31. luz: cartas de tarot

21 6 2
                                    

Estaba en mis sueños, todo era claridad y narcisos moviéndose en la ventisca. El riachuelo se llenaba de más agua, desbordándose un poco y dejando ver un par de peces diminutos que enmarcaban mi reflejo.

Reía de algo que no sabía, tal vez por el simple sentimiento de ser observada.

Una paloma blanca llegó hasta mis pies. Era yo... pero en la dimensión real. Me reconocí y me seguí por el bosque arrastrando mi vestido. Mi cabello estaba mas largo y mis pies se sentían mas ligeros mientras le seguía.

Hubo un chiflido y alguien me derribó.

— Choi Nanhee.

Era Eunji, su rostro de líneas simétricas y labios delgados.

— ¿Qué quieres de mí?

— Quiero que me regreses lo que me pertenece.

Enterró una de sus uñas en mi brazo izquierdo.

Antes de gritar ella me hizo señas de seguir corriendo y eso hice, aunque estaba consciente que era un sueño, el terror me embargaba mientras corría por entre los árboles ahora desnudos. Su rostro aparecía entre hojas muertas, de ojos grandes y nariz respingada, tenia el cabello tan largo que no le encontraba un límite, su voz era profunda y tenía uñas alargadas.

Su vestimenta toda negra hacia contraste con la mía que de a poco se ensuciaba de barro.

Yo llamaba a alguien o algo que no estaba a mi alcance.

Me derribo una segunda vez para enterrarla ahora en mi pierna, la sangre de mezclaba con la tierra y yo era un juguete suyo. Se entretenía con una risa parecida a las uñas en un tablero, así hasta que caí por una rama de un árbol viejo y ella escaló sobre mí.

Sus dos manos heladas quemaban y estrujaban mi cuello, haciéndome difícil respirar.

Sentía un montón de animales subir por mis extremidades y creo que una voz me llamaba a lo lejos. No lo reconocía, detrás de mis párpados cansados estaba la imagen de la paloma muriendo a mi lado.

— ¡Nanie, despierta ya!

Abrí los ojos a la claridad de la habitación.

Seokjin estaba encima de mí, sus rodillas a mis costados y rostro bañado de preocupación. Empecé a toser por inercia, seguía sintiendo el ahogo y mis ojos escanearon el desastre de mi habitación.

Al parecer él se había desesperado a tal punto de revolver todo para hacerme despertar.

— Jinie...

— Ven aquí. — me tomo de la mano hasta dejarme sentada en el borde, me rodeo con sus brazos. — me has dado el susto de mi vida, ¿por qué sigues cerrando la puerta de tus sueños?

— No quiero que los veas.

— No es algo que deba avergonzarte, me preocupas. Debes dormir bien... solo lo haces cuando puedes.

No lo hago porque te darás cuenta de que se la verdad, tendrás que decidir entre ella y yo y no estoy lista para eso.

Tu tampoco lo estas.

— Busca las cartas en mi bolsa, necesito hacer algo. — concluí yo.

— Ya has hecho suficiente.

— Seok-

— Seokjin nada. — me interrumpió con cejas crispadas. — ¿quién te hizo eso?

— No era nadie.

— Dímelo.

Sus ojos eran gélidas perlas en un rostro sereno, sin ninguna expresión. Esto era lo mas escalofriante de su verdadero ser.

𝕰𝖆𝖗𝖙𝖍 ☪ KSJ³Donde viven las historias. Descúbrelo ahora