🔥C A P Í T U L O 8🔥

64 6 0
                                    

El subconciente de Bels no queria aceptar que el tormento era en verdad todo lo que se reflejaba ante ella, sin importar los malos tratos por parte de Bernardo una pequeña porción de la joven seguía pensando en que ese no era él.

Volviendo a la realidad la Bestia tiró de Bels hasta llegar a una habitación bastante alejada de la mansión, estaba a oscuras y los aposentos se encontraban cerrados con dos cadenas y candados de acero, era evidente aquel hombre la encerraría en el zotano de la casa ubicado en la última planta, rebuscó entre los millones de llaves encontrando la que estaba buscando luego de eso tiró de las cadenas y abrió de par en par las puertas de madera, dejando que la joven observara el interior de dicha habitación, estaba completamente oscura, tal ofuscación daba miedo, los últimos reflejos de luz nisiquiera se dejaban azomar por la alta ventana que habia allí, el espacio era enorme, hacia mucho frio y para colmo el estomago de Bels rugia cada segundo mar fuerte como si por algún motivo tenia el deber de gritar para que el tormento se condoliera de Bels y así dejarle probar bocado. Sus castigos eran injustos, la muchacha estaba obligada a servir sin detenerse y nisiquiera podía comer dignamente.

-Ruega a Dios por que me conduela de ti replicó tirando a la pobre muchacha en el suelo helado, Bels le observó como si sus ojos no estubieran viendo aquel horrible lugar donde ese animal le dejarà pasar la noche.

La verdad era dificil de creer sin embargo la joven no sentía que su mundo se estaba derrumbando, el cual si estaba terriblemente derrumbado como el enorme bloque de hielo de la Antartida, le tormento se quedo estatico a la espera de una dulce respuesta de parte de Bels, él imaginaba que con tal castigo la adolescente dejaría de "irrespetar" a su amo, pero, lo que lo estaba haciendo Bels no era inrrespetar a eso se llama libertad de poder expresarse.

-Jamás rogaré migajas de lastima de parte de usted mi señor gritó, con un hilo de voz mientras le observaba detenidamente, Quizás imaginando cual sería su próximo golpe, talvez la encadenaría o golpiaría hasta mas no poder, las ideas le atemorizaban sin embargo no dejaría caer una gota de lagrima frente a sus ojos, ella tenia que hacerle ver que no era una llorona sino una mujer que no se deja de nadie y menos si es de un hombre ruin siendo considerado por Bels como tal, solo un hombre ruin se permite así mismo maltratar a una inocente y devalida jovencita. Sin duda alguna Isabels Kahir era el más grande desafío de Bernardo Stormy.

Él no argumentó cosa que se le hizo extraño, selló sus labios nuevamente, dejando la habitación cerrada. Al cabo de algunos segundos la puerta del zotano se abrió nuevamente observando Bels desde las sobras a la Bestia, quién sujetaba en una de sus manos un valde el cual se veía pesado.

-No vas a rogar piedad por las buenas ni aparentemente por las malas así que tendrás que pasar toda la noche en este lugar acompañando a las ratas y a las demás alimañas que se puedan encontrar, murmuro voltando su cuerpo en dirección a Bels -Como no podrás darte un frescante baño como buena persona que soy, he decidido dartelo yo, exclamó tirando encima de Bels el valde de agua helada que traía consigo.

Aquel señor realmente estaba loco, le dejaría pasar toda la noche en el frio zotano empapada de agua también helada, la joven se enfermaría, sumandole que no a pasado bocado durante toda la tarde.

Luego de sus carcajadas alejandose de la habitación Bels comenzó a temblar, mientras escuchaba como su estómago rugía en auxilio y piedad. Bels se derrumbó en llantos silenciosos sentia dolor en su alma, lo que mas le lastimaba era creer en sus instintos los cuales hasta ahora se habían equivocado con respeto a Bernardo, ¿porque Bels le rasgaba tanto lo que el tormento me habia hecho? ¿Era porque le comenzaba a gustar y eso le daba miedo? Miedo a terminar completamente enamorada, miedo a tener que huir por libertad, miedo a terminar como Olha, muerta por los abusos y los tratos inhumanos, la joven dudaba que en pocos días su corazón pudiera tener sentimientos afectivos por la Bestia, ¿era eso posible?

-Linda despierta, llegó la mañana! Exclamó una voz dulce al lado de Bels quién al escuchar que la llamaban y sentir que la remeneaban abrió los ojos lentamente, luego de estrujarlos con los dedos aclandose su visión por completo, Bels estaba recostada en sus aposentos en la mansión, lo que se le hizo totalmente extraño ya que el amo la habia castigada sin razón.

-¿Que estoy haciendo aquí? Preguntó a Irma y Adonis los cuales se observaron confundidos y llenos de preguntas para Bels

-El amo me ordenó buscarte al zotano en medio de la madrugada, estabas divariando e hirviendo en fiebre replicó Adonis parado en el marco de la puerta con su habitual uniforme de majordomo

¿Qué? ¿Cómo? El amo habia enviado a Adonis por Bels para levantarle el castigo en la madrugada, la Bestia se habia condolido por la joven apesar de todo lo que ella habia dicho, eso era raro ya que nunca le habia levantado el castigo a nadie.

-Necesitas comer algo Explicó Irma levantandose del colchon -Te he preparado un rico caldo caliente, no has comido nada desde ayer en la mañana, argumentó abriendo la puerta para perderse detrás de ellas

-Tienes mucha suerte Bels ya que jamás el amo habia levantado in castigo antes, al parecer le comienzas a caer bien, en lo único que tienes que tratar de contener es la boca, por tus palabras no te dejan de suceder las cosas recriminó abriendo las puertas para que Irma entrara con la charola en manos

-Aquí esta muchacha come necesitas reponer energías perdidas explicó dejando la charola en la mesa de noche, los ojos de Bels observaron ricas rebanadas de pan recién horneado, un enorme tazón de caldo casero, frutas picadas y un vaso repleto de jugo de manzana, los ojos se abrieron para poder visulizar mejor la bandeja llena de rica comida.

Ahora sí a comer, a olvidar lo que pasó ayer y a tratar de no hacer enojar al amo malvado de la mansión Stormy.

El Tormento Del Infierno©/Completa/RESUBIENDO.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora