Epílogo

486 77 15
                                    

"¡Papá!" grita en la lejanía una voz infantil, y antes de que el mentado pueda siquiera reaccionar un peso se estrella contra su cuerpo, delgados bracitos apretándose alrededor de sus caderas.

Cuando mira hacia abajo, aún con las manos elevadas sobre su cabeza por la tarea que realizaba previamente, un rostro sonriente lo saluda. Bucles rubios caen en casacada sobre diminutos hombros, perlas achocolatadas se esconden detrás de los sonrientes ojos cerrados, una torcedura cómica en el feliz mohín; la carita amada de su pequeña hija lo recibe.

"Bueno, hola, princesa" dice correspondiendo el animado gesto, revolviendo con cariño su cabello de oro.

La niña se sacude graciosamente fuera de su alcance, un puchero infeliz en su rostro mientras trata de volver a aplacar su pulcramente peinado pelo. "Eres increíble, papá" se queja con un bufido, y él le eleva una ceja interrogante ante el sonido inapropiado.

Ella lo nota y la más grande sonrisa inocente jamás mostrada se expande en sus labios, agrandando sus ojos y jugando tímidamente con sus deditos. Su mirada revolotea por todos lados antes de establecerse en algún punto detrás de él.

Ahora su rostro está radiante, curiosidad destilándose por toda su postura. "¿Es mi regalo?" pregunta con una nota de impaciencia en su voz.

ChanYeol finge considerarlo mientras viaja su mirada de ella a lo que observa una y otra vez. "Tal vez..." dice y ella se adelanta con un rebote, "Feliz cumpleaños, bebé" finaliza abriendo los brazos.

Su hija salta felizmente a ellos, envolviéndose a su alrededor. "¡Gracias, gracias, papi!" exclama mientras lo abraza y le besa la mejilla.

Él roza con los labios con amor su pequeña sien antes de verla recoger a su mascota y saltar alegremente hacia su regalo.

Una amplia estancia se abre frente a ellos, con las paredes escalonadas irregularmente como estanterías infinitas que alcanzan el techo abovedado, todas a la espera de ser rellenas de los artefactos y objetos que su hija colecciona. Una gruesa formación coralina similar a dos columnas convergidas en un arco se impone en un costado, una hamaca de las más finas algas marinas se establece entre los pilares, estrellas que se estaba dedicando a poner adornando las columnas.

Observa entretenido a su pequeñuela revolotear de un lugar a otro y divagar ánimadamente sobre lo que planea poner en cada lugar, su pecho hinchándose de orgullo al haber hecho feliz a su bebé.

Se estremece sorpendido cuando una cabeza se apoya de repente en su hombro, un rubio casi idéntico al de su hija llenando su visión cuando mira hacia abajo.

"ChanYeolee" susurra el recién llegado, dejando un tierno pico en sus labios.

"Amor" corresponde, rozando su nariz con las sonrojadas mejillas ajenas.

"Por lo visto le gustó su regalo" dice con una sonrisa, viendo a su hija ir de un lado a otro.

"¡Lo amé!" interrumpe ella, acercándose. Se abraza a ambos, tratando de abarcarlos con sus diminutos brazos. Restriega su aniñado rostro en sus vientres y cuando lo alza, tiene la más cálida de las sonrisas. "Gracias, má, pá" susurra.

Ellos comparten una mirada cómplice antes de abrazarla. "Te lo mereces, dulzura" contesta su esposo, removiendo el cabello de su frente y dejando en ella un beso. ChanYeol aprovecha y revuelve juguetonamente la corona de su cabecita, y ella se aleja con una expresión enfurruñada.

Forbidden ||ChanBaek||Where stories live. Discover now