El Tormento Del Infierno©/Completa/

🔥C A P Í T U L O 23🔥

Dos semanas después~

Isabels volvió a la mansión luego de dos semanas en constantes cuidados y visitas por parte del amo y algunos de los sirvientes incluyendo a la causante de todo y desincluyendo a Uzias ya que no podía pisar la sala de urgencias con temor a que Bernardo lo despidiera de su tan necesitado trabajo.

La muchacha se estaba recuperando rapidamente aún con los pesares de decilucion por parte de Esthela quién no se perdia una de las constantes visitas en la que la Bestia solía ir. Para su buena suerte Bels no lograba recordar lo que habia pasado aquella noche, los analisis no arrojaron señales de que habia sido envenenada según el resultado por el agotamiento y  las constantes preocupaciones al recordar el estado de salud en el que se encuentra Rosebell;su madre.

—Te encuentras mejor? —pregunta la vetusta Irma retirando la charola y los demás objetos de la cama, la joven haciente indicando una afirmación, seguido de una media sonrida dedicada por parte de la señora.—Todavia no puedo creer que te dió una thrombosis eres tan joven e inocente.—murmuró dejando a Bels completamente sola en sus aposentos.

El invierno habia finalizado, los signos del acalorado verano se podian sentir, el sol caliente, el calor que desbordan los cuerpos, el anhelo de darse un baño helado, las mujeres vestidas con ropa de tela fina, cubriendo sus rostros con lentes de sol y algunos sombreros para proteger su cara de los rayos ultravioleta.

La Bestia tenia casi dos semanas sin ver como se encontraba al parecer se sentía culpable por todo, la muchacha no salía de su alcoba ya que estaba en reposo absoluto, los días pasaban lentamente al estar sumergida en su estancia sin hablar con nadie o poder salir del espacio en el que se encuentra.

Jugaba con sus dedos hasta que sus cafés vieron entrar a la alcoba a Esthela con la misma mirada, con la misma ola de maldad la cual siempre la rodeaba, con el mismo deseo de querer asesinarla.

—¿Cómo te sientes? ¿has podido recordar algo? —Preguntó mientras se acercaba con grandes zancadas, luego de sentarse a su lado como su fuese su mejor amiga.

¿Hasta donde llegará el psinismo de esta mujer? La intenta matar y luego finge ser su mano derecha.

—Estoy mejor —replicó Bels llevando sus manos hasta su cabeza arreglando su cabello castaño.—lamentablemente todavia no he podido recordar pero lo algo si tengo por seguro es que algún día recordaré lo que pasó y cuando eso suceda tomaré cartas en el asunto.

—terminó de explicar cambiando de tono de voz tierna a un hilo que refleja el lado oscuro de su alma.

Cuando eso suceda Esthela se encontrará en graves problemas.

Los rayos del sol aparecieron en su alcoba haciendo que Bels diera un salto para levantarse, ir al baño y colocar el uniforme de empleada domestica. Después de haber salido del centro de salud estubo en reposo por al menos cinco días, la Bestia no se habia asomado en una semana al ver como se encontraba la Isabels, la joven volvió hacer sus respectivas tareas junto a Esthela la cual se habia acercado mas de lo normal para investigar  si realmente habia logrado recordar algo. Ya que no le convenia que eso sucediera, sI por cosas de la vida la muchacha recuerda aquello se quejará con el amo y este la castigara o incluso la botara de la casa como una vagabunda.

Entre la mujer de cabello largo y ojos claros e Isabels limpiaban el enorme gimnasio sin que el amo estubiese allí, la verdad es que estaba preocupada por ver su rostro le lastimaba su lejanía, se sentía rechazada por ese hombre musculoso al que tanto deseaba volver a ver.

¿Habia sido ella la culpable de que la Bestia se alejara?

La verdad es que lo extrañaba, le hacía falta su voz gruesa, esos ojos antorcha que tanto le fascina ver, ese color negro y marrón misterio, su cabello revuelto dejando mostrar una  rebeldia de chico malo, el aroma varonil que destilan sus poros, todo en el Tormento le gustaba el problema es que le costaba aceptarlo.

Isabels fregaba el piso del gimnasio luego de recoger algunas máquinas las cuales no se encontraban ubicadas en su respectivos lugares, la joven secó el sudor de su  frente con el antebrazo hasta que sus ojos vieron a la Bestia entrar por la puerta principal llevando ropa deportiva y el mismo semblante arrugado de siempre.

El tormento se percató de la mirada inusual con la que Bels observaba detenidamente cada paso propinado por su amo, Esthela se inmutó de que la joven se encontraba fijamente cruzando su mirada con la de su señor así que se encaminó hasta donde se encontraba buscando la mejor excusa para sacarla de allí lo mas rápido posible.

—Bels escuché que Irma necesita ayuda en la cocina por que no vas ayudarle? no te preocupes yo terminó—replicó en voz baja, mientras observaba la frialdad y lejanía con  que la Bestia la trataba, su corazón se sentía dolido la habia besado dos veces y le habia dicho que la deseaba.

¿Porqué se estaba comportando de ese modo si en verdad quería permanecer a su lado?

De seguro abrir su corazón, mostrarle su lado más sensible era lo que no estaba en sus planes o al menos por ahora. O peor aún la queria tener lejos ya que no sentía lo que decia sentir, manteniendo  lejos a isabels podía cuidarla desde su lejanía.

—Porqué no vas tú ayudarle? Yo me quedaré aquí a terminar —propuso la joven mientras fregaba el piso de madera y veía disimuladamente a su amo haciendo ejercicio en la caminadora.

"Su trasero se ve enorme desde aquí"pensó iIsabels al verlo caminar con ese pantalón semi-ajustado.

Esthela frunció el ceño ya que no sabia que hacer para sacarla de allí, era imposible dejar que la joven se quedé a observar al hombre que la mueve, era imposible dejar a Bels babear como un bebe por su caramelo frente a sus ojos.

La mujer pensó rápido y accionó sin pensar lo más urgente posible, tenia que sacar a Bels del gimnasio y sobre todo tenia que ingeniar un plan para sacarla de la mansión antes de que la Bestia caíga ante sus encantos. La pregunta que Esthela que hacía era ¿Cómo iba a sacar a isabels de la mansión sin levantar sospechas?.