Me siento en cada esquina de cada calle en el camino que lleva a su casa.
Bogotá ya no me habita, pero de cualquier manera la llevo dentro.Escucho todos los días a la mujer que me pide que hable lento,
la imagino bailando en cada nube que me sigue al pasar el centro.Algunas veces me observa sin verme
y, en mi trote impasible a no sé dónde,
me grita que pare, que se me han quedado los motivos y llevo los sueños al rojo vivo...¿cómo le digo que ya no sé cómo?
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Bogotá sin daño
PoetryNi los malos somos tan malos y en días como estos sólo nos queda ser un poco más buenos.