Capítulo 15

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-¿Entonces sí son novios?

-¿Cómo lo sabes?

-El gordo se quejó con Kenny y Kenny me contó a mí.

-Maldito desgraciado. –Se masajeó la frente. –Pero sí. Sí somos.

-... ¿No es muy pronto?

-¿Pronto? –le robó una papa frita y miró hacia la cocina del restaurante, ya tenía hambre y se estaban tardando con su platillo, al menos Stan tenía los modales para no empezar a comer sin que los demás también lo hicieran. -¿Pronto considerando...?

-Tú sabes.

-Ya es pasado, Stan, te he dicho miles de veces, esto me está comenzando a molestar.

-Perdón. –comió una él ahora. –Solo quiero que estés a gusto, cómodo, que salgas con las personas sin que sea por... no sé, cumplir una expectativa. –saboreaba su plato con pesadez. –A veces creo que lo arruiné yo también diciéndote tantas cosas.

-Las personas dicen cosas, está en uno reaccionar a ellas. –Le restó importancia. –David me gusta mucho, desde primaria... bueno, no me gustaba mucho pero ahora sí, no sé... supongo que debía madurar o algo. –Intentó analizarse. –No lo sé, solo sé que me gusta estar con él, lo disfruto de verdad.

-Bueno, eso es lo importante. –aceptó y compartieron un silencio. –Y fue con él con quien te fuiste.

-Sí, fue algo loco, nos quedamos de ver en el parque, para visitar la biblioteca pero él hablaba de un viaje que hizo ya un tiempo y le dije que quería ir yo también alguna vez, me propuso irnos así... sin nada. –Sonrió. –Le dije que sí, no sé de dónde salió aquella facilidad y nos fuimos en mi auto. Allá compramos ropa simple, más que nada bañadores y así. Y ahí pasó.

-¿Te acostaste?

-No. –Recordó la pregunta de Cartman. –Fue... mejor que eso... -Suspiró y recibió al fin su plato. –Yo le gusto... mucho. –Recordó las palabras en medio de su caminata por el pueblo mientras contaban cosas más privadas. Recordó como David le pedía una oportunidad y Kyle le dio más que eso, le besó con rapidez porque estaba encantado.

-Suena a algo duradero.

-Lo será. –pronosticó y por fin comenzó a comer en silencio, estaba hambriento; había quedado con él después de sus clases y aun así tuvo que esperar a que llegara, era paciente pero su cuerpo al parecer no mucho. De fondo podían escucharse más conversaciones, la radio con una canción ochentera y afuera los autos pasando, se sentía feliz, enamorado, flotando... le estaba gustando mucho la sensación. Hoy lo vería en la noche, seguramente irían a cenar o algo, estaba convencido de la dulzura de David puesto que ni una sola vez le había pedido intimar, a diferencia de los otros, incluso de Samantha...

-Tu apetito cambió ¿eh?

-¿Cambió?

-Ha de ser por el amor. –se burló y Kyle sonrió mientras nervioso disimulaba y seguía comiendo. No, no era eso, se conocía lo suficiente para reconocer que el cambio empezó cuando su amistad con Cartman también lo hizo, ese gordinflón comía a cada rato y quiera o no, uno adopta hábitos.

-¿Y tú niña? ¿Cómo está?

-Llorona como siempre, pero eso no la hace menos linda. –presumió con un gesto cansado y resignado. –Creo que será igual de latosa que su madre.

-Con que no cante como el padre. –se burló recordando su banda de rock. -¿Te imaginas? La niña de los gritos guturales de la escuela.

-Está destinada al éxito, tiene al mejor tío a su lado, para defenderla y hacer que el estado estalle si le hacen algo.

La persona especialDonde viven las historias. Descúbrelo ahora