53. Respiro de paz

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—Kookie. Hey. Kooookie.

Levanta de la cama, con la cara arrugada. Ve a los lados, sin encontrar a Jimin por ningún lado hasta asomarse a una de las ventanas. El coreano asomado, apoyado en el borde y una enorme sonrisa en el rostro. Antes de pedirle que se acueste a dormir de nuevo, él sale huyendo.

Nadando tan rápido que ni siquiera parece él.

Temiendo que se cruce un animal que no dude en atacarlo, lo persigue; toma su pijama con velocidad. Hoy ha sido de esas tantas veces en las que prefirió dormir desnudo. Mala suerte. Se da un impulso, intentando ubicar esa cosita tan pequeña, rosada y blanca que se le está escapando.

Cuando finalmente lo ubica, saltando en algunos corales, se ve complicado a la hora de ir por él ¿Motivo? No lo quiere interrumpir. Es la imagen más tierna que puede toparse cualquiera por la noca. Saltando entre corales, dando algunas vueltas y finalmente dejarse caer en la arena. Una enorme sonrisa en el rostro y los pequeños peces coloridos jugando en torno a Jimin.

El cabello largo entre rubio y rosa que queda estático en la arena. Elemento que comparte el mismo color que la piel del coreano. Jungkook hunde con lentitud hasta estar parado a un lado del muchacho acostado; sonríe penoso con los ojos entreabiertos.

— ¿Vienes conmigo?

A pesar de echarse en el suelo y tener como objetivo ver arriba, la forma en que la superficie del agua ondula, crea distintos patrones de luz; no puede evitar ver a Jimin. Perfecto y hermoso como siempre que lo mira. Suspira, con los ojos azul oceánico dilatados.

— ¿Por qué me miras tanto? —pregunta en tono suave, gira hacia Jungkook que sigue con la boca entreabierta.

—Solo... me gusta mirarte. —responde torpe. Atolondrado y Jimin da una risita. Extiende las manos hacia arriba y las mueve, ondulando.

—Hay muchas cosas bellas en el mundo que mirar. Siempre habrá algo más bello. Primero estuvo Afrodita, pero entonces surgió Elena; Narciso estaba en su propio mundo y ¿Cómo calificas a alguien más bello que otro en la Atlántida? Si en su aspecto despampanante, todos son hermosos—cuestiona con su atención puesta arriba y la de Jungkook, en Jimin—. Si me miras por ser hermoso ¿Cómo sabes que soy lo más hermoso del mundo? Y no es un desperdicio de tiempo el admirarme.

Jungkook no toma tiempo en pensar. Lo primero que circula por su mente sale de golpe.

—Porque no importa si todos creen que eres lo más hermoso del mundo. Lo eres para mí. Nunca será una pérdida de tiempo. Todo el día y toda la noche... quisiera que mis días se consumieran en mirarte.

—Ay, Jungkook. —ríe abochornado y divertido.

Jungkook en su obnubilamiento no da cuenta de las prendas que viste Jimin. Siendo esta un himatión muy elegante. Ropa que Jimin no ha usado en muchísimo tiempo. Mucho menos ahora que en el vestidor solo hay ropa típica de Etiopía.

—Algún día hallaras a alguien más bello...—afirma. Con gesto penoso—. Y ese día, dejaras de mirarme así.

—No sucederá.

—Ah, esa mentira siempre—tararea bajando la mirada—. Cuantas veces no la he oído. Cuantas veces no la ha dicho incluso si es a otra persona. Me pregunto si algún día viviré sin esta falsedad que me conduce al dolor—Baja las manos. Su expresión llena de repentina timidez y tristeza—. Anhelar su verdad incluso si me causa un mayor sufrimiento... por eso a veces prefiero estar solo y lejos de todo.

— ¿Uh? —Frunce las cejas ¿A qué se refiere con eso?

¿Jimin se ha vuelto a ir y no se han dado cuenta de que lo hizo? Sus palabras en este momento han perdido buena parte del sentido.

Anfitrite: Ocean Eyes || KookMinTahanan ng mga kuwento. Tumuklas ngayon