Capítulo 02: Cena con los Reyes

941 99 47
                                    




MICHELLE

Hemos hecho una parada rápida en la cabaña. Necesitaba cambiarme de atuendo para la cena con los Reyes. No puedo darle razones a la reina María para que me critique, iré lo más elegante posible. Dentro del armario de la Sra. Amelia consigo un vestido sepia de cuello cuadrado y mangas caídas. Me parece adecuado para la ocasión, es recatado y formal. Me hago un peinado de media cola, quiero que la Michelle que ella vea sea una versión mejorada de mí. En mi interior, deseo que cambie de parecer, que su menosprecio se esfume y que me acepte como la novia de su hijo.

 En mi interior, deseo que cambie de parecer, que su menosprecio  se esfume y que me acepte como la novia de su hijo

Ups! Gambar ini tidak mengikuti Pedoman Konten kami. Untuk melanjutkan publikasi, hapuslah gambar ini atau unggah gambar lain.

Sé que no soy tan refinada y simpática como Selene, no soy una princesa; pero si una antigua diosa. Espero que este título de mi vida pasada me haga quedar bien frente a los Reyes.

***

Atravesamos la puerta de entrada, los caballeros saludan a Marcus, este asiente con la cabeza en señal de respuesta. Observo sus movimientos, la manera en la que camina, como habla y que dice. Busco absorber su elegancia, imitar su porte y robar sus palabras elocuentes. Saco de mis recuerdos, mi poco tiempo como princesa sustituta. Esas lecciones son las que me harán ver bien frente a la realeza. Me convendría pensar que soy Sera Brienne y no la estudiante sin gracia, Michelle.

Marcus me guía hasta el comedor. Antes de que abra la puerta, mis manos lo detienen. Me ha entrado pánico y preciso un poco más de tiempo para prepararme.

─ ¿Tienes algún consejo para mí antes de este suplicio? ─confieso ansiosa.

─No mires a mi madre a los ojos, para ella es una falta de respeto. No la contradigas, si no estás de acuerdo con su opinión, quédate callada. Tus respuestas deben ser cortas y concisas, se desespera si te desvías ─enumera, me da la sensación de que había preparado estas indicaciones antes de que se las preguntara─. Modales en la mesa: no hagas ruido cuando masticas, corta los alimentos con cuidado, sin causar escándalo. No dejes nada, no le agradan las personas quisquillosas. No coloques los codos sobre la mesa y no espíes en los platos de otros.

─Cuántas cosas... ─murmuro atónita. Percibo la migraña formándose en mi cabeza.

─Estarás bien. Yo intervendré si se pone pesada.

─Está bien, vamos ─doy un último vistazo a sus ojos color cielo, estos me brindan calma.

El candelabro sobre el techo ilumina cada rincón del salón. Los ventanales que cubren toda la pared dejan a la vista el espléndido jardín de los Andreatos. Los lirios, amapolas y hortensias adornan el exterior con su danza de colores.

Desvió mi mirada hacia aquel paisaje. Los rayos del sol le dan vida a las hojas y el viento las mece tiernamente.

Es hermoso.

─La has traído, Marcus. Que alegría.

La voz de Rivas me hace retornar la vista hacia adelante. Quedo confundida, ante la cantidad de personas sentadas en la larga mesa ovalada. Reconozco a una, que no esperaba ver pronto; y de la cual, deseaba esconderme por el resto de mi vida.

Viajando entre mundosTempat cerita menjadi hidup. Temukan sekarang