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Todo era un desastre. La liga de villanos había atacado y los estudiantes se encontraban dispersos por toda el área de entrenamiento.
El profesor encargado de la clase luchaba contra los villanos inexpertos, excepto uno de ellos.
Una criatura gigante y realmente horrible con una fuerza descomunal.
—Vine lo más rápido que puede. — la peliazul llego primera que los otros héroes ya que estaba cerca del lugar.
—¿Donde está la concentración de villanos?— pregunto a los estudiantes que se encontró en el camino.
—En el centro del área. — habló con lágrimas en los ojos una pelirosa.
Corrió directamente de donde provenían los ruidos más fuertes y cuando llegó se detuvo en seco para ver la situación.
Aizawa siendo sujetado de la nuca por un monstruo gigante.
Sin pensarlo dos veces, comenzó a cantar una sadica canción mientras se acercaba más a la escena.
Pero al ver que su particularidad no inmovilizaba al enemigo, no tuvo mejor idea que correr a ayudar a sus alumnos antes de que fueran golpeados por el resto de los villanos.
Justo a tiempo pudo salvar a los tres adolescentes, todo gracias a Shota quien había levantado su cabeza para usar su particularidad e inhabilitar al villano de pelos celestes que también intento atacarlos.
Luego se escuchó un estruendo y un grito desgarrado de dolor.
—¡Shota!— con lágrimas en sus ojos la ojinegra vio como el Nomu aplastaba la cara de su amor platónico contra el suelo.
Más estudiantes llegaron y Aoi se levantó del suelo para ayudarlos a luchar contra el enemigo y poder sacar al azabache ya inconsciente de la escena.
Cuando todo parecía ir mal llegó el héroe número uno, All Might.
—¡Sensei!— la chica le gritó al recién llegado y alzó en sus brazos a Shota —Debo de llevarlo a la enfermería rápido. — habló con preocupación.
—Ve pequeña Aoi ¡Todo estará bien! ¡Porque yo estoy aquí!— hablo para todos.
La ojinegra asintió con una débil sonrisa.
Tarareaba una canción mientras corría a la puerta, inmovilizando a quien la escuchara y facilitando el trabajo de los héroes recién llegados.
• • •
—¡Recovery Girl!— abrió la puerta de la enfermería de un portazo —Esta muy lastimado. — lágrimas amenazaban por salir de sus ojos mientras recostaba el cuerpo inconsciente del mayor en una camilla.
—Tranquila pequeña, ve afuera y toma un bazo de agua. — le aconsejó —Él estará bien.
La oji negra hecho un último vistazo al azabache mientras salía de la habitación.
