XVII-miedo...-

470 19 0
                                    




-Ante el menor riesgo actuad con determinación, en defensa propia- Esas fueron las palabras de Sergio, lo podemos traducir a un "maten al maldito escolta o los matará el a ustedes".
Sergio logró que la policia nos entregaran paella, pero nosotros estabamos en la mismísima guerra buscando a Gandía, me encontraba con Río, luego de apurarlo y decirle que dejará de hablar con Estocolmo ya que debíamos buscar al asesino calvo nos encontramos con Denver. Los dos chicos hablaron y solucionaron un pelea pasada y nos encaminamos a buscar al escolta.

-esto me da un muy mal rollo- me dijo Denver

-¿eso crees?- dije irónica. -joder este mal parido nos iba a dar problemas, lo sabía desde un inicio, Sie konnten sich keinen anderen genialen Plan einfallen lassen- dije susurrando lo ultimo (no pudiste idear otro plan, genio).

Luego de un largo silencio escuché a Río hablar.

-puede que Tokyo sea un macerati, pero te lleva colgado detras-

-¿es enserio chicos? ¿ahora?- dije cansada

-si Río, despacho- escuhé el susurro de Denver.

Empezaron a discutir de como se respeta la novia o ex de un amigo, haciendome enojar un poco.

-chicos, estamos buscando a un puto asesino y se ponen a hablar de eso- dije mientras entrábamos a un elevador. Como si de ignorarme se tratara siguieron en su conversación.

-no me he acostado con ella ¿vale?, solo charlabamos-

-eres mi amigo o ¿que mierda eres?- dijo Denver

Vi algo o más bien a alguien en la lejanía.

-claro que soy tu amigo-

-púes no lo parece-

Y en ese instante una granada entró justo a la par que las puertas se cerraban. Los chicos y yo nos empesamos a quitar los chalecos y cascos e intetamos hacer presión , pero al explotar la granada quedamos atontados, el humo nos envolvio y empezamos a toser, intenté mantener mis ojos abierto y logré divisar a Helsinki sacandonos de ahí.

-¿Estaís bien?-

Antes de responder y con un esfuerzo sobre humano saqué mi arma y disparé hacia Gandía, los demás llegaron y empezaron a dispararle al escolta, traté de predecir sus movimientos y me fui corriendo discretamente al baño, empecé a recargar mis armas y despejarme con un poco de agua, tuve la mirada fija en la puerta por si alguién llegaba, y ese fue mi error, mi gran pero gran errror, no vigilar mi espalda...











...

Luché, o bueno, intenté luchar contra Gandía pero lo único que logré fue pegar unos disparos al aire y di un grito. Gandía me dio un golpe que me hizo escupir sangre y empezó a disparar a un punto de la puerta. Hizo un agujero y puso mi cabeza en él, pegué un grito de dolor, sentía muchísimo miedo, no quería abrir los ojos, solo deseaba irme con mis hermanos y no saber más nada del banco de España, intenté contentener mis lagrimas lo más que pude.

-QUIETOS O LA MATO- gritó Gandía mientras golpeaba mi estomago repetidas veces, luego empezó a amarrar mis manos con una soga, tenía mucho miedo la verdad, cerré mis ojos y dejé que algunas lagrimas cayeran, observé como Palermo se acercó a mi rostro y lo acariciaba como  si de porcelana se tratase, limpió mis lagrimas y dio un beso en mi frente. Berlín se acercó rapidamente en silencio y con sus manos me preguntó en que parte Gandía se encontraba, con mis labios y sin emitir sonido alguno le dije en que parte se encontraba, dando así que soltara un disparo a un lado mío. El disparo le dio pero eso provocó que pusiera la boca del arma en mi mano, ganandome así una detonacion, pegué un grito ahogado preocupando así al grupo de atracadores.

Milán: Una Histora de LCDPWhere stories live. Discover now