Capítulo 03

164 22 0
                                    

Había renunciado exitosamente.

Jaehyun le había dicho que comenzaba el lunes, por lo que aún tenía algunos días libres.

No podía quedarse en casa porque, cuando cocinaba, Jaemin tenía un bajo nivel de tolerancia y bueno, él era molesto por naturaleza.

Decidido a no pasar su día haciendo nada, salió a dar una vuelta al centro comercial.

Compró un helado y caminó a una tienda en específico con la esperanza de que su amigo se encontrara ahí.

- Hola – saludó una vendedora - ¿buscaba algo en especial? –

- Sólo pasaba – sonrió amablemente - ¿sabes si el dueño está por aquí? –

- Creo que está algo ocupado –

- ¡Renjun! – llamaron desde el segundo piso – sube a mi oficina, estaré contigo en un momento –

La chica le miró sorprendida y lo escoltó al lugar, ofreciéndole algo de beber, a lo que el chino negó.

Una vez solo, se dedicó a curiosear.

Abrió los cajones, leyó los papeles en la mesa, leyó algunos correos, escribió groserías en la pizarra, y se sentó en su escritorio para detenerse a mirar cuidadosamente la melosa fotografía enmarcada que lo decoraba.

Era del día de su boda.

Seguía sin creer lo apresuradas que habían sido las cosas entre ellos dos.

La puerta se abrió, llamando su atención.

- Hola – saludó sonriente - ¿qué te trae por aquí? –

- Vine a saludar – se encogió de hombros – tengo tiempo libre y quise venir a hostigarte un rato –

- Supe que aceptaste la oferta de Jaehyun – se sentó frente a él, en la silla de invitados – Jungwoo dice que es un buen chico –

- Sí, bueno. Jungwoo cree que todo el mundo es bueno. Por eso se casó contigo –

- Sólo tienes envidia –

- Lo único que envidio de tu vida es que tengas tanto tiempo libre – admitió – es una suerte que te haya encontrado aquí –

- Tuve que escapar de casa. Es semana de exámenes y Jungwoo está estresado como la mierda – se quejó – no creerás lo estúpidos que son algunos de sus alumnos –

- Claro que lo hago. Yo era ese estúpido – rió junto al otro.

- En fin, no puedo estar ahí por mucho tiempo –

- Estoy casi en la misma situación con Nana –

- ¿Aún cocina en tu casa? – el chino asintió – no entiendo porque no puede hacerlo en la suya –

- Porque Yuta no puede quitarle las manos de encima –

- No quiero escuchar eso – hizo una mueca.

El chino estuvo a punto de entrar en detalles sobre la vida sexual de su hermanastro, cuando el teléfono del azabache comenzó a sonar.

- Es Hyuck – declaró antes de responder, activando el altavoz – hola, cielito –

- ¿Estás ocupado? Necesito hacer algunas compras para la boda y no quiero ir solo –

- Hablando de tu boda. Tengo el regalo perfecto –

- Te juro que si es algún artículo de tu tienda va a terminar en la basura. No bromeo, Jeno –

El mencionado rió divertido.

- Como sea, estoy con Renjun –

- Hola – saludó el mencionado.

- Oh, ¿renunciaste ya? –

- Sí, aún me quedan un par de días libres –

- Gracias al cielo. No quería ir solo con este cabeza hueca. Tiene un pésimo gusto –

- Estoy escuchando –

- Lo sé, alguien tenía que decirlo –

- ¿Dónde quieres que nos encontremos? – preguntó el chino, interviniendo en la pelea.

- ¿Están en la tienda? –

- Sí –

- Los veré ahí en 10 minutos, adiós – dijo colgando la llamada.

- Bueno, parece que Haechannie salvó nuestra vida –

- Va a volvernos locos, lo sabes ¿no? –

- Déjalo en paz – defendió el chino – debe ser muy difícil para él tener que planear todo solo –

- No tendría que hacerlo si no fuera tan malditamente exigente –

- Vamos, sólo quiere que sea perfecta – trató de convencerle - ¿quién planeó la tuya? –

- Contratamos a alguien para hacerlo para evitar justo eso –

- Estás siendo algo duro, ¿no lo crees? –

Jeno lo miró con algo de culpa.

- Es sólo que me preocupa, ¿sí? –

- No entiendo – frunció el ceño - ¿por qué? –

- Algunas personas tienden a escapar cuando se sienten abrumados –

- ¿Temes que Johnny escape? –

- No puedo evitarlo – chasqueó la lengua – temo que mande todo a la mierda y huya. Eso rompería el corazón de ambos –

- Eso no va a suceder –

- Espero que no –

- John no lo haría –

¿Verdad?

Second halfDonde viven las historias. Descúbrelo ahora