CAPITULO 41

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El poema: de pronto todo es tan intenso, las calles, los pajarillos cantando por la mañanita, el señor sin sombrero, el hombre calvo, la señora con tubi y mascarilla, la señora dormida, el hombre con gorra, la mujer a la cual se le cayeron sus documentos, el chofer, el chico a mi lado, las ruedas del auto bus, las cortinas, el aire encendido, la música, la hora, las tinieblas, la naturaleza, la mañana y el sol... intenso, perfecto, sin ningún defecto.

Me gusta el poema y amo ser la escritora, todos me inspiran y todo me motiva.

Me he enamorado de mí y eso es jodidamente hermoso, se siente bonito ser inalcanzable e invisible para lo efímero, pero atractivo todo el tiempo para lo real.

 Intenso... y es que, me brillan los ojos cuando veo al cielo y veo las estrellas, las estrellas fugases son eternas, vi una aquella noche, aquella noche en que fue perfecta y me gritaron los ojos pidiendo al cielo y a la luna que vuelvas, porque me gusta el poema, porque me gusta que te detengas y llores y cantes y tengas ganas de llenarte de felicidad.

Porque quiero intentarlo, vivir la vida sintiendo que todo es intenso, que todo me llena y que nada me falte, porque quiero no estar ciega y sentir el olor del bosque, cuando el auto bus sigue su rumbo con destino a cada hogar, a miles de hogares, no tengo lluvias de ideas, tengo tormentas de amor, porque una de las mejores cosas que sé hacer, es que las cosas pequeñitas, sean grandes instantes.

Y es entonces donde te digo que puedes llorar, pero llorar de felicidad, llora por agradecimiento, llora, pero no aquí, no en mi desierto, la vida sigue, el tiempo sigue, todo sigue y solo faltas tú, para que sigas las veces que sean necesarias, vive, sueña, siente, porque un día, serás tan grande como aquél gran sueño que no te deja dormir, si te lo propones y crees en ti.






YO ESTUVE AHÍWhere stories live. Discover now