📚30🖋️🫦

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Era sábado, y ella planeaba dormir a poder ser a pierna suelta, había sido una semana de lo más que agotadora, la directora había pedido perdón ante todo el equipo de antes animadores en nombre de la profesora Meekdale, le había pedido disculpas a ella y mágicamente había entrado una nueva profesora de deportes. Evan y ella estaban bien después del numerito que él hermano de Evan les había montado, pero Seth no había aparecido en la escuela sen toda la semana.

Daphne sintió un golpe fuerte...

-¡Levántate dormilona!- gritó Amelia tirándose arriba de ella.

-Amy- se quejo ella, con la cara pegada a la cama-. Es sábado, déjame dormir- se tapó un aún más-, y está frío.

-¡Vamos!- la destapó-. Tenemos que ir a ver los vestidos.

Quedaban dos semanas para el baile de bienvenida del instituto, ellas habían hecho hacer los vestidos a medida y debían probarlos.

-Ya no quiero ir- se tapó y se acurrucó aún más.

-Ni se te ocurra- la volvió a destapar-. Nick me invitó a ir con él y según me dijo, Seth te lo pidió a tí.

Ella pensó en Evan, en que irían combinados en secreto. Ella quería ir con Evan. Quería entrar del brazo de Evan al hotel donde sería el baile de bienvenida que... irónicamente, era donde habían pasado la noche juntos antes de saber que eran profesor y alumna. El universo era bromista y le gustaban la comedia negra y morbosa por lo visto.

-Daphne, no le hagas el feo- ella sacó un poco la cabeza de debajo de la colcha-. El tipo se muere por ti y tu nada- ella se cubrió de nuevo, Amelia suspiró-. Bueno... tu lo quisiste así- metió las manos frías y le sacó una pierna a los tirones

-¡Hija de...- se quejó ella-. ¡Que puta! ¡Tienes las manos como hielo!

-Y a mucha honra. Ahora mueve ese culo y ve a bañarte. Yo iré a preparar el desayuno.

-¿Mamá no está?- preguntó ella.

-Cuando yo llegaba ella se iba, me pidió que te dijera que debe cubrir medio turno de emergencia- daphne asintió y se tiró en la cama nuevamente. Finalmente, su padre había pedido unos días para el ir con su abuela mientras que su madre y ella prefirieron quedarse en casa. Pero para su abuela, Daphne Tenía examen y su madre tenía que cubrir un turno completo el fin de semana... una mentira blanca no mataría a la vieja ogra.

-¡QUE TE LEVANTES!- le gritó Amelia desde la cocina.

Daphne pataleo en la cama un poco y se levantó.
Entró en la ducha, necesitaba un baño caliente y una taza de café para ser alguien que se considerará humano.

Evan despertó con un fuerte dolor de cabeza, sentía que le palpitaba, miró por la ventana. Las lluvias se habían adelantado este año por lo visto. Suspiró y se levantó, necesitaba algo para que le parará el dolor de cabeza o se tiraría del balcón.
En el baño, donde sabía guardar el paracetamol estaba vacío, no tenía ni un solo. Ross, no había otra respuesta. Su hermano le había vaciado el suministro de pastillas con sus jodidas resacas. Volvió a suspirar.
Debía ir a buscar en la farmacia algo para la migraña y reponer las que Ross se había acabado.

Daphne y Amelia desayunaban tranquilas.

-¿Le dijiste que si seth, verdad?- preguntó Amelia mientras mordía una rebanada de pan tostado y Nutella.

-Si. Acepté ir con él- Dapnhe movía el chocolate caliente. No había café-. Pero ahora dudo de querer ir aún con él.

-¿Y eso por qué? -amelia estaba realmente interesada en qué Dapnhe saliera con Seth, quería que su amiga cambiará de prospecto con los chicos. El anterior imbécil la había dejado por WhatsApp.

-Desde lo del pesaje no me responde los mensajes. Creo que está enojado- Daphne suspiró frustrada. Estaba entre los dos.
Por un lado estaba Evan y por otro muy diferente, estaba Seth.

Como si la conversación que estaban teniendo hubiera invocado al susodicho, el teléfono de Daphne se iluminó con unq llamda entrante.

-¿Quién es?- interrogó Amelia.

-

Tu protegido- murmuró Dapnhe-. Hola.

-Disculpa que no respondiera. Estaba algo...liado

-Eata bien. No importa.

-¿Estás ocupada ahora?

-S, algo, estamos por ir a ver los vestidos para el baile con Amelia- Amelia le arrebató el teléfono-¡¿Pero que haces?!- se quejó Dapnhe.

-Si, soy yo.¿Quieres ir?- Amelia le pasó la dirección bajo protestas silenciosas de Dapnhe al otro lado de la mesa-. Bien te esperamos en como ¿Dos horas?- le preguntó a Dapnhe que se encogió de hombros- colgó y le entregó el teléfono.

-Me voy a lavar los dientes- Dapnhe se levantó algo molesta.

Amelia no tenía que haberlo invitado, estaba repentinamente de mal humor. No quería verlo, quería ver a otra persona. Alguien a quien no debería querer ver un fin de sycomo persona normal.

Au teléfono volvió a sonar, atendió sin mirar el identificadof de llamadas.

-¿Que sucede Seth?

-Hare de cuenta que no oí eso. Porque me ofende que me llames como ese mocoso del demonio- Evan sonaba molesto, miró el identificador.... carajo.

-Mierda. Lo lamento. Pensé que eras él.

-Asumo que estuviste hablando con hace poco- ella quería darse la cara contra el espejo.

-Si. Me llamó hace unos minutos.

-Ya veo...¿Y que quería? Si se puede saber- estaba siendo condescendiente con ella.

-No lo sé. Me preguntó si estaba ocupada. Y Amelia me quitó el teléfono, ella le dijo donde estaríamos en dos horas- Dapnhe estaba enloqueciendo-. Hoy tenemos la prueba de vestidos.

-O sea que tú amiga invitó al mocoso.

-No lo llames así. Y si, ella lo invitó con notas luego de la prueba de los vestidos.

Evan sentía que si seguía así se terminaría masticando su propia lengua.
Su dolor de cabeza iba en aumento.

-Entiendo. ¿Y donde es?

-Es un atelier de moda- Evan sonrió, el conocía el lugar perfectamentw y a la diseñadora-. ¿Haces algo esta noche?- quería invitarla a cenar.

-Noche de chicas- a Evan se le arruinaron los planes, más o menos-. Me quedaré con Amelia en su casa. Por cierto, ¿Le diste el dinero a tu hermano?

-No. Aún no. Él va a venir a buscar el sobre cuando no esté en el apartamento.

-Evan, me tengo que ir. Amelía me está buscando- se despidieron.

Evan tomó una chaqueta, y salió directo a su auto. Había recordado que necesitaba una corbata o una pajarita para el traje y conocía un atelier perfecto para encontrar lo que tanto quería. Y la suerte estaba de su lado, mándame Colett era la madrina su hermana.

Enséñame Entre Tus Sábanas  Where stories live. Discover now