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El sábado siguiente Bosco seguía a Xavi, animado por encontrarse con sus amigos, paseando despreocupado, con una playera marinera que hacia contraste con los pitillos y cazadora vaquera negra que llevaba para variar un poco y botas chelsea mirando a todos lados mientras Xavi seguía mensejeandose con sus amigos, quería mostrarles la tienda de cómics que había descubierto. Un look que lo hacia ver mucho más delgado de lo que parecía, incluso visualmente parecía alcanzar a su sobrino en cuanto altura.

En la tienda Matthieu estaba conversando con sus amigos sobre la semana que pasó comiendo con Bosco y su amigo Alberto, viendo lo cercanos que eran, lo divertido que resultaba Alberto y la forma en que hacia reír a Bosco. Pero no podía quejarse, Bosco se había interesado en su vida como pocas personas y no había apartado su mirada de él, la forma en que lo integró a sus bromas y anécdotas, esa forma en que su mano no dejó de repasar su brazo, cuando se reía, cuando escuchaba algo que le parecía lindo o cuando llamó su atención con un apretón en el bíceps, tampoco podía quejarse pero esperaba algo más.

-Me hubiese gustado tener una oportunidad a solas con él. Para... no sé decirle...

-Pues esta es tu oportunidad - aseguró Emilio, uno de sus dos amigos -. Ahí viene -señalando la entrada en la que Bosco veía a su sobrino hablar con sus amigos. Ambos chicos soltaron una risa socarrona al verlo palidecer un poco. Lo peor es que no lo pensó tanto, tan pronto lo vio entrar distraído viendo lo que había en la entrada él ya se estaba acercando.

-Bosco, hola. No sabía que ibas a venir.

-Matt, hola -aceptando su mano y su abrazo rápido seguido del saludo de sus otros dos amigos mientras acomodaba su pelo -. Xavi ha quedado con sus amigos -señalando la entrada -y vine a acompañarlo -viendo que los tres chicos lo miraban sorprendidos. No eran de los chicos que se enfundaran en ropa apretada que ver a alguien así de estilizado les llamaba la atención.

-Pero mira, si se lo regalaste -recalcó Pedro, su otro amigo, más bajito y regordete señalando la bolsa que tenía sujeta fin ambas manos frente a él.

-Sí -aseguró Bosco mostrando el colgante de su bolsa, moviendo la cabeza para quitar su pelo al levantar la mirada -, y me encanta.

-¿Tienes algun plan? -preguntó Matthieu tan pronto sintió un golpecito en sus costillas por parte de ambos amigos.

-Pensaba ir a El Corte Inglés, tengo que comprar sábanas nuevas para Xavi y alguna que otra cosa para la casa, he visto un juego de cojines monísimos para el salón.

-¿Por qué no vienes con nosotros? Vamos a cazar criaturas mágicas...

Por primera vez en mucho tiempo los tres escucharon los infantil que aquella invitación sonaba, tanto que dudaron en si era digno de su edad seguir jugando juegos de Harry Potter, incluso el plan de Bosco sonaba más maduro que el de ellos, pero Bosco ignoró aquella vergüenza que se había quedado en el rostro de los tres, su plan sonaba más divertido.

-Me encantaría. ¿Tengo que descargarme algo? -sacando su móvil de última generación, dejándolos asombrados, tampoco habían visto tanto lujo en una sola persona.

-Eh, sí, te digo cual es... -sugirió Matthieu poniéndose a su lado. Su cabello largo impedían que viera su mirada, pero podía intuir su sonrisa y ese aroma emanar de su cuerpo lo puso más nervioso.

-Pues vamos -dijo Pedro luego de ver que Bosco tenía ya la aplicación instalada y abriéndose.

-Espera es que... -dijo Bosco revisando los filtros que había para hacerse una foto -, no. Las gafas no van conmigo... es que... -acomodando una y otra vez su pelo, buscando su mejor ángulo para una foto de un juego nuevo, tanto que de pronto notó como los tres chicos lo miraban -, perdonad. Os estoy entreteniendo y... -acomodando su pelo.

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