severus se dieron, no hay una razón, su relación inusual fue la de un par de chicos que toleraban la presencia del otro y de un momento a otro, decidió mostrarle lo que comenzó a sentir por él.
Pero eso fue hace muchos años... diecisiete aproximadamente. No lo olvida, en definitiva nunca olvidará la calidez de los labios ajenos al aprisionarlos con los suyos.
De nuevo... ha pasado mucho tiempo y por eso cuando se encuentran en casa de Sirius y en eso entra una lechuza con una nota, mucha es su sorpresa al distinguir tal caligrafía.
No contaba con la llegada de Sirius que también le da una hojeada a la letra, a juzgar por su expresión de disgusto, seguramente también lo reconoció. Compartieron una mirada e inmediatamente Black le quiso arrebatar la nota, lo que los llevó a un jale y jale de la carta. Por estar en ese forcejeo, no se dieron cuenta de inmediato de su entorno, no hasta que escuchan la risa burlona de cierto pelinegro. Y es cuando toma un vistazo a su alrededor.
- Igual de inmaduro e incompetente que siempre, Black –
Bufa sin molestarse en ocultar su mediana diversión, aunque Harry tiene la impresión de que está conteniendo el instinto asesino...
- Snivellus bastardo ¿Adónde nos trajiste? Y ¿¡Qué mierdas decía esa carta?! –
Le arrebata dicho objeto al lobo y frenéticamente la abre.
"Black, tu idiotez es legendaria".
Ahora era Sirius con mayor instinto asesino y Severus quien reía por lo bajo, viendo que así no llegarían a nada, Remus le dio un golpe al animago.
- Siri, compórtate –
- Y yo que pensé que el animal era Lupin –
- Sev... -
El ojiverde suspira entre divertido y meditativo porque probablemente serán más ocasiones en las que esos dos seguirán discutiendo...
Como decisión unánime, los otros cuatro habitantes de su improvisada base, los esperan en la habitación contigua porque puede imaginar el desastre sangriento que se armaría si de la nada el "Señor Oscuro" les daba la bienvenida con una sonrisa en el rostro.
- Sirius mantén la calma porque lo que les vamos a decir es importante –
A pesar de su desconfianza al pelinegro, el animago se obliga a obedecer a su ahijado, internamente promete escuchar con atención, pero no por el bastardo grasiento, lo hará por Harry.
- De acuerdo... –
Cruza los brazos sobre su pecho como todo niño enfurruñado que hace berrinche, Remus se limita a suspirar con cansancio, esperan pacientemente a que el menor hable y cuando lo ven con una expresión sería nunca antes vislumbrada, ambos saben que lo que sea que Harry diga, no les va gustar...
Y estaban en lo cierto.
Las palabras del ojiverde son tan exactas, no deja escapar ningún detalle de lo revelado por el pelinegro, al principio Lucius se había rehusado a que contaran también lo que Dumbledore le hizo, pero era necesario, porque sus padrinos necesitan saber que el puro blanco que seguían a ciegas no eras que un espejismo, tan palpable, tan "real" parecía por ello se sentía verdadero. Al final, guardaron silencio, era mucho que procesar y quizá ni por el paso de diez años lo comprenderán por completo. Severus comenzaba a vacilar si en verdad estuvo bien contarles lo mismo que a Harry, no es como si al animago le importara su vida...
- Están haciendo ver la muerte de Lily y James como una broma pesada –
- Tal vez eso fue –
