(13) ✡Pelea y desgracia✡

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Ariadna Hunter.

—¿Confías en ellos? — me pregunta Dallas, mientras bajamos del avión.

—Sí —es lo único que le contesto.

—Son demonios Ariadna —me dice algo frustrado.

—¿Y?

—Que no se puede confiar en ellos.

—No todos los ángeles son buenos, tampoco todos los demonios son malos —imito la frase que me dijo Acatriel.

Después que hiciéramos maletas, Iker y yo llamamos a Acatriel y a Agramon, les dijimos si nos podían acompañar a Inglaterra y ellos aceptaron, por otro lado, los ángeles no estaban tan contentos con nuestra decisión, y Avani y Yemer estaban confundidos.

—¿A qué te refieres con eso? — me pregunta Dallas. — ¿No confías en mí?

—No confió en nadie —le contesto.

—Ariadna, pero... —no lo dejo terminar.

—Tal vez confié en ti si me dices tu nombre angelical —le recalco.

Y sí, tengo una sospecha sobre que Abdiel el tipo que vi por las alas, es Dallas.

—Otra vez con eso —dice cansado. No le digo nada más y me alejo.

Llegamos al hotel, no uno tan caro, si se supone que nuestros padres están acá, no tenemos que llamar tanto la atención tampoco. El hotel es cálido, antigüeño como suele ser todo acá, y me gusta.

—Siento que Dallas me golpeara en cualquier momento —me dice Acatriel en un susurro.

Volteo a ver a donde esta Dallas, viene detrás de nosotros con el semblante serio y su vista fijamente en Acatriel.

—Posiblemente —le digo— pero no le pongas tanta atención.

—Eso ayuda —dice entre dientes, a lo cual le doy una risita.

—Sabes, encontré algo sobre detener el pandemónium –—le cuento. —Necesito a un demonio y una fuente de energía poderosa —le explico.

—Bueno, tienes dos demonios para escoger, aunque lo de la fuente no tengo idea —me dice.

—¿Estarías dispuesto a ir contra tu región? —le pregunto asombrada.

—Sí —es lo único que me contesta.

—Vaya, gracias supongo —le digo antes de entrar al cuarto.

—Iré a ver si todo está en orden, y no hay ningún demonio por ahí — me dice y sale, sin esperar una respuesta de mi parte.

Entro a la habitación, en la cual estaré sola, Iker, Avani y Yemer tienen habitaciones aparte.

—Tienes en cuenta, que él puede ser de desconfianza ¿verdad? —dice Dallas.

—Dallas, ya basta —le reclamo.

Acomodo mi maleta de ropa encima de la cama, y la maleta donde tengo mi arco la dejo debajo de la cama. Entonces se me ocurre una gran idea, que tal vez me cueste la vida, pero no pierdo nada con intentarlo.

—Dallas —lo llamo.

—¿Qué? —me contesta seco.

—¿Puedo ver tus alas?

Él me mira con cara de sorpresa y el ceño fruncido, yo solo le regalo una sonrisa nerviosa, —soy buena actriz. —

—¿Por qué o qué?

Hunter [#1]Where stories live. Discover now