Justo cuando piensas que nada puede ir a peor, llega el futuro y te arrebata las pocas esperanzas que te quedaban, haciéndote ver que estabas equivocado. Estaba devastado, pensaba que nada podía ir a peor, pero por lo visto me equivocaba.
Cinco años antes, justo después de perder el vuelo…
― Vegetta, tenemos que hablar ― me miraba fijamente, con el semblante mucho más serio que de costumbre.
― No pasa nada porque hayamos perdido el vuelo, compramos otros billetes del que salga en unas horas y ya está ― intentaba quitarle importancia a aquel suceso. Necesitaba pensar en algo para sacarle una sonrisa pero no se me ocurría nada y el tiempo se me escapaba.
― Vegetta… ― clavó los ojos en mí, parecía que podía atravesarme con aquella mirada y llegar hasta mi alma. Una lágrima cayó lentamente desde su lagrimal, desplazándose por sus rosadas y suaves mejillas, dejando un surco húmedo hasta finalmente llegar a su barbilla y caer sobre su camiseta. Había una zona en esta más oscura que el resto, señal de humedad por otras lágrimas caídas con anterioridad. ― No aguanto más… ― su voz se desvaneció. Intenté comenzar a hablar yo, decirle que no se preocupase, que me tenía a mí para desahogarse o para lo que necesitase. Pero no me dio oportunidad, puso sus largos y delicados dedos sobre mis labios y me impidió hablar. Tomó una nueva bocanada de aire e intentó retomar su discurso. ― No estoy dispuesto a hacerte sufrir más, ni tampoco quiero seguir sufriendo yo ― hizo una inspiración profunda de nuevo y finalizó con unas palabras que actuaron como cuchillas. ― Hemos terminado.
― ¿Qué? ― pregunté incrédulo. Tardé unos minutos en volver a moverme, en comprender todo lo que me había dicho. ― Willy no puedes haberlo dicho en serio, nosotros podemos con esto, podemos superarlo juntos y…
― ¿Es que no lo has entendido? ― me interrumpió, no me dejó decirle lo mucho que lo amaba. ― Ya no hay un nosotros, ya no vamos a hacer nada juntos. Se acabó. Es lo mejor para los dos.
― ¡Para! ¡Piensa bien lo que estás haciendo! Nuestra vida entera está aquí ― intentaba detenerle, evitar que terminase de cerrar su maleta. Pero no tenía las fuerzas suficientes, sus palabras estaban siendo golpes demasiado fuertes.
― He comprado un vuelo para volver a España. Yo solo. Estaré bien, con mi familia. Tú puedes quedarte aquí, con la casa o si lo prefieres volver con tu familia, esa es tu decisión. Pero lo mejor es que nos separemos y no volvamos a vernos. ― ¿Lo mejor? ¿Cómo podía decir eso?
― ¡NO! ¡A lo mejor crees que es lo mejor para ti! ¡Pero desde luego no lo es para mí! ¡DEJA DE SER TAN MALDITAMENTE EGOÍSTA! ― para aquel entonces ya había perdido todo mi autocontrol, solo quería conseguir que mi novio reaccionase y no me abandonase.
― Lo siento ― me miraba a los ojos mientras me decía aquello, lo pensaba de verdad. Pero se iba, me abandonaba como si yo ya no le importase. ― Ya se me está empezando a hacer tarde, será mejor que me vaya. Te juro que siempre te llevaré en mi corazón.
― No puedo creer que me vayas a hacer esto ― él ya iba camino a la puerta para desaparecer para siempre. Pero yo no podía quedarme con los brazos cruzados, tenía el corazón roto. ― Así que esta era la verdad, ¿esto es todo lo que me querías? ¿En cuánto hay una dificultad te vas y no luchas por lo nuestro? ¡Te odio por haberme engañado durante estos últimos años! ¡Te odio por haberme hecho vivir en una mentira! ― Las lágrimas caían por las mejillas de los dos, pero él no se quedaba, pero yo no conseguía que se quedase. ― ¡TE ODIO!
Salió por la puerta y todo el piso se quedó en silencio. Bueno, solo se escuchaba mi respiración agitada y mi llanto de vez en cuando. Me moví hasta el sofá del salón y me hice un ovillo con una de nuestras mantas… ¿Nuestra? Aquello había sonado demasiado irónico. Volvía a comenzar a llorar sin consuelo alguno, Cuando conseguía tranquilizarme a los pocos minutos volvía a recaer, y así fue durante las siguientes horas. Perdí la conciencia del tiempo, simplemente mi cuerpo estaba allí, inmóvil, con lágrimas surgiendo de sus ojos, pero yo estaba ausente.
No sé qué hora sería pero ya era de noche en el exterior y fui consciente de todo. Me dolía todo el cuerpo de haber permanecido durante todo el día en aquella posición así que intenté moverme, debí de pulsar accidentalmente el mando de la televisión porque esta se encendió y la frase “Breking news” se escuchó por toda la casa. El titular que abría la portada del telediario llamó mi atención, más bien me atrapó: “Crash of Iberia Flight 8T015K Los Ángeles – Madrid”. Volví a quedarme paralizado, pero esta vez del miedo. No podía ser el vuelo de Willy, no podía serlo…
Corrí hasta su ordenador desesperado, no conseguía ni pulsar bien el botón de encendido. Finalmente entré en el navegador, con un poco de suerte no habría borrado su historial. Así era, su historial seguía intacto y… la página de iberia dónde había comprado el vuelo también. Pinché para que me redireccionara a ella. Busqué el número de vuelo…
“8T015K” era el vuelo accidentado según las noticias.
“8T015K” era el vuelo que había comprado Willy.
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Mi Ángel De La Guarda | Fanfic Wigetta
FanfictionCreía que lo había perdido para siempre, no había vuelta atrás en lo que había sucedido pero... puede que nada sea lo que parece.