Solo importamos tú y yo {Lumity}

XVIII

Capitulo Final

Augusto camino en dirección a los ruidos que provenían de la habitación de Amity, con mucho cuidado por la herida se subió al ascensor y fijo rumbo al piso dónde provenía el ruido, cuando llegó se encontró a su amada acostada en la cama y a una hermana con la mirada perdida.

_¿Amity?... - mirando que el sueldo y la cama estaban manchadas de un color rojo - ¿Por que?

_Luz... Fue la cosa más hermosa... Que me haya sucedido en toda mi vida.

_Por que Amity, ella no tenía que cargar con tus problemas.

_¿Sabes?... Yo tenía una amiga - acarició la mejilla de su hermana que ya estaba tiesa y giro la cabeza para mirar a su enemigo - Ella me juro lealtad, y yo de estúpida se lo creí - caminó hasta la chimenea para agarrar el cuchillo que estaba en el suelo - Yo desde pequeña sentía  emociones raras cuando miraba a mi hermana, yo se lo conté a ella y ella me dijo que era amor, yo primero no le creí pero luego lo comprobé y era cierto - miro a Augusto con los ojos llorosos - Pero todo se acabó cuando me enteré que  Boscha, le había contado mi secreto a mi madre, pero por varias razones ella no le creyó pero cuando miro mi actitud rara agarró mi brazo fuertemente y me llevó hasta el sótano y me dejó encerrada por tres días sin comer ni beber agua, sólo por esa maldita escoria - le sonrió Augusto y caminó hasta el asiento donde hace unos minutos Luz había ocupado -

_Por favor no me digas qué la asesinaste sólo por eso - se alejó un poco porque el asiento estaba a unos centímetros de él y tenía miedo de que Amity lo acuchillaron otra vez -

_Pero no todo estuvo perdido, ahí me di cuenta que yo podía hablar con los muertos, una noche estaba en un rincón muriéndome de frío hasta que sentí que alguien me abrazó me di la vuelta y miré a una mujer con cabello negro y largo que llegaba hasta el suelo y vestia un camisón blanco, ella me sonrió y me dijo, “sé que estás adolorida pero si me dejas ayudar ya no lo estarás” yo no le entendí pero en ese momento necesitaba calma y le dije que si - cerró los ojos - sentí como se introdujo en mí como sus pensamientos se hicieron mis pensamientos ,como sus emociones eran mías ahora.

Augusto no le ponía mucha atención, no podía hacerlo cuando tenía enfrente a la persona que más amaba muerta.

_Unos días después me encontré a Boscha tranquilamente sentado en el césped, ella me preguntó que si no había rencores yo le dije que no, y para demostrárselo la invité a mi castillo para pasar una noche conmigo, al menos para ella iba a ser su única noche, en la medianoche me levanté hasta la cocina agarrar un cuchillo y llegué a mi cuarto otra vez y le cortó el cabello ella se despertó y me empujó, pero yo agarré el cuchillo fuertemente y se lo clave en el corazón le tapé la boca con mi mano y la acoste en la cama, altillo siguiente la fui a tirar en el pozo de petróleo para que nadie encontraron su cuerpo.

_Amity, deja esto ven conmigo... Yo te puedo brindar ayuda.

_Los años pasaron, y a mí me encantaba qué Adriana se metiera en mi cuerpo todas las veces que ella quería - sonrío y miró a Augusto que miraba a su hermana -  porque cuando lo hacía yo me sentía libre, pero me di cuenta que un día Adriana quería matar a mi hermana, en ese momento le di un alto y ya jamás volvió a meterse en mi cuerpo, pero ella dejó sus pensamientos en mi cabeza y me convirtió en ella.

_Amity baja ese cuchillo - se puso un poco histérico cuando miro que Amity levantó el cuchillo y lo puse en su hombro -

_Mi hermana y yo pasamos por muchas cosas, no creas que eres el primero en ser el comprometido de mi hermana, hubieron muchos pero lamentablemente ninguno era digno de su amor, por qué alguno solo querían casarse con ella por dinero, otroa sólo quería sexo, y ella cuando se enteraba le dolía mucho, pero yo la vengaba siempre los invitaba a todos a una taza de té y a los cuatro que asesine les  arranqué el corazón... y los conserve - con el cuchillo le señaló un cofre que tenía en la esquina de su espejo - Por que sus corazónes estaban están podridos, que a mí me encantaba tener los conservar los, pensar que ese corazón le rompió el corazón a mi hermana.