Capítulo 1 - LA FIESTA DE GRADUACIÓN

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ANNE

Mi nombre es Anne Salvyn, es casi medianoche y mi fiesta de graduación se ha convertido en otro festejo a la perfección de mi hermana Caroline. Me he acostumbrado a que mi familia tenga una obsesiva debilidad por la rubia, ¿Cómo juzgarlos?, Caroline es prácticamente perfecta. Hermosa, simpática, trabajadora y honesta. Después de veintisiete años, aún no le encuentro un solo defecto a la favorita de mis padres, y aunque cueste creerlo, nunca le he envidiado nada.

Que Caroline sea todo lo anterior descrito no implica que yo sea un renacuajo con tuberculosis asfixiándose fuera del agua. Pero sí debo destacar que somos sumamente diferentes. Incluso, algunas veces dudo que seamos hermanas. Mi cabello es largo y negro cual azabache, mis ojos grandes y azules, mi piel muy blanca y soy de tamaño promedio, si es que un metro setenta puede considerarse así. Mis pechos son grandes, mis piernas largas y mi trasero pequeño, aunque bien puesto. No soy delgada, pero tampoco gorda. Me gusta mantenerme en forma y llevar una vida saludable. Es más que suficiente para sentirme bien conmigo misma.

Y ese es otro punto en el que difiero con Caroline, su obsesión con la subjetiva perfección. Anhela ser como otras mujeres que considera ideales, y aunque no la apoyo en su forma de pensar, la respeto.

Está bien, sí, estoy exagerando un poco, pero solo un poco. La verdad es que siempre me ha parecido un hombre sumamente atractivo, tal vez demasiado para mi salud. ¿Son todos los texanos como él?

¡Demonios! Desde que llegó a la fiesta no he podido apartar la mirada de él. Y es que más allá de ser un deleite para el ojo, el hombre es un sueño. Simpático, divertido, ocurrente, intimidante, profesional, atento y sumamente educado. Lo mejor de todo es que Nataniel es completamente humilde ante cada uno de los anteriores adjetivos, y ajeno a sus irresistibles cualidades, se mantiene siempre relajado y con una accesible actitud.

En los cinco años que llevan juntos nunca he cruzado más de un par de palabras con él, pero soy buena observando. Y desde que ambos se mudaron a Nueva York por razones de trabajo, las pocas veces que hemos coincidido en la misma reunión, la tensa y extraña situación que se crea entre Nataniel y yo me resulta inquietante. No sé las razones, pero cuando me busca su mirada yo respondo con una sonrisa sin poderlo evitar. En ese corto instante, el aire se vuelve tan denso que me cuesta respirar, obligándome siempre a ser yo quien rompe la conexión. Después de todo, se trata del novio de mi hermana.

Ahí estaba, charlando con uno de mis primos al otro lado del jardín principal de la mansión Salvyn, dónde mis padres habían organizado la ostentosa fiesta. Luciendo un elegante traje azul grisáceo oscuro, y una blanca camisa sin corbata. Con espumeante copa en mano y su encantadora sonrisa idiotizándome a distancia, esa que le iluminaba el rostro con genuina jovialidad. ¿Cómo puede existir un hombre tan atractivo? Debería ser ilegal. El veredicto: Amarrarlo a mi cama de por vida.

Contuve la risa por tal pensamiento, y justo en ese momento, un mesonero pasó junto a mí mirándome de forma represiva. Mi familia pensaba que estaba loca, que lo supusieran extraños me importaba muy poco. Lo detuve para ojear las copas que traía en la bandeja, pero para mi suerte todas estaban vacías. Necesitaba ingerir alcohol o no podría soportar aquella tortura china.

Suspiré resignada y volví mi atención a Nataniel, esta vez, sus azules ojos estaban sobre mí. Y como si no existiese nadie más a nuestro alrededor, le sostuve la mirada perdiendo toda voluntad, cautivada por su radiante calidez y absorbente intensidad. Su mirada reflejaba una sonrisa oculta y la sensación de complicidad me desconcertaba. ¿Por qué lo hace?, ¿Por qué me mira? y ¿Por qué lo hace de esa forma?

La ansiedad que me generaba me incomodaba, el efecto que tenía sobre mí me ahogaba, así que le ignoré y apresuré el paso para alejarme del jardín, no tenía nada que hacer allí. A fin de cuentas, todos estaban entretenidos con los maravillosos cuentos de Caroline y su exitosa vida en Nueva York como abogada.

EL NOVIO DE MI HERMANAWhere stories live. Discover now