~Horacio POV~
Sentados en el patrulla, sin radio, sin ver las alertas, sin hablar, ambos ahí, simplemente existiendo. No sabía qué había ocurrido con seguridad, pero creo que tenía una idea, una idea que el dolor de mi cuerpo podía perfectamente explicar. No me había dormido, de eso no había duda alguna; quería pensar que me había dormido, pero en el fondo sabía que no era así. Miré a Gustabo, «Tú sabes que ocurrió, ¿no es así? –le dije en mi mente–. Sabes que realmente todo estuvo en mi mente y no fue un sueño.»
–Horacio, ¿te encuentras bien?
–Me siento algo confundido a decir verdad. –No sabía ni por dónde empezar, pero, los problemas me los comía ¿no? Era hora de hablar–. Creo que ambos sabemos qué ocurrió, ¿no?
–Pues, no estoy seguro la verdad. –Gustabo parecía preocupado de verdad y esto no ocurría normalmente. La última vez que lo había visto así era cuando Emilio me había disparado en las piernas–. Solo sé que estábamos en el patrulla, de pronto me preguntaste si no estábamos cerca del taller de mecánicos hacía unos momentos, luego me viste como si fuera el mismísimo Pope Popi y entonces te saliste del patrulla estando en marcha como un loco. –Gustabo iba a hablar pero se detuvo inmediatamente, había algo que le quedaba por decir.
–Di lo que vayas a decir, por favor.
–Cuando fui a recogerte del suelo me apuntaste, y dijiste que no dudarías en dispararle esta vez a Pogo. –Uno cosa es que yo lo pensara, pero que Gustabo lo supiera era algo que no quería–. ¿Viste a Pogo cuando estábamos en el coche? ¿Me viste como si fuera Pogo?
–Gustabo yo...
–Sé que no eres el mismo Horacio –me interrumpió–. Sé que has cambiado desde todo lo que pasó con Pogo, pero estuviste a punto de dispararme, y ahora mismo estoy preocupado por la seguridad de ambos.
–Gustabo, te prometo que esto no había ocurrido antes y te prometo que no volverá a ocurrir.
–Horacio, no lo iba a decir pero, sabes que tuviste una alucinación ¿verdad?
Miré por la ventanilla. "Alucinación", era una palabra que no quería escuchar en voz alta, pero que ya estaba en mi cabeza incluso desde antes de que Gustabo la dijera. Había tenido una alucinación por primera vez en mi vida, y se había sentido bastante real. ¿Qué se suponía que hiciera ante una situación así? Tal vez tendría que llevar medicación. Pero, ¿hasta cuándo podría asistir a una cita con un terapeuta? Ahora mismo, como Gustabo ya había dicho, la seguridad de ambos estaba en peligro. Nos podía hacer daño a ambos durante una alucinación.
–Solo deja aparco el patrulla bien –dijo Gustabo, pero me parecía que solo había escuchado la mitad final de la frase.
En cuanto el patrulla estuvo bien aparcado me bajé, con el menor movimiento posible, ya que ahora mismo cualquier movimiento hacía que me doliera una parte del cuerpo distinta.
Desde hacía un rato que había comenzado a llover, pero la verdad es que no me importaba mojarme, a parte de que no podía ir rápido. Gustabo corrió a mi lado, pero no me ayudó, solo me acompañaba. Se tenía que detener en ocasiones para que pudiera seguirle el paso.
–Ya no solo las pintas, ahora también me llevas el caminar de los zombies de The Walking Dead Horacio, no veas. –Gustabo rió, quería seguirle la broma, pero realmente no me sentía con ánimos, así que me limité a reírme junto con él.
–Hostia, espera, hoy estaría Conway de regreso ¿no? –Mi temor de su presencia se incrementó al pensar en cómo reaccionaría cuando se enterara que había tenido una alucinación y había estado a nada de pegarle un tiro a Gustabo, después de todo era su hijo, no creo que se lo fuera a tomar muy bien–. No vi ningún coche, pero ya sabes que al viejo le gusta guardar los coches en el garaje.
