𝐂𝐚𝐩í𝐭𝐮𝐥𝐨 1

91 9 9
                                    


                                                   ∞
Elisa:
Mi vida en Barcelona solía ser perfecta, bueno o eso creía yo, vivía en un apartamento cerca del mar, el olor del salitre, la gente pasando a la orilla de la playa, las palmas, todo lo he dejado atrás, incluyendo mi antigua casa, donde pasé los únicos cinco años felices de mi vida. Eso también abarca mi universidad donde era prácticamente una reina, me relacionaba con todos y todos me apoyaban, pasé dos años en ella es… es mi mejor recuerdo estudiantil. Pero aún me faltan tres años más para poder graduarme y la quisquilla de Babi, todo este tiempo me hizo que dejara todo atrás y me mudara a Madrid, la ciudad capitalina, donde comenzaré una nueva vida, sin conocer a nadie menos a Babi, su familia que es como mi familia también y a Marina que ambas son lo más cercano que tengo.
En Barcelona, tenía una vida bastante planificada, de 6:00 am a 5:00 pm, tomaba las clases en la Universidad, de 5:30 pm a 7:30 pm justo dos horas de estudio de Boceto, debía perfeccionar mi trazado a mano alzada, ocupaba media hora para realizar  las llamadas diaria a Babi y a Marina, que nunca se cansaban de rogarme, somos como hermanas. Fuimos juntas al jardín, tomamos clases juntas pero nos separamos al entrar en la Preparatoria, quise quedarme aquí y ellas se mudaron. Hace cinco años no las veo, literalmente las veo todos los días pero no nos encontramos en persona.
He pedido un traslado inmediato a la Universidad Central, es obra de Babi, me ha convencido de que me mude allá, dice que será otra vida diferente a esta rutina que llevo, pero...Joder... es que me encanta mi forma de vivir!!! lo tengo todo planificado, dicen ellas que soy obsesiva del control ¡me gusta tener todo bajo control! (Es una lección de vida). Suelo ser un poco nerviosa, me gusta estudiar y prepararme así como soy muy tímida también, aunque tengo buen carácter, me relaciono con todas las personas y las trato de la mejor forma posible como me gusta que me traten. Siempre llevo una sonrisa en mi cara aunque el tiempo me demuestre que estoy en crisis así que creo que Madrid, no me tratará tan mal. Estoy segura de ello!
Miro a través de la ventanilla del avión, todo se hace lejano, solo siento el recorrido cálido y doloroso de una lágrima y de un momento a otro me he dormido, es muy temprano y no suelo levantarme a estas horas, mucho menos para viajar aunque el viaje es muy cómodo no puedo evitar las ganas que tengo de llorar, no puedo creer que esté dejando toda mi vida a un lado por ir a buscar otra.
Joder, son las 7:00 de la mañana, estoy agotada... y la multitud del aeropuerto me trae un poco mareada, no veo a Babi, debía estar aquí, no conozco nada de esta ciudad. Distingo a lo lejos un hombre vestido de traje negro con un cartel que lleva mi nombre, no sé si salir a correr o regresarme a Barcelona, parece ser un guardaespaldas voy a pensar en lo mejor y… me dispongo a ir hasta él, casi no puedo caminar por el peso de las maletas y el cansancio que tengo en sí.
–Disculpe ¿busca a Elisa Velarde?
– ¿Es usted?- Me pregunta arqueando una ceja.
–Sí, soy yo. Viajo de Barcelona, estoy esperando a Babi – Le digo pasando los dedos y acomodando el cerquillo despeinado en mi frente pero él me interrumpe con su carácter de hostias.
–La Señorita Babi, no pudo venir a recogerla Señorita Elisa, su madre me ha enviado – Me explica de la manera más… educada y seria… posible!? y me ayuda con las maletas.
–Pero… ¿puedo saber por qué Babi no pudo venir?
–No puedo dar detalles – Me dice tocando uno de sus auriculares – Vamos por aquí, el auto está enfrente.
–Sí, claro – Le sonrío intentando no mostrar mi pánico, ¡qué bienvenida!
Mirando la ciudad por una ventanilla oscura, me duermo hasta llegar a la casa de Babi, en la que me espera toda su familia, bueno es que no son muchos, solo sus padres y su hermano menor Luis. Me limito a disfrutar mucho con ellos, esto era lo último de quería aunque siempre tuve curiosidad. Mi reencuentro con Babi fue inexplicable, después de cinco años mmm… todo fluye como si nunca nos hubiéramos separado.
Duermo como una roca hasta el otro día que me levanto temprano para ir a inspeccionar un apartamento, no quiero ser una carga para la familia de Babi, aunque con todo el dinero que tienen, no creo que haya algún tipo de problema, pero de igual forma quiero independizarme, al menos conservar mis viejas costumbres, siempre he vivido sola, desde los 16 hacia acá, estuve de los 5 a los 15 custodiada por una niñera, María, a la que extraño mucho. La señora Bárbara, siempre estuvo atenta de mi educación y de mis gastos.
....
Despierto y Babi está sentada junto a su familia, desayunando, mi cara se torna como una manzana de roja al aparecer delante de ellos que van de trajes y vestidos y yo en pijamas y el pelo hecho un lío. Veo a Babi que se ríe de mi estado nervioso y su hermanito también. Estoy parada y no sé qué rayos hacer, mierda que pena, solo se me ocurre a mí salir así del cuarto, esta es una de las razones por la que quiero mudarme y vivir sola, como en mi antiguo apartamento.
–No te preocupes cariño, estás en casa – Me dice la Sra. Bárbara al notar mi vergüenza – Ven, desayuna con nosotros, nos place mucho que estés aquí, cariño.
–Aunque nos diera más placer si aceptaras quedarte en esta casa – Me dice el Sr. Manuel, padre de Babi – Sabes que te queremos como una hija. Eres de la familia.
–Lo sé… pero – Trato de justificarme – Es que estoy acostumbrada a vivir sola aparte de que padezco de los… de los nervios contantemente y eso es… un poco…– Digo bajando la mirada y noto a Babi reírse – Incómodo!?
–Como quieras cariño, nuestras puertas siempre estarán abiertas para ti. A propósito… Elisa, necesito que te quedes esta semana con Babi, es que Manuel y yo, tenemos que viajar a Italia.
–Sí, su abuelo está hospitalizado – Me explica el Sr. Manuel – Y está cría no quiere quedarse sola con su hermanito– Sonríen, joder, esta familia es perfecta, daría la vida por tener a la mía a mi lado – ¿Elisa?
– ¿Eh? – Quisiera poder acordarme de lo que me ha dicho pero es que mis atenciones iban más allá de sus palabras, no veo el día de poder lucir así.
–Elisa, ¿qué te pasa? – Me pregunta Babi – ¿Segura estás bien?
–Sí, solo estaba pensando en la… nueva Universidad – Le digo cansonamente y poco convincente.
–Cariño ¿aceptas? – Me pregunta la Sra. Bárbara – Digo, lo de quedarte en casa esta semana.
–Por supuesto.  No veo ningún inconveniente Sra. Bárbara – Le sonrío
–Oye que te he dicho que Bárbara o mejor tía, nada de señora. Aún luzco joven ¿no?
Yo adoro a esta mujer, ha sido como mi segunda madre, ha hecho todo por mí, desde mantener mis estudios hasta cobijarme en su casa cuando... olvido el tedioso tema.
...
Mi alarma suena a las 5:00 de la mañana, pero yo me he despertado antes, contando la hora y media que conseguí dormir, ya que me desvelé tanto estudiando que se me fue el Súper sueño que tenía. Ya me he vestido y me he maquillado un poco, solo para que Babi no me quiera poner esos maquillajes escandalosos que siempre trae.
El camino hacia la Universidad, es largo más menos una hora, diciembre ya azota y el aire me pone, la piel de gallinas, es el único, que es capaz de erizarme la piel, nada más lo ha hecho, claro si no he tenido, bueno, como quiera, no pretendo enamorarme, mis objetivos son otros. Esta ciudad, es… perfecta, nunca creí, que Madrid fuera tan bella.
Por lo menos aquí, no tengo los malos recuerdos de Barcelona, mi vida, mi pasado, todo quedó allá y por una parte me siento fatal, aunque sé, que esto lo hago por mis padres, siempre les dije que iba a ser su mayor orgullo y así pretendo hacerlo. Digo sandeces que ni al caso. Miro fijo por las ventanillas del auto, la carretera, los árboles a cada lado y de un momento a otro, el lugar que siempre soñé.
–Eli, vamos – Me coge Babi de la mano y le hace señas a Marina.
–Eli – Me abraza Marina, ni de coñas. Marina estudia Filología, siempre le gustó, eso de buscar textos y cosas antiguas y Babi, Babi, es un caso aparte, ella, estudia Literatura, por obligación de sus padres, en especial de su madre.  –Me alegro de que estés aquí, el solo hecho de pensar que ya no estaríamos en la misma universidad me ponía de ostias, veo que estás más linda que la última vez – Me  pellizca mis mejillas que están rosadas del frío que hace – Mierda…mi clase de Religión empezó, mierda – Nos  dice Marina y sale como un pedo.
– Yo estaré por aquí, sentada, no sé a qué hora comienzan mis clases – Digo.
–Vale, yo iré dentro, no tolero ni cojones este frío, me voy cagando leches – Me espeta Babi con unos ojos de plato como si fuera una lechuza – ¿me esperas?- Pregunta con cara de inocente y yo asiento- Ah, Eli si te gusta algún chico, ¡sabes! usa profilácticos.  No te pierdas ¿vale? – Mierda la gente a mi alrededor la mira y luego a mí, joder mi cara arde de vergüenza.
– Babi.....
–Cariño estás en la Uni, no en un convento- Responde y nos reímos a la mismo vez. Babi es una las razones por las que me levanto cada día aunque por dentro esté destrozada. Me da un beso en la mejilla, le devuelvo el beso y sacó mi libro de Orgullo y Prejuicio de Austen mi escritora favorita, veo que se aleja de mí y ya estoy cogiendo fuerzas para quedarme sola.
Apenas un minuto y siento un auto frenar acompañado de un sonido horrible, un grito de Babi, que llega hasta mí, de la nada mi cuerpo es golpeado y lanzado por la defensa de un auto negro moderno. Mis pies se torcieron, sentí como mis huesos crujían. Caí tirada como un puñetero muñeco, mi cabeza se golpeó contra el suelo. Perdí totalmente el sentido, intento pararme pero no creo que pueda. Vaya bienvenida de esta Universidad. Babi corre hacia mí, pide ayuda y se acerca al auto que me atropelló, golpeando el cristal.
–Pedazo de mierda, ¿estás loco?- Reclama Babi, a alguien que está dentro, que abre la puerta de un puñetazo.
–Mierda – Dice una voz penetrante de alguien que sale del auto, se queda parado mirando la defensa del coche y se toca su cabeza que tiene una pequeña herida. –Perdí la dirección del coche– Dice frotándose con sus dedos la sien y mirando a un hombre que sale del coche que está detrás de él. Su piel es blanca y encima de ella se tensa un tono rosado debido al frío, lleva puesto una chaqueta larga hasta las rodillas, color vino que le queda espléndidamente bien, encima de su traje. El pelo de color extraño, un poco rubio, un poco castaño y sus ojos, madre mía son tan azules que juraría que esto cayó del cielo, pero ni siquiera se acerca a mí, que cojones pasa con este gilipollas, sus guardaespaldas lo rodean y lo sacan d aquí.
–Necesito una ambulancia – Clama un chico con batas de médico que corre hasta mí y mira mis ojos casi cerrados.- Eh, linda necesito que no cierres los ojos ¿vale? Quédate conmigo- Me dice sujetando mi cabeza y mi brazo que está dislocado a lo que asiento con una mirada, siento sangre brotar de mi boca y una de mis piernas ya no consigo moverla. A mi alrededor solo hay gente alarmada, los profesores corren hacia dónde estoy, otros llaman al Rector, lo siento todo como si estuviera… muriendo!?
– ¡Aleck, Aleck! – Es lo único que se repite en mi cabeza y lo último que escucho.
Despierto con un terrible sabor a anestesia, mi cabeza duele a romperse, apenas recuerdo lo que sucedió, solo que un hijo de putas, me atropelló y se fue. Solo espero tenerlo en frente y golpear su cara. Cuando abro los ojos, está un chico vestido de médico. Joder, mis piernas están vendadas y mi brazo derecho, tengo la ligera sensación de que algo no anda muy bien conmigo.
–Tranquila, cariño, vas a sentirte mejor.- Me dice el chico pasando su mano por mi cabello rubio despeinado. – Roberto González para servirte. De hecho fui el médico que te entendió, pasaba por la universidad cuando sucedió todo.
–Gracias. – Le digo y siento que mi humor está pésimo. El asiente con su cabeza y veo su mirada tan tierna, es tan agradable.
–Por cierto ¿eres nueva en esta Universidad?
–No, digo sí, apenas acabo de llegar.- Digo haciendo muecas con mis labios y él sonríe, es tan lindo y tan cariñoso, cualquiera se enamoraría de una sonrisa así.
–Elisa… ¿verdad? – Inquiere y yo sonrió. – En cuanto a Aleck, perdió el control del auto, no fue su intención atropellarte…
– ¡Aleck! – Pregunto, interrumpiendo – Así que ese es el nombre del gilipollas que me dejó tirada como una mierda.
–Es algo complicado. No fue a costas.
– ¿Complicado? Complicado será cuando lo denuncie, me dejó ahí, pude haber muerto…
–Pero no moriste– Me interrumpe de inmediato.
– ¿Disculpa? – Pregunto sarcásticamente – ¿Lo estás defendiendo?
–No cariño, solo te advierto. Pero sabes tienes razón, haz lo que quieras, es tu vida no la mía. – Me espeta tan frívolo que cambio de opinión acerca de él. Abrió la puerta y salió de mi cuarto.
No me gusta estar en el hospital, siento que me trae amargos recuerdos, mi corazón palpita y siento un escalofrío que recorre mi pecho, las lágrimas amenazan con caer. Ser sensible es mi debilidad, llorar por algo que no puedes recordar es tan doloroso y decepcionante que no se puede explicar. La puerta se abre, es Babi y sus padres que están tan alarmados que se puede notar la agitación en su pecho.
–Cariño ¿estás bien? – Me pregunta Bárbara besando mi frente.
–Sí, no es nada de qué preocuparse – Trato de tranquilizarlos – Me ha dicho el médico que pronto podré salir de aquí.
– ¿Quién cojones te hizo esto Elisa? –Pregunta el papá de Babi y veo que está cagando leches de molesto. – Solo una bestia haría semejante cosa y darse a la fuga…
–Fue Aleck – Interrumpe Babi. La cara de asombro de ellos es aterrorizante, los ojos de Sr. Manuel se volvieron bolas de candela, salió como un pedo de la habitación, tanto que casi tumba Roberto que venía entrando.
– ¡Manuel! Cariño ¿Qué que vas a hacer? – Grita la Sra. Bárbara, yendo detrás de él.
- Hijo de puta, las vas a pagar- Dice el Señor y sale como fuego de la habitación....
– Oh, no, no, no – Alcanzo a decir.

𝑬𝒏𝒕𝒓𝒆 𝒆𝒍 𝑶𝒓𝒈𝒖𝒍𝒍𝒐 𝒚 𝒆𝒍 𝑨𝒎𝒐𝒓 Donde viven las historias. Descúbrelo ahora