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—Feliz navidad, feliz navidad, feliz navidad, próspero año y felicidad.— Cantaba, emocionada y completamente caracterizada para la ocasión; Jungeun, con su sombrero de reno favorito y el suéter rojo que Jinsol le había regalado, decoraba alegremente la casa junto con las otras familias cercanas.

Completamente opuesta a ella, Jinsol se hallaba desparramada en el sillón, con su típica ropa de tonalidades azules y totalmente ajena a la celebración.

—Soullie, ¡ven a decorar!

La mayor hizo una mueca, no quería decirle que no a su amada, pero realmente odiaba la navidad.

—Uhm.. Yo.. estoy bien aquí, gracias.

—Unnie...— La llamó con ese apodo que sabía que a la mayor, en el fondo, le gustaba mucho. —Por favor.

—Bueno..— Ni bien terminó de hablar, Jungeun la jaló del brazo y le pidió que subiera a una escalera para colgar algo en el techo.

—¿Y esto para qué es?

—Bueno, es un muérdago. Si estás abajo de él, tienes que besarte con la persona a la que quieres.

—Estamos abajo de él.

—Uhm.. Bueno, es porque lo estamos colgando..

—Bésame entonces.— Exigió la mayor, bajándose de la escalera.

—Soullie..— Los adultos estaban repartidos por algún lugar de la casa, pero en cualquier momento podrían volver y verlas.

—Shh.— La tomó suavemente del cuello para besarla en la mejilla. —Feliz navidad, hermosa.

Jungeun se sonrojó, incluso si Jinsol le daba cumplidos todo el tiempo, siempre reaccionaba de la misma manera.

—Te ves muy linda, por cierto.— Tragó con dificultad. —Eres preciosa.— Besó su mejilla con cariño y Jungeun ahogó una exclamación nerviosa. Jinsol acarició su espalda con suavidad, notando los nervios de la menor y sonrió, enternecida. —Eres tan tierna.

Finalmente la besó, suave pero profundamente. Jungeun respondió enseguida, sintiendo su cuerpo reaccionar ante las caricias de la mayor. Instintivamente sus manos se movieron hacia el cuello de Jinsol mientras está la acercaba, jalándola de las caderas y pegándola a su cuerpo. Sintió un temblor agradable cuando la mayor la besó con un poco más de fuerza, sin embargo, volvieron al ritmo lento con rapidez.

Se separaron y Jungeun pudo ver los ojos de la mayor cerrados por un momento, antes de que esta los abriera y le mostrara esa eterna galaxia en la que siempre se perdía. Suspiró, completamente enamorada y notando que la mayor se sentía exactamente igual que ella. Sonrieron y finalmente se separaron para seguir decorando.

—Entonces... ¿son novias?— Sooyoung preguntó, haciéndolas saltar del susto.

—¡Sooyoung, maldic-

—No digas palabrotas.— Jungeun regañó a la mayor.

—Lo siento.

—Supongo que lo son.

—No hemos dicho nada..— Jungeun iba a protestar pero la alta le interrumpió.

—Era obvio. Jiwoo y yo pensamos que no querían aceptar que se gustaban pero no creímos que estarían juntas en secreto.— Se acercó a la pareja y palmeó sus hombros, sonriente. —Me alegro por ambas.

—Gracias.— Por alguna razón, o mejor dicho, por ninguna, pensaron que Sooyoung no aprobaría el que estuvieran juntas y se emocionaron al ver que se lo había tomado tan bien.

—¿Puedo decirle a Jiwoo? Va a estar tan feliz.— Ambas chicas asintieron y prontamente, la pelicaramelo apareció y las felicitó eufóricamente.

La tarde había pasado de la manera más agradable y cómoda entre las cuatro jóvenes, y finalmente, no había ningún secreto que ocultar. Ya luego, en la noche, todo había quedado hermosamente decorado, casi demostrando el buen humor que habían tenido las decoradoras en el proceso.

—Entonces me llamó a la dirección, pero las supuestas pruebas ya no estaban.— Sooyoung contaba como una niña en primaria quiso acusarla con el director para llamar su atención, de una forma muy estúpida pero la historia les parecía realmente graciosa.

—Deberías contar esa vez que casi quemamos el patio.— Sugirió Jinsol. Claro que, al tener la misma edad y haber estudiado juntas en todos los años desde que se conocieron, las mayores tenían casi tantas anécdotas para contar en conjunto como Jiwoo y Jungeun.

Sooyoung empezó la historia sugerida, su carisma y su humor hacían que cualquier cosa que contara fuera graciosa así que siempre le pedían relatar las historias y esta aceptaba gustosa.

Jungeun se acomodó entre los brazos de Jinsol y esta la apoyó en su pecho, haciéndola sentir protegida y resguardada con su calor. Jinsol sonrió al notar como la pequeña buscaba el contacto entre sus cuerpos y finalmente la abrazó por completo, haciendo que una sonrisa adornara el rostro de Jungeun y por ende, el suyo también.
























Caps tiernos porque creo que lo que sigue no es tierno ahr

sweet ; lipsoulWhere stories live. Discover now