Mi Omega

Frio día

A la mañana siguiente se levanto estando solo en su habitación, una sensación de abandono se instalo en su pecho al notar que solo estaba el calor de su mellizo en su cama y la sensación de ser abrazado por este. Respiro resignado levantándose de la cama para irse a bañar cuando recordó la conversación con Taiga, rápido busco el celular por todos lados sin encontrarlo con éxito. Movió la cama, las colchas, busco por su mochila creando un desesastre en su habitación pero seguía sin encontrar el celular.

-No sabré si Taiga acepto o no...-dijo desanimado sentado en el piso de su cuarto. Se había cansado de buscar y ya se le hacia tarde para ir a la escuela. 

Con pesadez se metió a bañar rápido y a ponerse un suéter color azul pastel junto con unos jeans negros y sus tenis deportivos, agarro su mochila y salió de su cuarto aun desanimado por la ausencia de su mellizo que debería de estar más que acostumbrado y por no saber si Taiga acepto o no la comida.

-Testuya buenos días-saludo su madre desde la cocina. Le entrego un plato con cereal-. ¿Le dijiste a tu amigo de la cena?

-Si mamá-contesto desanimado tratando de sonar convincente-. Dijo que si vendría.

No quería desilusionar a su padres.

-¿Tu cascabel Testuya?- pregunto su padre al darse cuenta que no se escuchaba aquel tintineo.

El joven se llevo una mano al cuello notando la ausencia de aquella cosa metálica, no quería regresar a su cuarto pero debía de. Termino su cereal y corrió a su cuarto solo para agarrar el collar que estaba en el escritorio y así salir corriendo de su casa sin escuchar como Anko le gritaba que se llevara otro suéter porque haría más frio.

En los pasillos hacia un frio terrible a pesar de ser un lugar cerrado y con muchos estudiantes, su suéter era muy delgado para el clima frio que se presentaba además de que estaba recién bañado.
Caminaba sin prestarle atención a nadie cuando sintió como una fuerza mayor lo sujetaba por los hombros alertando de que alguien lo tenia sujetado, estaba por alejarse cuando el olor a canela llego a sus fosas nasales; al levantar la cabeza vio la enorme sonrisa de Taiga.

-Testuya ya no me contestaste el mensaje de anoche- le dijo en forma de reproche mientras aplastaba con delicadeza la cabeza de su amigo.

-Auch Taiga duele...- se zafó de aquel brusco agarre-. Lo siento... perdí mi celular y ya no pude saber tu respuesta- dijo apenado. Sus mejillas estaban rojas aun que no sabia si de la pena o por el resfriado que le iba a dar. 

-Te respondí que si tonto- noto lo frio de su cuerpo y como temblaba-. ¿Solo trajiste ese suéter?- estaba alarmado. Estaban como a 15 grados centígrados y se esperaba a que bajara más la temperatura en la noche.

- Lo siento... salir rápido de casa que no me puse a checar el clima- rojo de la pena por el regaño que le estaba dando su amigo prefirió alejarse para no estar causando más lastima.

Taiga se quito la gruesa chaqueta de cuero color negra que tenia para ponérsela a Testuya que lo miraba sorprendido por aquel gesto, no era la primera vez que el alfa tenia estos pequeños momentos de atención con él y la verdad que no lo molestaba. Se sentía protegido cuando usaba alguna prenda de su amigo así sea por un rato la agradable sensación de calor era similar a la que sentía con Daiki.

-No Taiga- intento quitarse la chamarra que le quedaba enorme no solo de las mangas sino también le quedaba como vestido haciéndolo ver adorable a los ojos borgoña del alfa que no quería admitirlo en voz alta pero sentía satisfacción al ver a su amigo omega usar algo de él porque su olor se queda en su ropa.

-Quédatela- ordeno sujetando la chamarra para evitar que se la quitara-. Yo ya tengo un suéter extra en mi casillero- mintió. Sentía que ese omega era tan débil que le nacía una necesidad enorme de querer protegerlo de todo el mundo, no quería verlo triste mucho menos verlo llorar porque sentía su dolor, sentía que perdería la cabeza el día que viera llorar al omega buscando protección. 

Testuya no repelo más al ver la seriedad en la mirada de su amigo, y, aun que no lo admitiera, no quería quitarse aquella chamarra. Sentía como si fuera Taiga el que lo estuviera abrazando y no aquel pedazo de cuero negro.

-Te veo en la salida- le revolvió sus cabellos azules con delicadeza para después marcharse a su aula.

Solo vio como la ancha espalda de su amigo se iba perdiendo entre los estudiantes para después retomar su propio camino hacia su salón; ahora que le gano a ese tal Midorima y empatado con Akashi era el más popular del salón.

-Linda chaqueta Testuya- le dijo Akashi con un poco de burla pero sin perder su seriedad.

Ante aquel empate puso a Testuya en un nivel casi igual que el de él por lo que lo trata con respeto.

-Buenos días Akashi-san- ignoro su comentario y se sentó en frente de él. El agradable olor a canela que salía del interior de la chaqueta lo relajaba mucho.

Las clases continuaron con normalidad hasta que toco el timbre de salida. Testuya volvió a esperar a su amigo en frente de su salón hasta que lo vio salir con un pequeño pastel de vainilla en las manos.

-¿y eso?- dijo Testuya sorprendido. El pastel se veía delicioso con su betún color azul decorándolo.

-No quiero llegar a tu casa con las manos vacías- le sonrió con pena.

-No te hubieras molestad- estaba sorprendido por los modales de su amigo, no quería decir que su amigo era un cavernícola sino que nunca llego a imaginar que su nivel de atención era tan alto.

Al salir de la escuela notaron que estaba brisando con un poco de aire frio, Testuya pensó seriamente en regresarle su chaqueta a Taiga que parecía que leyó sus pensamientos porque le negó con la cabeza repetidas veces. Todo el camino se la pasaron tomados de las manos para evitar que el menor se cayera al piso, parecía que el mundo estaba en contra de él hoy porque no podía caminar sin estarse resbalando por la lluvia.

-Llegamos- Testuya abrió la puerta siendo recibido por un agradable olor a comida.  

N/A

Si les gusto no olviden votar! Dejen su comentario que los estaré leyendo!!