🔥C A P Í T U L O 39🔥

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Las dudas invadieron como explosivos su majin, su amigo le estaba diciendo que su hija se encuentra viva, repetian sus adentros una y otra vez para poder asimilar la noticia.
Su hija estaba viva, se encontraba en el mundo repirando y viviendo como si no hubiese otro día.

-¿Estas seguro de eso Uzias? Espero que no sea una broma de mal gusto. Simplemente no puedo creer que mi hija este viva, no escuche sus gritos no pude tenerla en mis brazos. Dijo a su amigo mientras parpadeaba para no dejar que las lagrimas inundaran su rostro.

Aquella noticia parecia irreal, tenía tantas preguntas que responder y aún así tenía un gran hueco dentro de su ser.

-Dalis la muchacha que le diste posada después de haber salido de la mansión era complice de Esthela ella te robó a tu hija para decir que es suya ya que perdió al hijo que estaba esperando colocando a Mariebella en su lugar, Esthela es el peor ser que a existido en la tierra, obligó a Dalis a tomar la bebe. Replicó logrando que Isabels se derrumbara en lagrimas, no podía creer de todo lo que es capaz Esthela por el simple hecho de hacer maldad, ¿porque a ella? Le robó a su hija para mantener a Bernardo a su lado, para manipularlo cuantas veces quisiera. ¿Quién le pagara a Bels el tiempo perdido lejos de su hija?

Luego de saber la verdad Bels se adentró a la gran mansión Stormy después de tantos años volvió al caos edificado, las puertas se abrieron a la par saliendo un vetusto seco y tosco llamado Adonis, tenía el mismo semblante de siempre, no llevaba una sonrisa dibujada en su rostro que dejaba apreciar soledad. La jovencita se bajó del auto para acercarse al ama de llaves y entablar una conversación.

-Necesita algo señorita? Preguntó sin recordar a la persona que se encontraba al frente de sus ojos, Bels era la misma niña inofensiva de siempre seguía siendo impulsiva y un tanto desafiante.

-Necesito hablar con los señores dijo sin titubear, mientras observa con cara enojada hacía el interior de la casa.

El señor Adonis se quedó estatico, visualizando a la mujer que se encontraba frente a sus ojos, por unos segundos se pregunto quién sería la mujer que le hablaba.

-El señor Bernardo no se encuentra sin embargo la que si se encuentra es la señora Esthela. Replicó haciendo camino por el sendero hasta el interior de la casa.

Bels se dirijió hasta adentrarse por completo a la casa mientras  seguía al majordomo.
Adonis la dejo en la enorme sala de estar en lo que buscaba a la Bruja. La muchacha visualizó una de las tantas imagenes de la pequeña Mariebella y de su padre quién, sus ojos dejaron de brillar su semblante era triste al igual que la niña que traía en brazos. Los tres han vivido los peores años de sus vidas alejados por medio de mentiras sifriendo en silencio sin conocer la verdad.

-¿Que esta haciendo en mi casa Isabels?-cuestionó Esthela llamando la atención de una Bels sumida en su imaginación. La mujer de veinticinco años dió media vuelta sobre sus pies para por fin después de cinco largos años ver su rostro cubierto de maldad y falsedad. Sus ojos claros hicieron contacto con los ojos cafés de Isabels para derramar la copa de la discordia. Isabels tenía mucho que hablar con Esthela, tenía tantas preguntas las cuales ella debería de responder.

-Vengo por mi hija sé toda la verdad, ¿Cómo pudiste quitarme a mi bebe? ¿Qué te hace pensar que tenias el derecho a distanciar a una madre de su pequeña hija?-vociferó la joven mientras sus ojos se oscurecian cada vez que recordaba lo que hizo Esthela.

-Deja el drama querida Isabels! La respuesta es simple el tesoro que tenía para poder sobrevivir lo perdí entonces tuve la grandiosa idea de tomar el tuyo y ponerla en su lugar. -replicó dando varias pasos hacía delante, llevando sus manos en la cadera al reposar su figura en sus talones. -Sinceramente no sé porque te quejas gracias a mi no has tenido que soportar la carga de una mocosa insoportable como lo es Mariebella no se puede negar que es tu hija son tan parecidas, patéticas e ingenuas. Terminó de argumentar con una gran sonrisa triunfante en su rostro de Bruja sin maquillar.

El coraje inundó su mente hasta el tope, sus puños se formaron entrecerrados, sus ojos se oscurecieron más de lo habitual, su color palido se convirtió en un color rojo furia un rojo rabia, un rojo del que jamás se veria a Isabels un ser lleno de luz y sonrisa cálida.

-Quiero que confieses toda la verdad a Bernardo, dile que me robaste a mi hija y que le has mentido todos estos años, también comentale que fuiste la causante de todas nuestras desgracias para que por fin abra los ojos y deje de estar ciego. Comentó Isabels logrando que de los labios de Esthela se reflejara una sonrisa burlona.

-Jamás dejaré a Bernardo libre para que sea feliz contigo, escucha jamás dejaré que sean felices. Vociferó con su maléfica sonrisa perturbadora.
-Vete de mi casa! mandó a Isabels mientras rodeaba una de las tantas fotos que se encontraban en la mesita de madera ubicada en el centro de la sala de estar.-Si no te alejas de mi marido sufriras las consecuencias yo que tú vuelvo a la cuidad haciéndote la sorda, la ciega y la muda, añadió terminando el contacto visual entre ellas.

-Y si no hago lo que dices me vas a matar? Preguntó la muchacha disimulando el dolor que la quemaba.

-Si no lo haces te haré sufrir todos los días. No sé porque eres tan bruta tantas señales de advertencia que te di para alejarte y no lo hiciste, llegaste hasta las últimas consecuencias por amor, replicó pronunciando la postrera palabra con burla.- intenté asesinarte lentamente y por culpa de Bernardo estar viva para contarlo.

Esthela le confesó a Isabels lo que hizo en su contra, intento asesinarla lentamente sin que nadie se diera cuenta de lo que pasaba.

-Eres un demonio Esthela! Eres el peor ser humano que a existido. Te juro que me las pagaras tarde o temprano.
Dijo encaminadose hasta la salida donde se encontró con un Bernardo cabizbajo y algo triste. Su rostro reflejaba vergüenza, inconformidad era una persona diferente al habitual demonio que permanecía dentro de su alma ofusca.

-Toma! Replicó la joven estrechando en sus manos lo que parece ser una grabadora.
Los ojos de la bestia se abrieron lentamente luego de tomar el artefacto.

-Estoy muestra con quien estas casado. Quiero a mi hija, lucharé por ella aunque tenga que enfrentarme a ti, probaré que la bruja me despojó de mi pequeña con tan sólo horas de nacida. Murmuró siguiendo sus pasos dejando atrás a una bestia callada.

-Te amo. Lo siento tanto. Me avergüenzo por todo lo que te hice sufrir comentó logrando que bels detubiera sus pasos para encararlo.

La joven dió media vuelta sobre sus pies para conducir sus sendas nuevamente hasta donde se encuentra el padre de su hija Mariebella.

-No creo que sientas el dolor tan inmenso que sentí cuando me humillante aquella noche, me sacaste de la casa como a una ramera, me menospreciaste, te burlaste de mi, gritaste a los cuatro vientos mis sentimientos, esa día entendí que lo nuestro no era amor, entendí que era un capricho de adolescencia, entendí que realmente sigues siendo la bestia cruel, sin sentimientos de siempre gracias a ti entendí que debía de cambiar y sobretodo olvidarte. Dijo haciendo que de los ojos de Bernardo salieran varias lagrimas.

La muchacha deseaba continuar con su discurso sin embargo todo cambió al ver a su pequeña hija acercándose hasta donde su padre. Llevaba una muñeca en manos y algunos juguetes en la otra.

-Papi! Exclamó abalanzandose sobre su padre, quién limpió sus lagrimas sin que su pequeña hija lo notase, entre besos y susurros la niña preguntó. -¿Quién es ella daddy? Cuestionó observando a Isabels con sus ojitos cafés llenos de brillo y ternura.

Buena pregunta Mariebella. ¿Ahora que respuesta le dará Bernardo a su hija? Le dirá que es su madre? O esconderá la verdad por más tiempo?

El Tormento Del Infierno©/Completa/Donde viven las historias. Descúbrelo ahora