Vínculos | GyuWoo

19. Culminación

     —Feliz cumpleaños —le dice Sung Kyu a Woo Hyun mientras sus inquietas manos viajan por todo el apuesto rostro del menor, acariciando sus marcadas mejillas, sus definidas cejas, sus gruesos y apetitosos labios. Kim suspira y, al ver el brillo en sus hermosos ojos, no puede evitar traer a su mente la inusual forma en la que se conocieron.
     Sung Kyu nunca pensó que el destino lo llevaría a encontrar la verdadera felicidad de una manera tan increíble. Y luego un poco de miedo se clava en su pecho, porque comienza a pensar en lo que hubiera pasado si nunca hubiera tenido el valor de regresar por Sung Jong. Nunca hubiera conocido a Woo Hyun, y nunca hubiera sido tan feliz. Así como lo es ahora gracias a él y a su pequeño hijo.
     —¿En qué piensas? —le pregunta el menor cuando lo ve distraído, tomando sus manos entre las suyas para dejarle un suave beso sobre ellas.
     —Pienso en Sung Jong; pienso en ti. Y pienso en lo inmensamente feliz que soy por ustedes. Gracias por amarme. Gracias por permitirme amarlos. Gracias por dejar que te ame por el resto de mi vida.
     Las lágrimas de felicidad se empiezan a acumular en los ojos de Woo Hyun, y después toma a Sung Kyu por el cuello para besarlo, dejando que sus más puros sentimientos le lleguen. Deseando que ambos tengan más noches como esa, en donde se profesen su gran amor una y otra vez. Porque Woo Hyun al fin es completamente feliz, aún sin sus padres y su querida hermana a su lado. Todo a su alrededor es perfecto; todo cuanto puede desear lo tiene en este momento. Nada podría hacerlo más dichoso de lo que ya es. Nada. Excepto, tal vez, una familia más grande.

◇◇

15 años después...

     —Mañana es nuestro aniversario de bodas. ¿Qué quieres que hagamos? —le dice Sung Kyu a Woo Hyun mientras lo tiene en la cama, bajo su sudoroso cuerpo. Kim le besa el cuello con lentitud y luego sostiene sus muñecas contra el colchón para inmovilizarlo un momento, entreteniéndose con sus pezones, lamiéndolos y apretándolos con sus dientes; haciendo jadear a su esposo con cada majestuoso toque. Woo Hyun está muy ansioso y espera que Sung Kyu se haga cargo del dolor en su entrepierna.
     —No sé —jadea, observando con regocijo cómo el mayor deja ir sus manos para deslizarse hasta sus caderas, tomando sus firmes muslos y acomodándose entre sus piernas para ir directo a donde Woo Hyun necesita atención.
     Sung Kyu lo observa desde arriba y sonríe. Woo Hyun atrapa su pícara mirada y su parte íntima palpita por la expectación. Después, Sung Kyu se hunde en él a profundidad, como tantas otras veces lo ha hecho cuando le demuestra cuánto lo ama y lo desea. Woo Hyun se retuerce bajo su cuerpo con cada certero movimiento y su alma parece gritar de placer cuando ambos llegan a un fantástico orgasmo, haciéndolos sonreír y besarse de nuevo con todo el amor y la pasión que ha envuelto su relación desde que se conocieron hace tantos años.
     —Tal vez deberíamos hacer algo que no hacemos desde hace mucho tiempo —menciona Woo Hyun cuando se acomoda entre los brazos de Sung Kyu.
     —¿Qué propones?
     —¿Qué tal si vamos a patinar?
     El mayor suelta una risita y besa a su esposo en la mejilla.
     —Si eso es lo que quieres, entonces mañana iremos a patinar, ¿de acuerdo?
     —¿Y luego a comer pizza? —inquiere, entrelazando sus dedos con los de Sung Kyu.
     —Claro.
     Ambos sonríen con complicidad y minutos después salen de la cama. Los empleados tienen el día libre, así que ellos tienen qué preparar el desayuno. Pero a Woo Hyun le fascina cocinar y a Sung Kyu le encanta verlo frente a la estufa. Kim se sienta en una silla alta junto a la barra desayunadora y observa al menor servir un par de platos. El olor le hace agua la boca, y empieza a comer en el mismo instante en que Woo Hyun se sienta junto a él.
     —Está delicioso —menciona , regalándole una brillante sonrisa.
     —Tú vas a preparar la cena —anuncia Nam, haciendo que su esposo suelte una risita. Y Sung Kyu piensa en lo que va a pedir por teléfono al restaurante favorito de Woo Hyun.
     —De acuerdo.
     El menor niega con la cabeza ante la segura propuesta de Sung Kyu, pero no está dispuesto a replicar porque conoce al mayor, y sabe que siempre hace todo lo posible para llenarlo de atenciones.